VENGAN A MI...
Mateo 11:28
Dios tiene mejores ideas que nosotros con respecto al agotamiento. Por algo Él dice que sus planes para nosotros son de bien y no de mal. Pero... ¿Lo creemos? Porque no es lo mismo leerlo que creerlo. Lo leemos todos los domingos pero el lunes volvemos a la rutina del afán, del miedo, del temor por saber si realmente tendremos suficiente provisión para la semana... Tenemos, debemos, necesitamos urgentemente creer...
Ese fue el mensaje de Pablo a los afanados de aquel y de todos los tiempos. Creo ver al apóstol con el rostro rojo, los puños apretados y los vasos sanguíneos inflamándose en el cuello... "Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición" (Gál. 3:13) Traducción: "Dile no a las piramides de Egipto" "Dile no a los ladrillos y la paja" "No a las reglas sociales y exigencias materiales" "Dile no a la esclavitud financiera" "No al mundo" Cristo nos redimió. Eso quiere decir: Nos libertó. Ya no tenemos de qué preocuparnos... Aparentemente lo sabemos pero tiene que haber algo en nuestra vida para demostrarnos que si es posible...
Recordemos a los mineros chilenos. Atrapados debajo de setecientos metros de roca sólida. Los treinta y tres hombres estaban desesperados. No había esperanza a la vista. Comían dos cucharadas de atún, un sorbo de leche y un pedazo de durazno día por medio. Durante dos meses optaron por hacer lo único que podían... Orar para que alguien los salvara allá "arriba"... No había más que hacer que esperar. Y eso hicieron...
El trece de octubre del dos mil diez los hombres empezaron a emerger del fondo de la tierra. Un bisabuelo. Otro de cuarenta y pico de años que planeaba casarse. Un joven de diecinueve años... Todos tenían historias distintas, pero todos habían tomado la misma decisión: confiar en que alguien más los redimiera, que los salvara... Ninguno de ellos dijo: Puedo salir yo solo. No necesito a nadie. Soy suficiente. No. Todos dijeron lo mismo: "Si alguien más no nos ayuda no saldremos de aquí". "Si alguien no penetra esta oscuridad no saldremos a la luz..."
¿Por qué nos es tan difícil hacer lo mismo?
Los intentos de salvación propia no garantizan más que agotamiento. Correteamos y salimos disparados a resolver nuestros problemas, tratando de agradarnos a nosotros mismos y a Dios. Nos cansamos, nos deprimimos y caemos en el agujero minero no de Chile sino de nuestro propio sistema de afanes y búsqueda de soluciones... Y eso nos convierte en las personas más cansadas del mundo. Y de la iglesia.
Por eso era necesario que Jesús dijera lo que dijo: "Vengan a Mi los cansados". El no dijo: "vengan a mi los perfectos, sanos y puros" No, Él dijo lo que ya leyó: los cansados. Los agotados. Los sin esperanza. Los traicionados por el cónyuge infiel. Los abandonados por la esposa que se fue con otro. Los padres huérfanos que se quedaron sin hijos. Los que este diciembre no tendrán a nadie que los abrace.
"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar"
Jesús penetró las tinieblas de nuestro hoyo lleno de desesperanza para darnos esperanza, para darnos vida abundante, para darnos seguridad de que todo está bien... Descanse. Duerma tranquilo. Coma en paz. Allá "arriba" hay Alguien que está atento a nuestra aflicción...
Dios tiene mejores ideas que nosotros con respecto al agotamiento. Por algo Él dice que sus planes para nosotros son de bien y no de mal. Pero... ¿Lo creemos? Porque no es lo mismo leerlo que creerlo. Lo leemos todos los domingos pero el lunes volvemos a la rutina del afán, del miedo, del temor por saber si realmente tendremos suficiente provisión para la semana... Tenemos, debemos, necesitamos urgentemente creer...
Ese fue el mensaje de Pablo a los afanados de aquel y de todos los tiempos. Creo ver al apóstol con el rostro rojo, los puños apretados y los vasos sanguíneos inflamándose en el cuello... "Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición" (Gál. 3:13) Traducción: "Dile no a las piramides de Egipto" "Dile no a los ladrillos y la paja" "No a las reglas sociales y exigencias materiales" "Dile no a la esclavitud financiera" "No al mundo" Cristo nos redimió. Eso quiere decir: Nos libertó. Ya no tenemos de qué preocuparnos... Aparentemente lo sabemos pero tiene que haber algo en nuestra vida para demostrarnos que si es posible...
Recordemos a los mineros chilenos. Atrapados debajo de setecientos metros de roca sólida. Los treinta y tres hombres estaban desesperados. No había esperanza a la vista. Comían dos cucharadas de atún, un sorbo de leche y un pedazo de durazno día por medio. Durante dos meses optaron por hacer lo único que podían... Orar para que alguien los salvara allá "arriba"... No había más que hacer que esperar. Y eso hicieron...
El trece de octubre del dos mil diez los hombres empezaron a emerger del fondo de la tierra. Un bisabuelo. Otro de cuarenta y pico de años que planeaba casarse. Un joven de diecinueve años... Todos tenían historias distintas, pero todos habían tomado la misma decisión: confiar en que alguien más los redimiera, que los salvara... Ninguno de ellos dijo: Puedo salir yo solo. No necesito a nadie. Soy suficiente. No. Todos dijeron lo mismo: "Si alguien más no nos ayuda no saldremos de aquí". "Si alguien no penetra esta oscuridad no saldremos a la luz..."
¿Por qué nos es tan difícil hacer lo mismo?
Los intentos de salvación propia no garantizan más que agotamiento. Correteamos y salimos disparados a resolver nuestros problemas, tratando de agradarnos a nosotros mismos y a Dios. Nos cansamos, nos deprimimos y caemos en el agujero minero no de Chile sino de nuestro propio sistema de afanes y búsqueda de soluciones... Y eso nos convierte en las personas más cansadas del mundo. Y de la iglesia.
Por eso era necesario que Jesús dijera lo que dijo: "Vengan a Mi los cansados". El no dijo: "vengan a mi los perfectos, sanos y puros" No, Él dijo lo que ya leyó: los cansados. Los agotados. Los sin esperanza. Los traicionados por el cónyuge infiel. Los abandonados por la esposa que se fue con otro. Los padres huérfanos que se quedaron sin hijos. Los que este diciembre no tendrán a nadie que los abrace.
"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar"
Jesús penetró las tinieblas de nuestro hoyo lleno de desesperanza para darnos esperanza, para darnos vida abundante, para darnos seguridad de que todo está bien... Descanse. Duerma tranquilo. Coma en paz. Allá "arriba" hay Alguien que está atento a nuestra aflicción...
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