DOS PARADIGMAS...
Mateo 8:8 "Pero el centurión respondió y dijo:Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; mas solamente di la palabra y mi criado quedará sano"
Dos personas que estaban interesadas en recibir algo de Jesùs...
Zaqueo solo querìa conocerlo. No estaba interesado en recibirlo en su casa porque habìan algunas cositas que le daba pena que Jesùs viera...
El Centuriòn solo querìa la sanidad de su siervo. No tenìa pena de que Jesùs llegara pero no era necesario. Conocìa el poder de la Palabra, por lo tanto le hace esa famosa peticiòn... "No vengas, solo dì la palabra..."
Muchos cristianos han glorificado esa peticiòn del Centuriòn... Pero por motivos muy diferentes...
Con Zaqueo, la cosa fue diferente. Èl no pidiò nada. Solo querìa ver a Jesùs. No querìa oìr su Palabra ni ver su Poder ni mucho menos comprometerse con Èl. Sin embargo Jesùs lo tomò por sorpresa. "Zaqueo, baja de donde estàs y prepàrate porque voy a ir a tu casa..." (La paràfrasis es mìa). Y Zaqueo se llevò la mayor sorpresa de su vida. La visita de Jesùs le cambiò todo su mundo. Para empezar le cambiò sus muebles, sus televisores, sus licuadoras y todo lo que tenìa empeñado de otras personas. Le cambiò sus hàbitos y sus gustos personales... Le cambiò su manera de agenciarse sus finanzas. Como a Mateo. Les moviò su zona de confort y les mostrò que hay formas màs ortodoxas de ganarse la vida...
Muchos cristianos le piden al Señor lo que solicitò el Centuriòn...
No vengas a mi casa. Jesùs. No quiero que veas la botella de ron que tengo en el chinero para mis almuerzos dominicales. No quiero que veas mi forma de tratar a mi esposa y a mis hijos. No quiero que veas los programas de televisòn que veo cuando estoy a solas conmigo misma o conmigo mismo... No vengas a mi casa. Solo màndame para el gasto de este mes pero quèdate fuera de mi ambiente laboral. No quiero que escuches los chistes que cuento cuando estoy con mis compañeros de trabajo. Quèdate fuera de mi carro, Jesùs, porque no quiero que te averguences cuando me veas ir al motel con la secretaria. Solo màndame para mis pagos de este mes pero no vengas a mi dormitorio para que no veas las cosas que hacemos en secreto con mi esposa... No vengas a mi lado para que no me veas vestida como lo hago para agradar a los compañeros de trabajo... Solo mandame mi milagro de este mes pero hasta allì, querido Jesùs. No vengas a mi cocina para que no me escuches como trato a mis hijos cuando me piden comida...
"Solo dì la Palabra, pero no vengas bajo mi techado..." Solo envìame para pagar mis recibos pero no vengas a mi casa...
¿Usted cree que si Jesùs le pregunta a Zaqueo si querìa que Èl fuera a su casa, le hubiera respondido que si? Yo creo que no. Tenìa muchas cosas que perder. Quizà por eso Jesùs no le preguntò... En cambio al Centuriòn le obedeciò y le felicitò... Dos paradigmas muy diferentes entre sì... Dos motivos totalmente opuestos uno del otro... ¿Cual serìa el suyo...?
Dos personas que estaban interesadas en recibir algo de Jesùs...
Zaqueo solo querìa conocerlo. No estaba interesado en recibirlo en su casa porque habìan algunas cositas que le daba pena que Jesùs viera...
El Centuriòn solo querìa la sanidad de su siervo. No tenìa pena de que Jesùs llegara pero no era necesario. Conocìa el poder de la Palabra, por lo tanto le hace esa famosa peticiòn... "No vengas, solo dì la palabra..."
Muchos cristianos han glorificado esa peticiòn del Centuriòn... Pero por motivos muy diferentes...
Con Zaqueo, la cosa fue diferente. Èl no pidiò nada. Solo querìa ver a Jesùs. No querìa oìr su Palabra ni ver su Poder ni mucho menos comprometerse con Èl. Sin embargo Jesùs lo tomò por sorpresa. "Zaqueo, baja de donde estàs y prepàrate porque voy a ir a tu casa..." (La paràfrasis es mìa). Y Zaqueo se llevò la mayor sorpresa de su vida. La visita de Jesùs le cambiò todo su mundo. Para empezar le cambiò sus muebles, sus televisores, sus licuadoras y todo lo que tenìa empeñado de otras personas. Le cambiò sus hàbitos y sus gustos personales... Le cambiò su manera de agenciarse sus finanzas. Como a Mateo. Les moviò su zona de confort y les mostrò que hay formas màs ortodoxas de ganarse la vida...
Muchos cristianos le piden al Señor lo que solicitò el Centuriòn...
No vengas a mi casa. Jesùs. No quiero que veas la botella de ron que tengo en el chinero para mis almuerzos dominicales. No quiero que veas mi forma de tratar a mi esposa y a mis hijos. No quiero que veas los programas de televisòn que veo cuando estoy a solas conmigo misma o conmigo mismo... No vengas a mi casa. Solo màndame para el gasto de este mes pero quèdate fuera de mi ambiente laboral. No quiero que escuches los chistes que cuento cuando estoy con mis compañeros de trabajo. Quèdate fuera de mi carro, Jesùs, porque no quiero que te averguences cuando me veas ir al motel con la secretaria. Solo màndame para mis pagos de este mes pero no vengas a mi dormitorio para que no veas las cosas que hacemos en secreto con mi esposa... No vengas a mi lado para que no me veas vestida como lo hago para agradar a los compañeros de trabajo... Solo mandame mi milagro de este mes pero hasta allì, querido Jesùs. No vengas a mi cocina para que no me escuches como trato a mis hijos cuando me piden comida...
"Solo dì la Palabra, pero no vengas bajo mi techado..." Solo envìame para pagar mis recibos pero no vengas a mi casa...
¿Usted cree que si Jesùs le pregunta a Zaqueo si querìa que Èl fuera a su casa, le hubiera respondido que si? Yo creo que no. Tenìa muchas cosas que perder. Quizà por eso Jesùs no le preguntò... En cambio al Centuriòn le obedeciò y le felicitò... Dos paradigmas muy diferentes entre sì... Dos motivos totalmente opuestos uno del otro... ¿Cual serìa el suyo...?
Creo que muchos estamos acostumbrados a pedile a Dios en las dificultades o necesidades pero poco hacemos por dar gracias por lo que El nos da y mucho menos obedecerle cuando la carne nos pide mas y mas para satisfacer ese "yo". Este último año ha sido de mucha reflexión en mi vida, y al final se que será de mucha bendición, pero desafortunadamente ha sido durante la necesidad, asi que exhorto a todos que miremos dentro de nuestros corazones para darnos cuenta que debemos amar a Dios sobre todas las cosas a pesar de las dificultades y que por tanto debemos dejar de pensar solo en lo que quiere ese "yo" y pensar más en lo que quiere nuestro Señor, y eso solo lo descubrimos en Su palabra.
ResponderEliminarBendiciones!