PRIORIDAD UNO...


Es asombroso como la iglesia ha perdido las enseñanzas de Pablo sobre el matrimonio. Ah, y también las de Pedro.

Ambos coinciden en que los hombres de Dios deben ser hombres que amen a sus esposas. Que las traten como vasos más frágiles. Que sean servidores como Jesucristo sirvió y sirve a su Esposa la Iglesia...

Pero claro, con perdón de ustedes, queridos pastores, están instruyendo mal a los hombres. Se les está enseñando a esforzarse por atender bien a su familia. Que a sus hijos no les falte nada. Que tengan su casa propia y que alcancen sus metas profesionales a cualquier costo... Si, a cualquier costo. Y el costo, mis queridos, siempre es el matrimonio. El dicho popular chapìn: "La novia del estudiante no es la esposa del profesional" se cumple en estos casos. Cristianos incluidos. Pastores también...

La Biblia tiene mucho que decir sobre el matrimonio. También sobre la familia. Y los hijos. Y el hogar. Y la casa... Si usted, que me lee ve bien las separaciones, notará que cada segmento es diferente uno del otro.

Usted puede tener  familia, pero no forzosamente tiene matrimonio. Puede tener casa pero no hogar. Son cosas diferentes. Por eso Pablo pone el dedo en la llaga cuando dice algo sobre los que quieren servir en la Iglesia: Maridos de una sola mujer: matrimonio. Que sepan tener a sus hijos en sujeción:  Familia. Que gobiernen bien sus hogares.

Matrimonio. Hogar. Familia. Tres ámbitos en los cuales se está fracasando hoy en dìa.  Como escribí ayer, el ecosistema familiar se está destruyendo cuando uno de los puntos de apoyo resbala...

Su matrimonio debe ser una prioridad...

Un gran porcentaje de divorcios son evitables. Realmente es posible amar al ser que tenemos a nuestro lado si le dedicamos nuestra energía y nos empeñamos fervientemente en ello. El fenómeno de "hemos crecido en distintas direcciones" se puede evitar si el matrimonio se convierte en una prioridad y si tenemos la voluntad de invertir constantemente en èl.

Cuanto más se invierte, más se ama. Más aún, la pareja en cierto sentido tiene prioridad incluso por sobre los hijos, porque si la pareja funciona bien, los hijos van a estar bien. Por lo tanto es importante tomarse el tiempo para estar juntos, contactarse con mayor asiduidad, sorprenderse mutuamente, decirle a su esposa que la ama, agradecerle al esposo por lo que hace por la familia, salir los dos solos, compartir una actividad cualquiera que sea agradable para ambos.

Definitivamente estos pequeños detalles van a hacer una gran diferencia...

He visto muchos pastores que cuando ya están en el pináculo de su ministerio, se divorcian de su esposa y se casan con la jovencita del grupo de alabanza... ¿Què está pasando? ¿Pensaron en la esposa? No. ¿Pensaron en su familia? No. ¿Pensaron en su hogar? No. Destruyeron tres ámbitos sobre los cuales descansa no solo la sociedad sino también la Iglesia...

Y en Malaquìas el Señor pregunta: ¿Donde está la mujer de tu juventud?

¿Què responderemos...? Nuestra pareja,  queridos, es la prioridad uno... No negociable.


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