NO TE CANSES, CIELITO... NO TE CANSES...


Me asusta pensar en mi vejez. Pero no por llegar a ella sino en cómo estaré llegando a ella. Debo andar con pies de plomo para que no me suceda lo que está pasando en las vidas de muchos hombres que llegan al poder. Al poder político, eclesiástico o financiero. Nadie se escapa a este virus que anda rondando y que es peor que el tan mentado dengue. Hoy es cuando más necesitamos el cuidado de nuestras esposas o esposos. Hoy es cuando más necesitamos el cuidado del Espíritu Santo. Vivir tan pegados a ellos (el Espíritu Santo y a mi esposa) para no permitir que sea permeado por el pecado que ronda este universo donde quiera que nos movamos...

Otro escándalo que involucra a un hombre poderoso, derribado y destruido debido a un romance con una mujer con la que había pasado una excesiva cantidad de tiempo a solas. El General David Petraeus, en la cima de su carrera, ex-general del ejército y cabeza de la CIA, ha admitido un romance con una mujer casada con la que viajó extensivamente mientras escribía su biografía.
Este tipo de auto-destrucción es casi un cliché a estas alturas, pero aún nos sorprende. ¿Cómo puede un hombre con tal integridad, un modelo a seguir para la nación, terminar arruinando su carrera y causando un inmenso dolor a su familia por un romance?
Cuando me hice cristiano y entré en el mundo de la Biblia, me impresionó el marcado sentido de  separación y formalidad entre los sexos. Y en aquella congregación nos sentábamos separados hombres y mujeres. No lo entendía por qué, pero esos fueron mis inicios y nos ayudó mucho.
Las leyes de la buena moral le prohíben a un hombre estar solo con una mujer que no es su esposa. Eso implica que incluso cuando un joven está saliendo con una señorita, esto debe hacerse en un lugar público. Y una vez que estás casado, ninguno de los dos puede estar solo de forma privada con alguien del sexo opuesto. Seas pastor, comerciante o empleado público...
Sin embargo, a veces estas leyes son incómodas. A veces debes asegurarte de que incluso en medio del día, la puerta de la oficina debe estar entreabierta para que cualquiera pueda entrar sin previo aviso. Si yo no voy a  estar en mi casa, mi esposa cancela cualquier visita de algún técnico a la casa. Y si mi esposa tiene algún compromiso, yo tengo que salir de la casa si es el día en que viene la encargada de la limpieza. Aunque se supone que estas leyes son un poco incómodas, ellas nos alertan de los latentes riesgos que son naturales e intrínsecos cuando un hombre está solo con una mujer.
Estas normas también aplican para el pastor más grande y su sobrina. ¿Confío yo en mi esposa y confía ella en mí? Por supuesto. Pero la Biblia nos está enseñando que todos, cuando las circunstancias son apropiadas (o en realidad, inapropiadas), pueden caer. Los matrimonios pasan altos y bajos, y cuando estás pasando por un bajo eres vulnerable. Ahora agrega un momento de palabras emotivas… bueno, pasa todos los días.
Recordemos que la electricidad está allí, bajo la superficie, lista para hacer erupción si se le da la oportunidad. Nosotros solamente negamos su presencia. Estoy seguro de que el General Petraeus no comenzó su relación con su asistente esperando que las cosas escalaran a un romance.
El General no es el primero en caer y lamentablemente no será el último. Y tristemente la destrucción no se limita a su carrera. Con tristeza he visto a buenos amigos caer bajo el influjo de este descuido. Amigos con quienes compartí el púlpito y juntos entregamos la Palabra de Dios a un pueblo que está esperando que sus líderes mantengan un perfil adecuado a las enseñanzas de la Biblia... Pero creemos el sofisma más peligroso de cualquier ministro de Dios: A mi no me va a pasar...
Agradezco a Dios por la esposa que me ha dado. Agradezco su cuidado sobre mi persona. Como ella expresa a nuestra congregación cuando puede: "No estoy cuidando a mi esposo, estoy cuidando a su pastor..." Gracias, cielito, gracias. No te canses por favor...

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