CUANDO PERDEMOS LA FE...

Aunque no sabemos todo en la vida, debemos saber que habrá momentos en que podemos perder la fe. Corrijo: no la perdemos... solo la extraviamos. Porque la Biblia no declara que tener fe perdida y luego encontrada es algo que sucede al cristiano. Extraviar algo es buscarlo, como la moneda de aquella mujer que barrió y limpió hasta encontrarla. Así nosotros, debemos barrer y limpiar nuestra vida hasta encontrar la fe que se nos extravía por diversos motivos...

¿Le parece que estoy escribiendo algo difícil de creer? Lo fue para los discípulos.

La noche de su arresto,  Jesús hizo este anuncio: "Todos ustedes van a perder su fe en mí esta noche. Así lo dice la Escritura: Mataré al pastor, y las ovejas se dispersarán. Pero cuando yo resucite, los volveré a reunir en Galilea..." Mat. 26:31-32.

A estas alturas, los discípulos habían conocido a Jesús durante tres años. Habían pasado muchas noches con él. Le conocían el paso, el acento y el sentido del humor. Le habían olido el aliento, lo habían oído roncar, y lo habían visto lavarse los dientes después de comer. Habían presenciado milagros de los que conocemos y muchos más que no conocemos. Pan multiplicado. Leprosos limpiados. Agua convertida en vino y una caja de pollo frito en un banquete al aire libre. Quitaron vestiduras a un muerto de cuatro días. Observaron el lodo que cayó de los ojos de un hombre que había sido ciego. Durante tres años disfrutaron de un asiento en primera fila en sus discursos... ¿Y como respondieron?

La noche de su arresto huyeron. Desertaron. Se apartaron y lo dejaron solo. Sus promesas de fidelidad se derritieron como mantequilla en sartén caliente... Pero la promesa de Jesús sigue firme: "Pero cuando yo resucite los volveré a juntar".

Traduzcamos: La caída de ustedes será grande, pero mi amor será superior. Si tropiezan yo los agarraré. Si se dispersan, yo los reuniré. Si se alejan de mi, yo iré tras ustedes. Los esperaré en Galilea... O en el cielo...

Lo que Jesús nos dice es esto: Aunque ustedes pierdan la fe en mi, yo no perderé la fe en ustedes...

Qué hermoso. Jesús sigue creyendo en mi. Sigue confiando en que no lo negaré aunque las cosas se pongan difíciles. Èl confía en que cuando todo esté en contra, levantaré mis ojos a los montes y esperaré en que mi socorro venga de Él... Aunque por momentos me fe se derrita. Aunque por momentos el enemigo de mi fe me susurre al oído que Jesús no vendrá. Aunque la voz del enemigo me haga creer que Jesús me abandonó. A pesar de todo eso, Jesús sabe que en el fondo de mi ser esperaré en Él y sé que sé que Jesús es Fiel y lo seguirá siendo por toda la eternidad...

Crea entonces, querido lector o lectora, que Jesús cree en usted porque usted cree en Él... Y siga adelante. No desmaye, Él está allí para ayudarnos a ambos...

Comentarios

  1. Gracias por publicar este post, sin dudas a muchos como a mí, esta recarga de fe llega justo a tiempo para no soltarnos de la mano de nuestro maestro.
    Lo amo!!!

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