EL BEBE REAL

La noticia que asombrò al mundo hace unas semanas fue el nacimiento del "bebè real", el hijo de los prìncipes de Inglaterra. Veamos algunas de sus responsabilidades que le esperan...
El bebé de Kate y William es ahora tercero en la línea de sucesión, dejando al príncipe Harry en cuarto lugar y al duque de York en la quinta posición. El bebé recibió el título de 'Su Alteza Real, el Príncipe de Cambridge' y será el futuro rey. Él se convertirá en jefe de las fuerzas armadas, gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra y jefe de la Commonwealth, que abarca 54 naciones a lo largo del mundo, y consecuentemente será jefe de estado de 16 países.
Estas son las increíbles expectativas para un pequeño y frágil bebé. Él ha entrado en este mundo con una misión personalizada grabada en su alma. Incluso antes de que el bebé tomara su primer aliento, había una lista de posiciones y deberes esperándolo. Príncipe. Rey. Jefe de las Fuerzas Armadas. Gobernador Supremo de la Iglesia de Inglaterra. Jefe de la Commonwealth. Una enorme responsabilidad para esos pequeños hombros. ¿Conoce este pequeño niño la gran responsabilidad que pesa sobre su futuro? Definitivamente no...

Sin embargo, seràn sus padres quienes le vayan preparando en su niñez, juventud y edad adulta para que aprenda los deberes de obediencia, voz de mando, autocontrol, dependencia de un Dios Superior, obligaciones familiares y deberes de estado... Seràn sus padres quienes le eduquen para que llegue a ser el Rey de Inglaterra llegado el momento. Tendrà que aprender sobre protocolo real, protocolo militar y protocolo social... Estoy hablando que tendrà muchas limitaciones y prohibiciones por el mero hecho de lo que se espera de èl... Este niño no es cualquier niño...

¿Y què de nuestros hijos? Nuestros hijos tambièn han nacido con una gran responsabilidad: Ser reyes y sacerdotes para nuestro Dios. Lo dice la Biblia... Pero lamentablemente nosotros no los educamos, los preparamos y enseñamos para la responsabilidad que les espera. Al contrario: Los malcriamos, consentimos y hacemos de ellos personas que incluso son rechazables a causa de su mala conducta...

Tristemente en el pueblo de Dios hay tanta ignorancia al respecto que cuando el Señor nos presta un niño no lo enseñamos en los Principios del Protocolo Celestial. No les instruìmos segùn los deberes que tendràn que cumplir en el futuro... De allì las pandillas, las maras y los abusivos que estàn en nuestras sillas de las iglesias... En vez de ser educados para llegar a ser Embajadores del Rey del Universo, los dejamos a su libre albedrìo y allì los tenemos: Vestidos de mujer. Aretes en su orejas. Pelo largo y depilados de sus cejas...

Las familias en las que hemos nacido son herramientas en nuestras misiones. Nuestras personalidades, nuestra apariencia, nuestras fortalezas y nuestras debilidades son parte de lo que se nos entregó para cumplir con la misión exclusiva de nuestras almas. El bebé real ha entrado en este mundo con un especial y honorable lugar esperando por él. Pero será  responsabilidad de los padres materializar la realeza que hay en su interior.
Y lo mismo aplica a todos nosotros. Todos somos hijos del Rey. Todos tenemos linaje real. Podemos tener títulos y etiquetas unidas a nuestras identidades, pero en última instancia somos definidos únicamente por nuestras decisiones, por la forma en que llevamos a cabo la misión que fue diseñada para cada uno de nosotros antes de que tomáramos nuestro primer aliento.
Mientras el mundo celebra el nacimiento del futuro rey de Inglaterra, recordemos que dentro de cada uno de nosotros hay un alma real, a la espera de materializar su extraordinario llamado. Padres, presten atenciòn a la responsabilidad de educar, guiar y enseñar a sus hijos lo que el Dios que los creo espera de ellos. No eludamos nuestra responsabilidad. Nos pediràn cuentas...

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