TRABAJANDO DURO...


Posiblemente lo que van a leer no les agrade a algunas personas que esperan que su matrimonio sea una "eterna luna de miel" y que sea su pareja la que haga lo imposible por mantener el matrimonio andando... Esto requiere trabajo duro y constante. No es cuestión de un dìa ni de un año. Tampoco es asunto de una sola persona. Se  necesitan dos leños para que el fuego arda...
Queremos creer en el matrimonio ideal que vemos en los cuentos de hadas, el romance de estrella de cine, perfecto, sin fallas. Si tienes la fama y la fortuna, obviamente tienes el "felices para siempre" también. Admitir que un matrimonio requiere trabajo no es una forma tan romántica de expresar amor. Rompe nuestra idea de que mi matrimonio "debe" funcionar por sì solo... Craso error. Requiere trabajo. Y del duro...
El trabajo implica sudor y no deberíamos tener que sudar en un buen matrimonio. Debería ser automático.
Cualquiera que cree que eso es cierto, no entiende realmente de qué se trata el matrimonio.
No hay matrimonios perfectos que simplemente se dan. No hay finales de cuentos con esposos y esposas que simplemente viven cada día en dicha absoluta. Los esposos y las esposas luchan juntos. Enfrentan desafíos, algunos más grandes que la vida misma y algunos que pueden parecer tan simples y pequeños pero que de alguna manera se hacen grandes – como cuando se hace demasiado difícil otorgar una cálida sonrisa. Simplemente no tenemos ganas, pero debemos escarbar profundo y ser amables.
Incluso los buenos matrimonios requieren trabajo duro. Cuando alguna pareja me cuenta que recientemente se casaron y que están tan "enamorados", sé que ellos aún no han experimentado en realidad el verdadero amor. El verdadero amor crece en aquellos momentos a lo largo de los años en que aprendemos a dejar de lado nuestras diferencias y buscamos la paz. Nos esforzamos e intentamos perdonar. Las noches oscuras pueden parecer interminables. Escalamos montañas juntos. Nos tropezamos. Enfrentamos visiones difíciles que nunca soñamos. Hay momentos increíbles de alegría y hay dolorosos momentos de tristeza. Atravesamos todo eso juntos y nos damos cuenta de que nuestro amor se ha hecho más fuerte de lo que nunca hubiéramos imaginado. Requiere esfuerzo constante, pero al final del día descubrimos que nos importa esta persona como ninguna otra.  El mito es que solamente parejas con matrimonios terribles necesitan trabajar en su matrimonio.  Sin importar quién eres, sin importar cuán rico, cuán hermoso, cuán exitoso y cuán poderoso seas, las parejas deben trabajar juntas para que su matrimonio perdure. Y finalmente, esto se convierte en un trabajo de amor de toda la vida, no una cadena perpetua de trabajo forzado. Trabajo mi matrimonio porque amo a mi esposa. Me interesa tenerla conmigo el resto de mis días...
Y el trabajo nunca acaba. No hay edad en la que podamos decir que ahora podemos simplemente andar tranquilos por la vida. La Biblia nos enseña que cuando Dios le reveló a Abraham que él y Sara tendrían un hijo en su vejez, Él se empeñó por proteger su matrimonio y su paz matrimonial, y no le reveló que Sara había dicho "mi esposo es viejo". El mensaje es que la paz en nuestros hogares es nuestra posesión más valiosa y nunca puede ser dada por sentado. Ni siquiera en la casa de Abraham y Sara; ni siquiera a la edad de 90 y 100.
¿Cómo podemos trabajar en nuestro matrimonio y fortalecerlo a lo largo de los años? Ese serà el tema de mañana... Esperelo. Si ha llegado hasta aquí...

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NIÑERA Y SUS "BUENAS" INTENCIONES... (Parte 1)

DESATADLO Y DEJADLO IR. (Jn. 11:44)

PASAS Y MANZANAS