LA ESPOSA...
Cuando hablo con algunos hombres de otras congregaciones donde no se les ha enseñado el valor de la esposa y menciono que ellas son la bendición para el hombre... pujan... No les gusta reconocer que sin ellas no son nada.
¿Como me dice esto, pastor? Tengo una licenciatura, una maestría y un doctorado. Soy alguien. Tengo valor agregado. Mi mujer ya me encontró asì. Asì que ella no ha sido algo para mì... soy lo que soy por esfuerzo propio...
Eso dice usted mi querido sabihondo... Eso dice usted... Porque cuando vemos bajo la lupa de la verdad, usted no es nada sin esa mujer que tiene a su lado y a la que desprecia con tanta ignorancia que el Señor le està tomando en cuenta su accionar.
Dios no se equivocò. Seamos francos. El no dijo: No es bueno que la mujer estè sola. Le harè un hombre para que la ayude. ¡Pobrecita! Necesitarà quien la ayude... No. Eso no fue lo que Dios dijo en Gènesis. Dijo todo lo contrario... Es usted, lector y soy yo quienes necesitamos esa ayuda. Y nuestra ayuda son ellas.
Vamos por partes: Pedro dice que si yo no trato bien a mi esposa el cielo se me vuelve de bronce. Mis oraciones no pasarán màs allà del techo. Dios no me escucha. Hasta que vuelva al buen camino matrimonial y me ponga a cuentas... no con Dios sino con la mujer que èl me ha dado para que me ayude... Tambièn, por si no lo ha leìdo, el proverbista dice: "El que halla esposa halla algo bueno y alcanza el favor del SEÑOR". Prov. 18:22. ¿Lo ve? En cuanto usted, con todos sus tìtulos encontrò a su esposa... encontrò "algo" bueno. Pero no termina allì. Alcanzó el favor de Dios... Puedo ponerle un rosario de citas bìblicas para apuntalar este misterio pero bastan estas... Lo que sì puedo decirle es que si Dios dispuso que las cosas fueran asì, usted con todos sus doctorados ni ideas, ni incredulidades, ni ateísmos puede cambiarlas...
Bien, dirà alguien. ¿En què me puede ayudar mi esposa si ella ni trabaja? Ah, es fácil verlo. Cuando usted necesita que le cuiden de la gripe, ¿quien es la ùnica que estarà a su lado? Cuando usted cae en un momento de quiebra financiera, ¿solo quien le queda a su lado? Cuando sus amigotes le abandonan y no le tienden una mano cuando màs lo necesita, ¿solo quien le apoya? Cuando en su empresa dudan de usted y le tildan de ladrón y estafador, ¿quien es la ùnica que cree en usted? Cuando una mujer le anda rondando su billetera, ¿quien le ayuda a evitar caer en las redes del cazador?
Un hombre cayó enfermo de cáncer en el estómago. Llegò un momento en que ya no pudo levantarse de la cama. Necesitaba mucha ayuda. Mucha paciencia y mucho amor. Llegò un momento en que no pudo hacer sus necesidades físicas si alguien no le ayudaba. No podìa bañarse asì que para evitar que las bacterias lo pudrieran alguien tenìa que bañarlo todos los dìas. Cuando comía y de sus labios inertes resbalaba la saliva necesitaba que alguien le limpiara la boca. Estaba tan solo y necesitado que solo la esposa de cincuenta y tres años matrimoniales estaba a su lado... Nunca olvido sus palabras: "Hijos, salgan del cuarto, voy a bañar a su papà..." Mi coronel, mi papà, en sus momentos màs duros en que tuvo que enfrentar al enemigo de su salud que lo estaba venciendo, necesitò a su lado no a una hija. No un hijo. No un soldado... Necesitò a su esposa. Y mi mamà se esmerò hasta lo ùltimo para hacerle lo que èl no podìa hacerse por sì mismo... Y aquel coronel, militar y tosco hombre de armas, aùn cuando lo bajaron al sepulcro, la última en retirarse fue su esposa... Ni allì lo quería dejar solo...
