TE ESTAN SIGUIENDO...
Lucas 22:10
Había necesidad de agua en la casa. Alguien debìa ir a traerla al pozo. Pero la esposa estaba ocupada. Su hija incapacitada por el momento. Era un trabajo que solo las mujeres realizaban en aquel tiempo: Recoger leña y llevar agua a la casa.
Pero èl decidió ese dìa hacerlo. No tenía porqué sentirse mal. Era solo un dìa. Ya volverían las mujeres a cumplir ese oficio...
Jesùs está con sus discípulos en otro barrio de la ciudad. Necesitan reunirse en un lugar específico para cenar. Pero los discípulos no conocen el lugar. Y, conociendo los perfectos planes de su Padre, les indica algo que el hombre del cántaro no se imagina...
"Sìganlo. Y donde èl entre, entren ustedes y arreglen allí la Cena"
Estoy escribiendo para aquellos que ni se imaginan que los están siguiendo... Pero los están siguiendo. Nos guste o no. Porque solo hay dos clases de personas: Seguidores y a quienes se les sigue... Especialmente si llevas tu cántaro lleno de agua. De Palabra de Dios.
Porque si algo necesitan hoy las gentes es algo que refresque su existencia. Algo que sane su dolor. Que mitigue su soledad. Y eso solo Cristo lo puede hacer. Pero para eso se necesitan hombres y mujeres que guíen a aquellos que esperan ser llevados al Pozo de Agua para mojar su sequedad, volver en dulzura su amargura, convertir su tristeza en gozo y que se les pongan vestiduras de alegría en lugar del luto...
Si usted es una persona que lleva su cántaro de agua que es la Palabra de vida, no dude que lo están siguiendo. Lo siguen para ver de donde saca su agua que lo mantiene satisfecho con lo que es, con lo que tiene, con lo que vive... Le seguirán para tener ellos también esa satisfacción de llenar no solo sus vidas pero también sus corazones con el Agua de Vida que es Cristo...
Así que cuìdese. Le estàn siguiendo y de seguro usted, como el hombre de la historia de Lucas, ni cuenta se ha dado...
Había necesidad de agua en la casa. Alguien debìa ir a traerla al pozo. Pero la esposa estaba ocupada. Su hija incapacitada por el momento. Era un trabajo que solo las mujeres realizaban en aquel tiempo: Recoger leña y llevar agua a la casa.
Pero èl decidió ese dìa hacerlo. No tenía porqué sentirse mal. Era solo un dìa. Ya volverían las mujeres a cumplir ese oficio...
Jesùs está con sus discípulos en otro barrio de la ciudad. Necesitan reunirse en un lugar específico para cenar. Pero los discípulos no conocen el lugar. Y, conociendo los perfectos planes de su Padre, les indica algo que el hombre del cántaro no se imagina...
"Sìganlo. Y donde èl entre, entren ustedes y arreglen allí la Cena"
Estoy escribiendo para aquellos que ni se imaginan que los están siguiendo... Pero los están siguiendo. Nos guste o no. Porque solo hay dos clases de personas: Seguidores y a quienes se les sigue... Especialmente si llevas tu cántaro lleno de agua. De Palabra de Dios.
Porque si algo necesitan hoy las gentes es algo que refresque su existencia. Algo que sane su dolor. Que mitigue su soledad. Y eso solo Cristo lo puede hacer. Pero para eso se necesitan hombres y mujeres que guíen a aquellos que esperan ser llevados al Pozo de Agua para mojar su sequedad, volver en dulzura su amargura, convertir su tristeza en gozo y que se les pongan vestiduras de alegría en lugar del luto...
Si usted es una persona que lleva su cántaro de agua que es la Palabra de vida, no dude que lo están siguiendo. Lo siguen para ver de donde saca su agua que lo mantiene satisfecho con lo que es, con lo que tiene, con lo que vive... Le seguirán para tener ellos también esa satisfacción de llenar no solo sus vidas pero también sus corazones con el Agua de Vida que es Cristo...
Así que cuìdese. Le estàn siguiendo y de seguro usted, como el hombre de la historia de Lucas, ni cuenta se ha dado...
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