ONESÌFORO... si tiene usted alguno, cuidelo...
Hay gentes que nos hacen sentir orgullosos. Por demás està decir que no son todos. Què bueno sería que nosotros mismos podamos ser de esa clase de personas que dejan todo por estar allí en el momento, lugar y espacio correctos. Cuando nos necesiten...
En mi congregación hay gente hermosa. Muy hermosa... Como pastor, me siento privilegiado de tener un pueblo de quien puedo dar cuentas con alegría Porque debe usted, lector, saber que Dios me pide cuentas por cada familia que me agrega a la congregación No olvido que son sus ovejas, no mías. El rebaño es de Èl. Soy solamente, como dice Pablo, administrador. Soy mayordomo, no dueño...
Me viene esto a la mente porque en las familias hacen falta personas como Onesìforo. El nombre no es muy agradable, especialmente porque en nuestro idioma se presta para bromas. Pero èl no es broma. Es todo un creyente dispuesto a dejar sus intereses por ayudar a quien lo necesita.
Y quien lo necesita, es nada más ni nada menos que el Apóstol Pablo. Pablo està preso. No tiene apartado postal. No tiene twitter, facebook ni correo electrónico Asì que no sabe dónde encontrarlo. No sabe en què lugar lo tienen internado, como està la hermana Glenda en el Seguro Social despuès de su accidente. Solicitó donadores de sangre, di el anuncio un lunes y el dìa siguiente, martes, allí estaban los Onesìforos diciendo "presente, hermana, aquì estàn nuestras venas para que obtenga la sangre que necesita..." Sin bombos ni platillos. Su madre, la hermana Isabelita era la ùnica que tenía las tarjetas para entrar. Ellos la buscaron. Le llamaron por teléfono e hicieron lo que solo los Onesìforos saben hacer... Servir.
Eso es lo que pone orgulloso a Pablo: Lea lo que dice de su amigo: "Conceda el Señor misericordia a la casa de Onesíforo, porque muchas veces me dio refrigerio y no se avergonzó de mis cadenas, 17 antes bien, cuando estuvo en Roma, me buscó con afán y me halló; 18 que el Señor le conceda hallar misericordia del Señor en aquel día. Además, los servicios que prestó en Efeso, tú lo sabes mejor. 2 Timoteo 1:16
¿No serà su esposo, querida hermana uno de ellos? Sièntase orgullosa de èl...
¿Serà su esposa una de esa clase, querido hermano? Siéntase orgulloso de ella. O de alguno de sus hijos. O sus padres talvez...
En la familia necesitamos gente asì. En los matrimonios necesitamos gente asì. Que estén dispuestos a quedarse sin el vuelto con tal de que el dependiente tenga su propina. Con tal de que el hermano de cara triste tenga para el bus. Con tal de que el que pide en la esquina tenga su pan...
Onesìforos que busquen donde està la necesidad. En donde se puede servir un desayuno. En donde se puede dar un abrazo. Un beso. Un "buenos días" al menos...
Y, por sobre todo, permitamos que Jesùs se sienta orgulloso de ellos... Usted puede ser uno de ellos.
En mi congregación hay gente hermosa. Muy hermosa... Como pastor, me siento privilegiado de tener un pueblo de quien puedo dar cuentas con alegría Porque debe usted, lector, saber que Dios me pide cuentas por cada familia que me agrega a la congregación No olvido que son sus ovejas, no mías. El rebaño es de Èl. Soy solamente, como dice Pablo, administrador. Soy mayordomo, no dueño...
Me viene esto a la mente porque en las familias hacen falta personas como Onesìforo. El nombre no es muy agradable, especialmente porque en nuestro idioma se presta para bromas. Pero èl no es broma. Es todo un creyente dispuesto a dejar sus intereses por ayudar a quien lo necesita.
Y quien lo necesita, es nada más ni nada menos que el Apóstol Pablo. Pablo està preso. No tiene apartado postal. No tiene twitter, facebook ni correo electrónico Asì que no sabe dónde encontrarlo. No sabe en què lugar lo tienen internado, como està la hermana Glenda en el Seguro Social despuès de su accidente. Solicitó donadores de sangre, di el anuncio un lunes y el dìa siguiente, martes, allí estaban los Onesìforos diciendo "presente, hermana, aquì estàn nuestras venas para que obtenga la sangre que necesita..." Sin bombos ni platillos. Su madre, la hermana Isabelita era la ùnica que tenía las tarjetas para entrar. Ellos la buscaron. Le llamaron por teléfono e hicieron lo que solo los Onesìforos saben hacer... Servir.
Eso es lo que pone orgulloso a Pablo: Lea lo que dice de su amigo: "Conceda el Señor misericordia a la casa de Onesíforo, porque muchas veces me dio refrigerio y no se avergonzó de mis cadenas, 17 antes bien, cuando estuvo en Roma, me buscó con afán y me halló; 18 que el Señor le conceda hallar misericordia del Señor en aquel día. Además, los servicios que prestó en Efeso, tú lo sabes mejor. 2 Timoteo 1:16
¿No serà su esposo, querida hermana uno de ellos? Sièntase orgullosa de èl...
¿Serà su esposa una de esa clase, querido hermano? Siéntase orgulloso de ella. O de alguno de sus hijos. O sus padres talvez...
En la familia necesitamos gente asì. En los matrimonios necesitamos gente asì. Que estén dispuestos a quedarse sin el vuelto con tal de que el dependiente tenga su propina. Con tal de que el hermano de cara triste tenga para el bus. Con tal de que el que pide en la esquina tenga su pan...
Onesìforos que busquen donde està la necesidad. En donde se puede servir un desayuno. En donde se puede dar un abrazo. Un beso. Un "buenos días" al menos...
Y, por sobre todo, permitamos que Jesùs se sienta orgulloso de ellos... Usted puede ser uno de ellos.
Gran enseñanza papá, el reto es llegar a parecerme a Onesíforo y ser portador de la misericordia y amor de Dios, excelente. Salidos!!!
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