Cuide a su esposa... Serà la última en retirarse de su lado aunque sea el cementerio...
¿Como me dice esto, pastor? Tengo una licenciatura, una maestría y un doctorado. Soy alguien. Tengo valor agregado. Mi mujer ya me encontró asì. Asì que ella no ha sido algo para mì... soy lo que soy por esfuerzo propio...
Eso dice usted mi querido sabihondo... Eso dice usted... Porque cuando vemos bajo la lupa de la verdad, usted no es nada sin esa mujer que tiene a su lado y a la que desprecia con tanta ignorancia que el Señor le està tomando en cuenta su accionar.
Dios no se equivocò. Seamos francos. El no dijo: No es bueno que la mujer estè sola. Le harè un hombre para que la ayude. ¡Pobrecita! Necesitarà quien la ayude... No. Eso no fue lo que Dios dijo en Gènesis. Dijo todo lo contrario... Es usted, lector y soy yo quienes necesitamos esa ayuda. Y nuestra ayuda son ellas.
Vamos por partes: Pedro dice que si yo no trato bien a mi esposa el cielo se me vuelve de bronce. Mis oraciones no pasarán màs allà del techo. Dios no me escucha. Hasta que vuelva al buen camino matrimonial y me ponga a cuentas... no con Dios sino con la mujer que èl me ha dado para que me ayude... Tambièn, por si no lo ha leìdo, el proverbista dice: "El que halla esposa halla algo bueno y alcanza el favor del SEÑOR". Prov. 18:22. ¿Lo ve? En cuanto usted, con todos sus tìtulos encontrò a su esposa... encontrò "algo" bueno. Pero no termina allì. Alcanzó el favor de Dios... Puedo ponerle un rosario de citas bìblicas para apuntalar este misterio pero bastan estas... Lo que sì puedo decirle es que si Dios dispuso que las cosas fueran asì, usted con todos sus doctorados ni ideas, ni incredulidades, ni ateísmos puede cambiarlas...
Bien, dirà alguien. ¿En què me puede ayudar mi esposa si ella ni trabaja? Ah, es fácil verlo. Cuando usted necesita que le cuiden de la gripe, ¿quien es la ùnica que estarà a su lado? Cuando usted cae en un momento de quiebra financiera, ¿solo quien le queda a su lado? Cuando sus amigotes le abandonan y no le tienden una mano cuando màs lo necesita, ¿solo quien le apoya? Cuando en su empresa dudan de usted y le tildan de ladrón y estafador, ¿quien es la ùnica que cree en usted? Cuando una mujer le anda rondando su billetera, ¿quien le ayuda a evitar caer en las redes del cazador?
Un hombre cayó enfermo de cáncer en el estómago. Llegò un momento en que ya no pudo levantarse de la cama. Necesitaba mucha ayuda. Mucha paciencia y mucho amor. Llegò un momento en que no pudo hacer sus necesidades físicas si alguien no le ayudaba. No podìa bañarse asì que para evitar que las bacterias lo pudrieran alguien tenìa que bañarlo todos los dìas. Cuando comía y de sus labios inertes resbalaba la saliva necesitaba que alguien le limpiara la boca. Estaba tan solo y necesitado que solo la esposa de cincuenta y tres años matrimoniales estaba a su lado... Nunca olvido sus palabras: "Hijos, salgan del cuarto, voy a bañar a su papà..." Mi coronel, mi papà, en sus momentos màs duros en que tuvo que enfrentar al enemigo de su salud que lo estaba venciendo, necesitò a su lado no a una hija. No un hijo. No un soldado... Necesitò a su esposa. Y mi mamà se esmerò hasta lo ùltimo para hacerle lo que èl no podìa hacerse por sì mismo... Y aquel coronel, militar y tosco hombre de armas, aùn cuando lo bajaron al sepulcro, la última en retirarse fue su esposa... Ni allì lo quería dejar solo...
Cuide a su esposa... Serà la última en retirarse de su lado aunque sea el cementerio...
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