MARIA ELENA...

Negarse a sì misma en beneficio de otras personas no es fàcil... Ni cotidiano. No se ve todos los dìas una mujer que quiera quitarse, como decimos en Guatemala, el bocado de la boca para darselo a otra màs necesitada que ella...
Y es que todos tenemos una deuda moral con los demàs... He aprendido que gracias al Señor, tengo lo necesario para vivir. No nos falta nada ni en nuestro matrimonio ni en nuestra casa... Sin embargo, a nuestro alrededor hay gente con màs necesidades que nosotros. Y nuestra deuda es con ellos. Porque hay un axioma que nadie o casi nadie conoce: Yo tengo lo que otros no tienen. Y otros tienen lo que yo no tengo. Nada es nuestro. Todo es de todos. Eso fue lo que enseñò Jesùs...
Lo màs sorprendente es que son las mujeres quienes han tomado todo esto en serio. Y en eso nos llevan ventaja a los hombres. Ellas son màs sensibles a la necesidad ajena. Ellas son madres, por lo tanto saben lo que es saciar el hambre de alguien. No solo hambre de frijoles, tambièn hambre de amor, respeto, cariño y amistad...
Más allá de esto, hay en la Biblia historias de mujeres excepcionales y rectas, que venían de casas de personas malvadas, lo que hoy llamamos “un ambiente nocivo”. Sin embargo eso no las detuvo de hacer lo correcto: Ayudar a otras a elevarse y cumplir sus sueños e ilusiones.
Un ejemplo de esto es la historia de las hermanas Raquel y Lea. Un día, Jacob entró en sus vidas, destinado a ser uno de los patriarcas del pueblo judío. Jacob se enamoró de Raquel y le pidió su mano a Labán, el padre de ella. Labán se la prometió, pero sin embargo, en el último minuto, les dijo a sus hijas que Lea se casaría con Jacob en lugar de Raquel.
Raquel podría haber reaccionado con resentimiento y celos, pero en cambio ayudó a Lea a casarse con Jacob, porque reconoció que su hermana necesitaba hacer esto para cumplir con el propósito de su vida y convertirse en una de las matriarcas del pueblo judío. Aquì, repito, se quitò "el bocado de la boca y se lo dio a su hermana..."
Este acto de generosidad desinteresada, en donde las necesidades de otra persona, que pueden ser tan importantes como las propias, toman prioridad, es la cualidad que Raquel y muchas otras mujeres de la Biblia ejemplificaron fielmente.
Pero no era todo auto-sacrificio, porque Raquel sabía que hacer lo correcto, permitiéndole a Lea tomar su lugar, era la materialización de su propio potencial. Porque cuando damos a otros y los ayudamos a materializar su potencial, satisfacemos nuestras propias necesidades y nuestro deseo de crecer.
También vemos esto en nuestras relaciones hoy en día, tanto con amigos, familia, e incluso en el lugar donde nos congregamos. Cuando las necesidades de los demás son nuestra prioridad, nuestra percepción de nosotros mismos se eleva inmensurablemente, y nuestras relaciones se convierten en mundos de generosidad, donde florecen el amor y la autoestima.
Hoy me quito el sombrero ante una de las mujeres cuya historia no està en la Biblia pero està escrita en los corazones de muchas damas que se congregan con nosotros en Visiòn de Fe. Hablo de mi esposa, Marìa Elena quien me ha dado una càtedra de lo que es velar por el bien ajeno antes que el propio... Anoche, despuès del mensaje que prediquè, una dama se me acercò y me dijo con ojos llorosos: "Dìgale a la pastora que ya tengo todo lo que necesitaba para mi tratamiento..." Le di gracias al Señor por tener a mi lado un paradigma de nobleza, amor, ternura y compasiòn...

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