NO NOS ENGAÑEMOS...

Queremos saber todo...

No queremos andar a tientas sino que nos esforzamos por querer estar enterados a donde vamos. No nos agrada la inseguridad...

El problema es que con Dios, no tenemos opción  O caminamos o nos quedamos rezagados. Si escogemos lo ùltimo, nos frustraremos y quedaremos aniquilados. Dios aún tiene el control de todo y no tiene por què darnos explicaciones. Lo mejor es seguirlo. Èl sì sabe a donde llevarnos.

Una de las preguntas más repetidas a Dios es: ¿A donde nos llevas? ¿Donde está el sendero? Y èl, como buen guía  no nos lo dice. Quizá nos dè una o dos pistas, pero eso es todo.  Si lo hiciera, ¿lo entenderíamos?  ¿ Comprenderíamos nuestra ubicación?  No; así como un viajero aventurero, no estamos familiarizados con esta selva de cemento. De modo que en lugar de darnos una respuesta, Jesùs nos da un regalo mucho mayor. Èl se nos da a sì mismo... Èl nos guía. Nos lleva de la mano.

¿Nos quita la selva? No. La vegetación aún es espesa. ¿Elimina los pecadores y las personas que nos caen mal? No. Es necesario conocer los vericuetos del camino. Jesùs nunca prometió quitarnos la selva. Lo que sì nos ofreció es enseñarnos a caminar por ella.

Por eso dijo: "Estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo" Mat. 28:20.

Necesitamos recordar esto. Todos necesitamos ese recordatorio, puesto que todos nosotros necesitamos esperanza.

Quizá para algunos de ustedes no es necesario recordar esto por estos tiempos. Talvez su selva se ha convertido en una pradera y su viaje es placentero. Si ese es el caso, felicitaciones. Pero recuerde: no sabemos lo que nos depara el mañana.  No sabemos a dònde  nos llevarà este camino. Puede que usted estè a un paso de parar en el cementerio o de estar en la cama de un hospital, o de estar en una casa vacìa.  Puede que usted sea una curva en el camino de una selva...

Por eso es necesario no engañarnos. No conocemos el sendero por donde vamos. Cada dìa, Jesùs nos abre la puerta para que entremos a lo desconocido para nosotros pero no para Èl. Èl sì sabe a donde llevarnos y como. Lo que sì es cierto es lo que dice el salmista... "En lugares de delicados pastos me hace descansar, me conduce a aguas de reposo..."

¿No es maravilloso dejarnos llevar por Sus Manos que son lo más seguro que encontramos en esta aventura que se llama vida? No nos engañemos. No conocemos nada. Apenas conocimos el dìa de hoy... si es que lo terminamos...

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