LA LUNA...

Por allà por los años ochenta, grabaron una canción que se llamó El Toro Enamorado de la Luna... Claro, es solo una canción y con tal que rime y dè la métrica correcta, se vale de todo.  Es poesía cantada. Porque hasta hoy nunca he visto a un toro que se enamore de la luna.

Me vino esto a la mente porque... ¿Què es la luna?

Es solo un satèlite de la tierra. No genera luz. Apartada del sol, la luna no es nada màs que una roca gris llena de agujeros.  Pero psicionada correctamente, la luna brilla...

Dejemos que haga aquello para lo cual fue creada, y un terròn de polvo se convierte en una fuente de inspiraciòn y un sìmbolo de romance... Muchos le cantan a la luna. Hasta hay novios que prometen bajàrsela a su pareja... Y muchas lo han creìdo.

La luna refleja la luz mayor.  ¿Què sucederìa si aceptàramos nuestro lugar como reflectores del Hijo?

¿Què tal si conviertièramos en nuestra meta el brillar con todo el resplandor de Cristo? Buena pregunta... ¿No cree?


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