ESTAMOS DE PASO...
Un estudiante fue a visitar a un anciano maestro de su universidad. Cuando encontró la casa donde vivía su maestro, se quedo sorprendido cuando no vio en su casa nada màs que una mesa, una silla, una cama y un juego de platos con cubiertos para comer...
Cuando el maestro vio lo sorprendido que su alumno estaba, le pregunto cual era la sorpresa... El joven le respondió: "¿En donde están sus cosas? ¿Cuales? Le devolvió la pregunta el anciano. ¡Sus muebles, su ropa, sus pertenencias...! El anciano le volvió a preguntar: ¿Y en donde están las tuyas? El alumno le contesta: Voy de paso. Yo también" fue la respuesta final del maestro...
Vamos de paso...
Entonces, ¿Para que llenarnos de cosas materiales? ¿Para què luchar tanto y trabajar tan duro para llenarnos de cosas que no necesitamos? ¿Ya se puso a pensar en las cosas que cargan los sin hogar? Su casa son los parques. Su comedor es la calle. Sus paseos es la ciudad. Y... su ropero es una carreta de súper con sus "propiedades"...
Cuando voy a predicar a una congregación amiga que està cerca del Bulevard Venezuela, en la Ciudad de San Salvador, paso cerca de un puente. Siempre me sorprende ver bajo ese puente dos colchones bien colocados en el suelo. Cada uno tiene una almohada, una sábana que alguna vez fue blanca pero ahora se ve gris y sucia, unos costales con algo dentro...Nunca he visto a nadie a la hora que yo paso que es siempre al final de la tarde. Cerca de los colchones hay flores, plantas y arbustos bien cuidados. No puedo dejar de pensar que seguramente allí "vive" un matrimonio. ¿Por que lo creo? Por las flores. Donde hay una mujer siempre habrá flores y plantas...
Lo asombroso de este detalle es lo poco que esa gente necesita para vivir. En cambio nosotros...
¡Para que le cuento!
Segùn dicen los especialistas, no necesitamos para vivir màs que unas cien cosas. ¡Cien cosas! Y me pregunto: ¿Puedo vivir con cien cosas nada màs? ¿Y usted? ¿Què tal estas preguntas?
¿Cuantos pares de zapatos hay en su zapatera?
¿Cuanta ropa que no usa hay en su closet?
¿Cuantos relojes sin usar hay en su tocador?
¿Cuantos regalos sin abrir hay en su gavetero?
¿Cuantos lapiceros olvidados hay en su escritorio?
Y la cuenta sigue, y sigue, y sigue...
Curioso, ¿verdad? Estoy seguro que los que viven bajo el puente cerca del Bulevar Venezuela viven con menos de cien cosas... Y tambien estoy seguro que si les pregunto dirán: "No nos hace falta nada...porque solo estamos de paso..." Y pienso: "Nosotros también, pero..."
Cuando el maestro vio lo sorprendido que su alumno estaba, le pregunto cual era la sorpresa... El joven le respondió: "¿En donde están sus cosas? ¿Cuales? Le devolvió la pregunta el anciano. ¡Sus muebles, su ropa, sus pertenencias...! El anciano le volvió a preguntar: ¿Y en donde están las tuyas? El alumno le contesta: Voy de paso. Yo también" fue la respuesta final del maestro...
Vamos de paso...
Entonces, ¿Para que llenarnos de cosas materiales? ¿Para què luchar tanto y trabajar tan duro para llenarnos de cosas que no necesitamos? ¿Ya se puso a pensar en las cosas que cargan los sin hogar? Su casa son los parques. Su comedor es la calle. Sus paseos es la ciudad. Y... su ropero es una carreta de súper con sus "propiedades"...
Cuando voy a predicar a una congregación amiga que està cerca del Bulevard Venezuela, en la Ciudad de San Salvador, paso cerca de un puente. Siempre me sorprende ver bajo ese puente dos colchones bien colocados en el suelo. Cada uno tiene una almohada, una sábana que alguna vez fue blanca pero ahora se ve gris y sucia, unos costales con algo dentro...Nunca he visto a nadie a la hora que yo paso que es siempre al final de la tarde. Cerca de los colchones hay flores, plantas y arbustos bien cuidados. No puedo dejar de pensar que seguramente allí "vive" un matrimonio. ¿Por que lo creo? Por las flores. Donde hay una mujer siempre habrá flores y plantas...
Lo asombroso de este detalle es lo poco que esa gente necesita para vivir. En cambio nosotros...
¡Para que le cuento!
Segùn dicen los especialistas, no necesitamos para vivir màs que unas cien cosas. ¡Cien cosas! Y me pregunto: ¿Puedo vivir con cien cosas nada màs? ¿Y usted? ¿Què tal estas preguntas?
¿Cuantos pares de zapatos hay en su zapatera?
¿Cuanta ropa que no usa hay en su closet?
¿Cuantos relojes sin usar hay en su tocador?
¿Cuantos regalos sin abrir hay en su gavetero?
¿Cuantos lapiceros olvidados hay en su escritorio?
Y la cuenta sigue, y sigue, y sigue...
Curioso, ¿verdad? Estoy seguro que los que viven bajo el puente cerca del Bulevar Venezuela viven con menos de cien cosas... Y tambien estoy seguro que si les pregunto dirán: "No nos hace falta nada...porque solo estamos de paso..." Y pienso: "Nosotros también, pero..."
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