AGUA Y VINO

"Y había allí seis tinajas de piedra, puestas para ser usadas en el rito de la purificación de los judíos; en cada una cabían dos o tres cántaros. Jesús les dijo:Llenad de agua las tinajas. Y las llenaron hasta el borde" Juan 2:6-7

El matrimonio no es fàcil. Eso lo sabemos todos los que estamos casados. Los que tenemos que mantener a raya a los enemigos del matrimonio. Y digo "los" porque son varios los ingratos que atacan diariamente a la pareja para hacerlos claudicar y dejarlos solos...

Es mucho màs fàcil manejar una fábrica con cientos de empleados que un hogar de una sola mujer. Es màs fàcil manejar una congregaciòn de miles de feligreses que el hogar con una sola esposa. Irònico, ¿verdad? Pero asì es. Por eso muchos ejecutivos prefieren mantenerse en sus oficinas hasta altas horas de la noche porque allì no tienen una esposa que cuidar, escuchar, atender y sostener. ¿La secretaria? Con una òrden es suficiente para tranquilizarla y ponerla en su lugar.  ¿Hay algùn impertinente que no obedece? ¡Despìdanlo!. Asunto resuelto. Pero no funciona asì con el matrimonio... Usted no puede tranquilizar a su esposa con un grito porque se conseguirà otro. No puede despedirla a su antojo porque serà un fracasado. Y un ejecutivo que fracasa en su matrimonio no tiene buena reputación en el mundo empresarial... Asì que ni modo. Hay que apechugar y empezar a recibir cursos de buena educaciòn matrimonial. Todo por el bien de ella. La esposa...

Què casualidad que fue en una boda en donde Jesùs hace su primer milagro. Y lo hace muy profundo... Lo primero que encuentra es que recién casados y ya no tienen vino. Se les acabò la alegrìa. Se terminaron los arrumacos. Se oxidaron los abrazos. Ya no hay palabras tiernas. Se acabo el "cielito" y el "amorcito". Ahora, al poco tiempo de haber jurado amor eterno, hay gritos. Hay "gordo y gorda". Ya no hay besos de "buenas noches, mi amor". Ya no hay "¿como amaneciste?" No. Ahora la pregunta cambia por una coma: "¡Como!, ¿Amaneciste?" Jesùs ve todo eso. Eso no lo ven los que estan fuera. Los amigos de los novios. Los familiares. Los empleados. Ni lo ve el pastor. Solo Jesùs. Los demàs no lo ven porque aprendemos a actuar. Aprendemos a fingir que todo està bien. El barco se està hundiendo pero no queremos darnos cuenta.

Fue una mujer ¡cuando no! quien se dio cuenta que ya no tenían vino. Ya no sonreían el uno al otro. Estaban en una fiesta, si es cierto, pero no estaban contentos. Todo era una farsa. Todo era un acto social. Y se lo dice a Jesùs... Y Jesùs, enemigo de los pleitos matrimoniales, toma acciòn...

"Llenen esas seis tinajas de agua". Seis, nùmero de hombre. Tinajas, hechas de barro. El hombre fue hecho del barro. Agua, la Palabra de Dios. ¿Ya vio la analogía?

Mientras la pareja no estè llena de la Palabra de Dios el matrimonio difìcilmente llegarà a la tumba. Es muy probable que se queden a medio camino. Sin la Palabra que produce gozo, alegrìa, emociòn, amor, ternura, calidez, respeto y otras cosas, el matrimonio corre peligro. Solo fincados en la Palabra de Dios podremos continuar a pesar de los avatares matrimoniales. No habràn problemas tan grandes que no se puedan resolver con ayuda del Vino que produce la Palabra de Dios... Piènsenlo parejas.

Se necesita estar llenos, hasta el tope, de la Palabra de Dios y la familia gozará de constante gozo y comunión unos con otros... De lo contrario no les auguro buenos resultados...

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