DOS OPCIONES...
Bueno... despuès de todo, ¿què es el amor? Esta es la pregunta que flota en el ambiente matrimonial...
Podemos dar muchas definiciones. Y algunas estarán adecuadas a nuestro pensamiento y pueden estar en lo casi correcto. Leyò bien. Casi.
Porque la verdadera definiciòn de esa famosa palabrita que muchos han estudiado y estudiado hasta el cansancio y no han logrado darle el significado supremo, la verdadera definiciòn se encuentra en la Palabra de Dios.
Partamos de un principio. El amor es de Dios. Eso dice la Biblia. El amor no es de los hombres ni mujeres por muy enamorados que podamos estar. Porque usted debe saber que una cosa es enamorarse y otra amar. El hombre sin Dios no tiene amor. Puede tener ternura, cariño, cuidado, respeto y otras cosas superficiales por su pareja... pero... ¿amor? ¿Del verdadero? Difìcilmente...
Esta es la razòn de los divorcios y las separaciones matrimoniales. No tenemos amor. Por la sencilla razòn que no tenemos a Dios en nosotros. Aùn los cristianos que no conocen personalmente a Jesùs no pueden dar amor. Esto usted lo ve en pastores que se divorcian, hermanos congregacionales que golpean a sus esposas o mujeres de Biblia y oraciòn que traicionan sus votos de fidelidad...
Solo hay Uno que tiene amor: Dios. Es el amor àgape. El amor de Dios que todo lo cree, todo lo perdona (¿todo? sì, TODO), todo lo espera y que no es egoìsta...
Por lo tanto, tenemos solo dos opciones para saber si estamos amando a nuestro cónyuge:
1. Apreciar lo bueno de la otra persona... ¿Hay algo bueno en tu esposo? ¿Hay algo digno de ser mencionado en tu esposa? Estas preguntas son del rabino Pablo.
2. En esto piensa...
Solo dos opciones... No tres ni cuatro. Solo dos... Cuando yo me enfoco en las cosas buenas de mi esposa entonces no tengo tiempo ni opciòn de ver sus debilidades. Cuando mi esposa se enfoca en mis virtudes ya no le queda opciòn de ver mis zonas grises... Las tengo, claro que si, pero ya no serán motivo de disgusto ni divorcio. Podemos lidiar con esas zonas grises basados màs en las cosas buenas y dignas de ser mencionadas que el pasado feo y molesto que nos persigue. Esta es la causa de tanto problema conyugal hoy en dìa. Los paradigmas de la publicidad, las telenovelas, las historias de amor ficticias han provocado una avalancha de malos ejemplos y malas expectativas en los matrimonio aùn cristianos...
Queremos que nuestra pareja se parezca a la estrella de cine que tanto aparece en los periòdicos o en la tele. O las mujeres esperan que sus esposos se parezcan a los galanes de las telenovelas sin ponerse a pensar que son puro maquillaje, son superficiales y engañosos...
Cuando usted se enfoca en las cosas negativas de su pareja està empezando a caminar en la cuerda floja. Su admiraciòn por èl o ella està a punto de menguar. Y aquella persona que tanto le quitó el sueño de pasiòn al principio, ahora le quita el sueño pero por otros motivos: decepción .. Usted està empezando a cuestionar su relación. Usted està a punto de tomar el atajo para resolver la cuestiòn: Abandonar el nido. De allì en adelante todo serà fracaso, vergüenza, señalamiento y otras cositas que para què mencionarlas.
Solo dos opciones. Busque lo bueno en su pareja y piense solo en eso. Lo demàs pierde importancia. Usted lo verà y disfrutará de un matrimonio sano. No perfecto pero sano... Créame por favor...
Podemos dar muchas definiciones. Y algunas estarán adecuadas a nuestro pensamiento y pueden estar en lo casi correcto. Leyò bien. Casi.
Porque la verdadera definiciòn de esa famosa palabrita que muchos han estudiado y estudiado hasta el cansancio y no han logrado darle el significado supremo, la verdadera definiciòn se encuentra en la Palabra de Dios.
Partamos de un principio. El amor es de Dios. Eso dice la Biblia. El amor no es de los hombres ni mujeres por muy enamorados que podamos estar. Porque usted debe saber que una cosa es enamorarse y otra amar. El hombre sin Dios no tiene amor. Puede tener ternura, cariño, cuidado, respeto y otras cosas superficiales por su pareja... pero... ¿amor? ¿Del verdadero? Difìcilmente...
Esta es la razòn de los divorcios y las separaciones matrimoniales. No tenemos amor. Por la sencilla razòn que no tenemos a Dios en nosotros. Aùn los cristianos que no conocen personalmente a Jesùs no pueden dar amor. Esto usted lo ve en pastores que se divorcian, hermanos congregacionales que golpean a sus esposas o mujeres de Biblia y oraciòn que traicionan sus votos de fidelidad...
Solo hay Uno que tiene amor: Dios. Es el amor àgape. El amor de Dios que todo lo cree, todo lo perdona (¿todo? sì, TODO), todo lo espera y que no es egoìsta...
Por lo tanto, tenemos solo dos opciones para saber si estamos amando a nuestro cónyuge:
1. Apreciar lo bueno de la otra persona... ¿Hay algo bueno en tu esposo? ¿Hay algo digno de ser mencionado en tu esposa? Estas preguntas son del rabino Pablo.
2. En esto piensa...
Solo dos opciones... No tres ni cuatro. Solo dos... Cuando yo me enfoco en las cosas buenas de mi esposa entonces no tengo tiempo ni opciòn de ver sus debilidades. Cuando mi esposa se enfoca en mis virtudes ya no le queda opciòn de ver mis zonas grises... Las tengo, claro que si, pero ya no serán motivo de disgusto ni divorcio. Podemos lidiar con esas zonas grises basados màs en las cosas buenas y dignas de ser mencionadas que el pasado feo y molesto que nos persigue. Esta es la causa de tanto problema conyugal hoy en dìa. Los paradigmas de la publicidad, las telenovelas, las historias de amor ficticias han provocado una avalancha de malos ejemplos y malas expectativas en los matrimonio aùn cristianos...
Queremos que nuestra pareja se parezca a la estrella de cine que tanto aparece en los periòdicos o en la tele. O las mujeres esperan que sus esposos se parezcan a los galanes de las telenovelas sin ponerse a pensar que son puro maquillaje, son superficiales y engañosos...
Cuando usted se enfoca en las cosas negativas de su pareja està empezando a caminar en la cuerda floja. Su admiraciòn por èl o ella està a punto de menguar. Y aquella persona que tanto le quitó el sueño de pasiòn al principio, ahora le quita el sueño pero por otros motivos: decepción .. Usted està empezando a cuestionar su relación. Usted està a punto de tomar el atajo para resolver la cuestiòn: Abandonar el nido. De allì en adelante todo serà fracaso, vergüenza, señalamiento y otras cositas que para què mencionarlas.
Solo dos opciones. Busque lo bueno en su pareja y piense solo en eso. Lo demàs pierde importancia. Usted lo verà y disfrutará de un matrimonio sano. No perfecto pero sano... Créame por favor...
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