CON ORACION...
Marcos 9:14-16 "Cuando volvieron a los discípulos, vieron una gran multitud que les rodeaba, y a unos escribas que discutían con ellos. Enseguida, cuando toda la multitud vio a Jesús, quedó sorprendida, y corriendo hacia El, le saludaban. Y El les preguntó:¿Qué discutís con ellos..."
Nuestro problema, señores, es que ya no oramos para nada.
Tenemos verguenza de que nos llamen religiosos porque, segùn dicen, solo los religiosos oran para todo. ¿Vas a comprar algo? ¡Hay que orar! ¿Te vas a enamorar? ¡Hay que orar! ¿Què camino tomamos? ¡Hay que orar! Son tan exagerados que todo lo arreglan con oraciòn...
Pero Jesùs les da un tapaboca a los que hablan y piensan asì...
En el pasaje que estoy utilizando como referencia, los muchachos, mientras Jesùs està en el Monte de la Transfiguraciòn acompañado de Pedro, Jacobo y Juan, los otros estàn abajo discutiendo con los escribas y fariseos... Jesùs hace la misma pregunta que yo: ¿"Què discutìs con ellos...?" Creo que discutìan de teologìa. Recordemos que a los señores de Jerusalem no les interesaba nada màs que conocer lo que Jesùs pensaba de...
A ellos no les interesaba nada lo del Reino de Dios. Ellos querìan seguir manteniendo el control de su reino. Ellos sì eran los verdaderos religiosos que trataban a toda costa de mantener su autoridad sobre el pueblo. No querìan que se les vaciaran sus sinagogas por seguir a un Hombre que les estaba ofreciendo lo que ellos no conocìan... Y què mejor momento para discutir esos asuntos con sus ayudantes que èste, èste en que su Maestro està ausente...
Mientras tanto, un hombre necesitado de ayuda se les acerca. Tiene un problema desde hace años y necesita con urgencia que le den una mano. Busca -lògica consecuencia-, a los discìpulos del Maestro. Èl piensa que ellos tienen el mismo poder que su Maestro. Èl piensa que asì como Èl es humilde y no le niega ningùn favor a nadie, asì deben ser sus alumnos. Les lleva su hijo, un muchacho que està endemoniado y que a juzgar por las apariencias, necesita ayuda urgente de alguien que sepa echar fuera demonios. Sin duda que el padre ha visto a Jesùs hacer eso muchas veces con otras personas y ha dado resultado, asì que ha viajado muchos kilòmetros para llegar a donde està Jesùs para que libere a su pequeño. Pero si no està Jesùs, estàn sus discìpulos... Su esperanza està en vilo...
Y, claro, los muchachos no estaban para echar fuera demonios. Estaban discutiendo teologìa. Discutìan quièn era màs grande: Si Moisès o Elìas. Quien iba a venir primero. Quien se iba a sentar a la derecha de Jesùs. Quièn iba a dirigir los coros del domingo. Quièn iba a predicar en la campaña angelical del fin del mundo. Quien iba a comer con Jesùs en la Cena del Cordero. De què color era el caballo de Don Pedro de Alvarado y muchas cosas màs...
Mientras, el demonio sacudìa al niño y lo hacìa echar espumarajos... Mientras el papà sufrìa al ver a su crìo sufriendo el dolor y la verguenza de ser humillado delante de todos. Mientras la multitud se asosmbraba de ver una manifestaciòn demonìaca como èsta... Mientras ellos discutìan la ùltima materia impartida por el profe de moda...
Gloria al Señor aparece Jesùs. Y sucede lo que usted ya sabe. El muchacho fue liberado. El demonio saliò y el padre quedò felìz... Ahora vienen los alumnos y hacen la famosa pregunta: "¿Por què nosotros no pudimos...?" Y Jesùs les devuelve la pelota: "¿Què discutìan con ellos mientras el Diablo hacìa trizas a este pobre niño?". Esto, jovencitos, no sale con discusiones teològicas. Esto sale solo con oraciòn. Entièndalo bien: Con oraciòn. Con oraciòn se pagan las deudas. Con oraciòn se arregla el matrimonio. Con oraciòn se componen los hijos. Con oraciòn se tranquiliza el jefe. Con oraciòn, muchachos, con oraciòn...
