Y TU... ¿ERES CRISTIANO?
Mat. 11:3-5.
Juan está en la cárcel. Jesús no ha llegado a visitarlo y entra en conflicto. Conflicto con su fe. Él había hecho la confesión profética que Jesús era el Mesías prometido a Israel, que lo siguieran a Él. Así que Juan cede el puesto y Jesús toma la batuta. Pero algo sucede en el interior de Juan y entra en pánico. ¿Será que me equivoqué? Y envía a sus amigos a Jesús para preguntarle algo que es sumamente importante...
¿Eres tú el que había de venir o esperamos a otro? Lo que me sorprende de Jesús es que Él hubiera podido decirlo con palabras. "Si, yo Soy el Mesías". Él pudo abrir sus Labios y expresar las mismas palabras de la zarza... "Yo Soy". ¿Acaso no era el mismo? Sin embargo nos dejó una buena lección. No lo digas. Muéstralo. No hables. Hazlo. No lo expreses. Demuéstralo... Que tus hechos griten tanto que no se escuchen tus palabras...
Y usted sabe el resto. Díganle a Juan lo que han visto. No lo que oyeron. No lo que me escucharon decir. No. Díganle lo que me vieron hacer. Los hechos de mi conducta. El poder que obró en Mí.
Y esa es la pregunta que nos hace el mundo: ¿Eres cristiano? Muchos responderán:
"Claro, voy a la iglesia todos los domingos".
"Por supuesto, diezmo",
"Claro que sí, ¿no ves que canto como los jilgueros?
"Qué pregunta... ¿no ves que predico?
Pero no hay señales. Tristemente no hay señales. Solo palabras. Retórica. Porque especialmente en esta época muchos irán a los bailes de fin de año. Muchos irán a los centros comerciales a gastar su dinero en lo que no es leche y miel. Muchos estarán preparándose para sus estrenos obligados de diciembre...
Muchos hombres y mujeres que van a la Iglesia los domingos se ausentarán de ella los siguientes cuatro del mes porque estarán despidiendo el año. Y llegarán a sus casas manchados por el adulterio, por las borracheras, por las mentiras y la bancarrota financiera...
Y tendrán que enfrentar la pregunta: ¿Eres cristiano?
¿Cual irá a ser su respuesta?
"Acaso no ves que tengo Biblia?"
"No ves que me visto con manga larga y cara aburrida?"
"No has notado que grito bien fuerte Aleluya?"
"No te has dado cuenta que dirijo los cantos en el culto?"
¿Qué dirá Jesús de esas respuestas? Pero quizá hay una pregunta más importante: ¿Cuál va a ser su respuesta a esta pregunta cuando regrese al trabajo en enero...? O tendrá que escuchar... ¿Y no que eres cristiano pues...?
Juan está en la cárcel. Jesús no ha llegado a visitarlo y entra en conflicto. Conflicto con su fe. Él había hecho la confesión profética que Jesús era el Mesías prometido a Israel, que lo siguieran a Él. Así que Juan cede el puesto y Jesús toma la batuta. Pero algo sucede en el interior de Juan y entra en pánico. ¿Será que me equivoqué? Y envía a sus amigos a Jesús para preguntarle algo que es sumamente importante...
¿Eres tú el que había de venir o esperamos a otro? Lo que me sorprende de Jesús es que Él hubiera podido decirlo con palabras. "Si, yo Soy el Mesías". Él pudo abrir sus Labios y expresar las mismas palabras de la zarza... "Yo Soy". ¿Acaso no era el mismo? Sin embargo nos dejó una buena lección. No lo digas. Muéstralo. No hables. Hazlo. No lo expreses. Demuéstralo... Que tus hechos griten tanto que no se escuchen tus palabras...
Y usted sabe el resto. Díganle a Juan lo que han visto. No lo que oyeron. No lo que me escucharon decir. No. Díganle lo que me vieron hacer. Los hechos de mi conducta. El poder que obró en Mí.
Y esa es la pregunta que nos hace el mundo: ¿Eres cristiano? Muchos responderán:
"Claro, voy a la iglesia todos los domingos".
"Por supuesto, diezmo",
"Claro que sí, ¿no ves que canto como los jilgueros?
"Qué pregunta... ¿no ves que predico?
Pero no hay señales. Tristemente no hay señales. Solo palabras. Retórica. Porque especialmente en esta época muchos irán a los bailes de fin de año. Muchos irán a los centros comerciales a gastar su dinero en lo que no es leche y miel. Muchos estarán preparándose para sus estrenos obligados de diciembre...
Muchos hombres y mujeres que van a la Iglesia los domingos se ausentarán de ella los siguientes cuatro del mes porque estarán despidiendo el año. Y llegarán a sus casas manchados por el adulterio, por las borracheras, por las mentiras y la bancarrota financiera...
Y tendrán que enfrentar la pregunta: ¿Eres cristiano?
¿Cual irá a ser su respuesta?
"Acaso no ves que tengo Biblia?"
"No ves que me visto con manga larga y cara aburrida?"
"No has notado que grito bien fuerte Aleluya?"
"No te has dado cuenta que dirijo los cantos en el culto?"
¿Qué dirá Jesús de esas respuestas? Pero quizá hay una pregunta más importante: ¿Cuál va a ser su respuesta a esta pregunta cuando regrese al trabajo en enero...? O tendrá que escuchar... ¿Y no que eres cristiano pues...?
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