¿FE O CONFIANZA...?
Presteme su imaginaciòn...
Tratemos de ver a una niña de unos dos años de edad. Està acostumbrada a dormir con su peluche. Eso le da seguridad en las noches ya que le hace sentir que està acompañada por alguien. No se siente sola ni abandonada. Pero para hacer màs interesante el sìndrome, esa niña lleva su peluche a donde quiera que va: Al sùper con su mamà, no debe olvidar llevar su mascota de juguete. Si va al kìnder, en su bolsòn lleva su peluche. Si van de paseo a la playa... ya sabe què debe ir tambièn. Acertò. El famoso peluche... Con eso la niñita està segura. Se siente bien. En una mano el biberòn y en la otra el peluche... No digamos a la hora de ir a dormir. Si no siente el vello sintètico de su acompañante silencioso rozandole las mejillas no puede conciliar el sueño. Por lo tanto, mamà, siempre tan amorosa, despuès de arreglarle la cama y acostarla, le coloca su animalito junto a su mejilla o entre sus bracitos y... feliz noche mi querida. Que duermas bien...
Es una historia que se da todos los dìas. Es una historia de confianza. La niña se vuelve adolescente y la adolescente se vuelve mujer. Forma su hogar y llega el momento en que se convierte en madre... Y es entonces donde repite la historia con sus hijos. Lo primero que les compra es un peluche...
Pero no quiero hablar de peluches...
Quiero hablar de Dios. La gran mayorìa de personas lo tiene como un peluche. Lo llevan a todos lados que van para sentirse protegidos y acompañados. Lo llevan no en un osito o una muñequita sino en un collar de piedras circulares, o colgado en el espejo retrovisor del carro. Lo tienen colgado arriba en el marco de las puertas en forma de ajos, o colgado sobre la cabecera de la cama... Como niños, quieren saber que mientras duermen su dios en forma de cuadros o ajos o collares de cuentas los protege...
Eso no es fe. Es confianza. Confianza en fetiches. Confianza en religiòn. Confianza en "algo" que me haga sentir seguro y cuidado...
Pero Dios no quiere que le tengamos confianza. Quiere que le tengamos fe. Fe y confianza son dos cosas diferentes.
Cuando el dìa està oscuro Èl quiere que sepamos que està allì para alumbrar nuestro camino. Cuando la noche està negra Èl quiere que tengamos la certeza que aunque no lo veamos, Èl cuida de nosotros. No es por vista, dijo el Apòstol, es por fe...
Cuando usted no tenga dinero no busque un fetiche que le haga sentir que tiene. Aplique su fe en Dios en que Èl es Justo y Leal para proveer para sus necesidades... Usted no necesita confiar en el banco ni en el prestamista. Tenga fe en Dios y Èl responderà a sus necesidades...
Asì que no piense que con llevar su osito de felpa a todos lados usted estarà bajo el cuidado de Dios. Llèvelo en su corazòn, en sus pensamientos, en su mente y en su corazòn. Usted verà resultados asombrosos sin necesidad de amuletos y fetiches que nada tienen que ver con la fe...
Tratemos de ver a una niña de unos dos años de edad. Està acostumbrada a dormir con su peluche. Eso le da seguridad en las noches ya que le hace sentir que està acompañada por alguien. No se siente sola ni abandonada. Pero para hacer màs interesante el sìndrome, esa niña lleva su peluche a donde quiera que va: Al sùper con su mamà, no debe olvidar llevar su mascota de juguete. Si va al kìnder, en su bolsòn lleva su peluche. Si van de paseo a la playa... ya sabe què debe ir tambièn. Acertò. El famoso peluche... Con eso la niñita està segura. Se siente bien. En una mano el biberòn y en la otra el peluche... No digamos a la hora de ir a dormir. Si no siente el vello sintètico de su acompañante silencioso rozandole las mejillas no puede conciliar el sueño. Por lo tanto, mamà, siempre tan amorosa, despuès de arreglarle la cama y acostarla, le coloca su animalito junto a su mejilla o entre sus bracitos y... feliz noche mi querida. Que duermas bien...
Es una historia que se da todos los dìas. Es una historia de confianza. La niña se vuelve adolescente y la adolescente se vuelve mujer. Forma su hogar y llega el momento en que se convierte en madre... Y es entonces donde repite la historia con sus hijos. Lo primero que les compra es un peluche...
Pero no quiero hablar de peluches...
Quiero hablar de Dios. La gran mayorìa de personas lo tiene como un peluche. Lo llevan a todos lados que van para sentirse protegidos y acompañados. Lo llevan no en un osito o una muñequita sino en un collar de piedras circulares, o colgado en el espejo retrovisor del carro. Lo tienen colgado arriba en el marco de las puertas en forma de ajos, o colgado sobre la cabecera de la cama... Como niños, quieren saber que mientras duermen su dios en forma de cuadros o ajos o collares de cuentas los protege...
Eso no es fe. Es confianza. Confianza en fetiches. Confianza en religiòn. Confianza en "algo" que me haga sentir seguro y cuidado...
Pero Dios no quiere que le tengamos confianza. Quiere que le tengamos fe. Fe y confianza son dos cosas diferentes.
Cuando el dìa està oscuro Èl quiere que sepamos que està allì para alumbrar nuestro camino. Cuando la noche està negra Èl quiere que tengamos la certeza que aunque no lo veamos, Èl cuida de nosotros. No es por vista, dijo el Apòstol, es por fe...
Cuando usted no tenga dinero no busque un fetiche que le haga sentir que tiene. Aplique su fe en Dios en que Èl es Justo y Leal para proveer para sus necesidades... Usted no necesita confiar en el banco ni en el prestamista. Tenga fe en Dios y Èl responderà a sus necesidades...
Asì que no piense que con llevar su osito de felpa a todos lados usted estarà bajo el cuidado de Dios. Llèvelo en su corazòn, en sus pensamientos, en su mente y en su corazòn. Usted verà resultados asombrosos sin necesidad de amuletos y fetiches que nada tienen que ver con la fe...
Comentarios
Publicar un comentario