Nuestro problema, señores, es que ya no oramos para nada.
Tenemos verguenza de que nos llamen religiosos porque, segùn dicen, solo los religiosos oran para todo. ¿Vas a comprar algo? ¡Hay que orar! ¿Te vas a enamorar? ¡Hay que orar! ¿Què camino tomamos? ¡Hay que orar! Son tan exagerados que todo lo arreglan con oraciòn...
Pero Jesùs les da un tapaboca a los que hablan y piensan asì...
En el pasaje que estoy utilizando como referencia, los muchachos, mientras Jesùs està en el Monte de la Transfiguraciòn acompañado de Pedro, Jacobo y Juan, los otros estàn abajo discutiendo con los escribas y fariseos... Jesùs hace la misma pregunta que yo: ¿"Què discutìs con ellos...?" Creo que discutìan de teologìa. Recordemos que a los señores de Jerusalem no les interesaba nada màs que conocer lo que Jesùs pensaba de...
A ellos no les interesaba nada lo del Reino de Dios. Ellos querìan seguir manteniendo el control de su reino. Ellos sì eran los verdaderos religiosos que trataban a toda costa de mantener su autoridad sobre el pueblo. No querìan que se les vaciaran sus sinagogas por seguir a un Hombre que les estaba ofreciendo lo que ellos no conocìan... Y què mejor momento para discutir esos asuntos con sus ayudantes que èste, èste en que su Maestro està ausente...
Mientras tanto, un hombre necesitado de ayuda se les acerca. Tiene un problema desde hace años y necesita con urgencia que le den una mano. Busca -lògica consecuencia-, a los discìpulos del Maestro. Èl piensa que ellos tienen el mismo poder que su Maestro. Èl piensa que asì como Èl es humilde y no le niega ningùn favor a nadie, asì deben ser sus alumnos. Les lleva su hijo, un muchacho que està endemoniado y que a juzgar por las apariencias, necesita ayuda urgente de alguien que sepa echar fuera demonios. Sin duda que el padre ha visto a Jesùs hacer eso muchas veces con otras personas y ha dado resultado, asì que ha viajado muchos kilòmetros para llegar a donde està Jesùs para que libere a su pequeño. Pero si no està Jesùs, estàn sus discìpulos... Su esperanza està en vilo...
Y, claro, los muchachos no estaban para echar fuera demonios. Estaban discutiendo teologìa. Discutìan quièn era màs grande: Si Moisès o Elìas. Quien iba a venir primero. Quien se iba a sentar a la derecha de Jesùs. Quièn iba a dirigir los coros del domingo. Quièn iba a predicar en la campaña angelical del fin del mundo. Quien iba a comer con Jesùs en la Cena del Cordero. De què color era el caballo de Don Pedro de Alvarado y muchas cosas màs...
Mientras, el demonio sacudìa al niño y lo hacìa echar espumarajos... Mientras el papà sufrìa al ver a su crìo sufriendo el dolor y la verguenza de ser humillado delante de todos. Mientras la multitud se asosmbraba de ver una manifestaciòn demonìaca como èsta... Mientras ellos discutìan la ùltima materia impartida por el profe de moda...
Gloria al Señor aparece Jesùs. Y sucede lo que usted ya sabe. El muchacho fue liberado. El demonio saliò y el padre quedò felìz... Ahora vienen los alumnos y hacen la famosa pregunta: "¿Por què nosotros no pudimos...?" Y Jesùs les devuelve la pelota: "¿Què discutìan con ellos mientras el Diablo hacìa trizas a este pobre niño?". Esto, jovencitos, no sale con discusiones teològicas. Esto sale solo con oraciòn. Entièndalo bien: Con oraciòn. Con oraciòn se pagan las deudas. Con oraciòn se arregla el matrimonio. Con oraciòn se componen los hijos. Con oraciòn se tranquiliza el jefe. Con oraciòn, muchachos, con oraciòn...
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