SU TESORO...
Tener tesoros es emocionante. Bueno, nosotros los humanos corrientes le llamamos "tesoro" a cualquiera de nuestros hijos o a nuestro cónyuge Como a veces nos brota la ternura, asì les decimos a nuestra hija o a nuestra esposa...
En una palabra... decir tesoro es eso: una palabra.
Pero no para Jesùs...
¿Quiere conocer su corazòn? ¿Realmente quiere saber de què lado de la balanza se encuentra? ¿Quiere saber la respuesta sin darle fin a mi pàgina...?
Cuando realmente estamos buscando esta respuesta... empecemos por las finanzas. Por el dinero y las cosas materiales. Esa es la mejor prueba para saber dónde está nuestro corazòn...
Jesùs ya lo dijo y es cierto. Porque donde esté tu tesoro, allí estará tu corazòn... Mat. 6:21.
Si reconocemos que nuestras finanzas y las cosas materiales le pertenecen a Dios y que nosotros solo somos administradores, entonces, probablemente nuestro corazòn también está en las manos de Dios.
La ecuación es simple. El bisturí de la Palabra del Señor es bien afilado. Corta hasta partir el alma y muchas otras cosas...
Eso explica por què muchos cristianos no diezman. Dan una serie de subterfugios. Y son solo eso: subterfugios. Porque la realidad es otra. El dinero los atrapa. Los envuelve y les habla. Mammòn les dice que no se queden sin èl. Su corazòn no está limpio del todo. Hay cristianos que por un pedazo de tierra llegan a matarse entre sì. Su corazòn está sucio y lleno de lujuria por terrenos, vacas, ovejas y todo lo que signifique "cosas". Y no lo quieren creer. Levantan las manos en el culto. Cantan coritos a viva voz. Sirven en privilegios en la iglesia. Limpian las sillas... pero no limpian su corazòn. A la hora de la ofrenda y diezmar, las cosas cambian. El dinero es su señor. La balanza se inclina del lado de lo material. Es allí donde fallan. Y creo que se sienten miserables. Tacaños. Materialistas... y se amargan. Empiezan a acusar al pastor que le quita "su dinero" a las ovejas y un montón de mentiras más Saben que su corazòn es confrontado a la hora de la ofrenda cuando voltean a ver a otro lado. O hipócritamente se ponen a hacer como que oran... Pobres.
Por eso Jesùs dio en el blanco... Tu tesoro no es la nena. Tampoco tu esposa... es lo que le niegas a Dios.
Gracias por haber llegado hasta el final... Cuide su corazòn. De èl mana la vida, dijo el Rey...
En una palabra... decir tesoro es eso: una palabra.
Pero no para Jesùs...
¿Quiere conocer su corazòn? ¿Realmente quiere saber de què lado de la balanza se encuentra? ¿Quiere saber la respuesta sin darle fin a mi pàgina...?
Cuando realmente estamos buscando esta respuesta... empecemos por las finanzas. Por el dinero y las cosas materiales. Esa es la mejor prueba para saber dónde está nuestro corazòn...
Jesùs ya lo dijo y es cierto. Porque donde esté tu tesoro, allí estará tu corazòn... Mat. 6:21.
Si reconocemos que nuestras finanzas y las cosas materiales le pertenecen a Dios y que nosotros solo somos administradores, entonces, probablemente nuestro corazòn también está en las manos de Dios.
La ecuación es simple. El bisturí de la Palabra del Señor es bien afilado. Corta hasta partir el alma y muchas otras cosas...
Eso explica por què muchos cristianos no diezman. Dan una serie de subterfugios. Y son solo eso: subterfugios. Porque la realidad es otra. El dinero los atrapa. Los envuelve y les habla. Mammòn les dice que no se queden sin èl. Su corazòn no está limpio del todo. Hay cristianos que por un pedazo de tierra llegan a matarse entre sì. Su corazòn está sucio y lleno de lujuria por terrenos, vacas, ovejas y todo lo que signifique "cosas". Y no lo quieren creer. Levantan las manos en el culto. Cantan coritos a viva voz. Sirven en privilegios en la iglesia. Limpian las sillas... pero no limpian su corazòn. A la hora de la ofrenda y diezmar, las cosas cambian. El dinero es su señor. La balanza se inclina del lado de lo material. Es allí donde fallan. Y creo que se sienten miserables. Tacaños. Materialistas... y se amargan. Empiezan a acusar al pastor que le quita "su dinero" a las ovejas y un montón de mentiras más Saben que su corazòn es confrontado a la hora de la ofrenda cuando voltean a ver a otro lado. O hipócritamente se ponen a hacer como que oran... Pobres.
Por eso Jesùs dio en el blanco... Tu tesoro no es la nena. Tampoco tu esposa... es lo que le niegas a Dios.
Gracias por haber llegado hasta el final... Cuide su corazòn. De èl mana la vida, dijo el Rey...
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