COCA COLA Y LA FELICIDAD...

Ayer regresé de un viaje relámpago que hice a Guatemala. Fui y vine en bus...
El personal de servicio nos sirvieron bebidas. Unos pedimos algo caliente y otros pidieron sodas. Cuando el encargado de servirnos atendió a mi vecino de asiento leí, sin querer, lo que decía su bebida..."este es el momento de tu felicidad". Era el slogan de Coca Cola.

Y me puse a pensar. ¿Es realmente ese el momento de felicidad para quien toma Coca Cola? Eso significa que los problemas desaparecen cuando bebes esa marca. El divorcio se detiene con un vaso de esa bebida. Se va el cáncer, desaparecen las deudas, los hijos se portan bien, la hija que quedó embarazada sin casarse era mentira, la esposa gruñona y el esposo exigente se vuelven corderitos. La renta de la casa se cancela automáticamente y las letras para cancelar el carro ya no existen...

Slogan, solo eso: slogan.

Y lo peor de todo es que muchos lo creen. Se ilusionan pensando que al embotarse los sentidos con el bicarbonato que se agita en la bebida se van los problemas y la felicidad llega a sus vidas. Utopía. Solo eso. Utopía...

Porque los problemas no son problemas. Son retos para aprender a superarlos. Los problemas son eso. Retos. Como las matemáticas en la escuela. ¿Acaso no nos dejaban problemas para que los resolviéramos en casa? Recuerdo cuando llegábamos de la escuela y mi papá nos preguntaba: ¿Ya hicieron sus deberes? ¿Les dejaron problemas? Y empezaba un via crucis que para qué les cuento... Pero resolverlos me ayudó a entender la raíz cuadrada. La raíz cúbica. El seno y el coseno... Mi papá nos ayudaba a resolverlos. Porque él ya había pasado por allí.  Lo bendigo.

Hoy, cada día que amanece mi Papá, Jesús, me pregunta lo mismo: ¿Listo para resolver los problemas, hijo? Cuando termino el día me dice: "Descansa que mañana resolveremos otros problemas...Yo estaré contigo"

Nunca me ha dicho: Tómate una Coca Cola para que seas feliz. Para que resuelvas tus problemas. Las dificultades del día a día no se resuelven con sodas. Se resuelven con la humildad de reconocer que necesito a Alguien que ya haya pasado por ellos para que me ayude con los míos...

Jesús pasó por la Cruz. Pasó por el látigo. Pasó por el escupitajo. Pasó por el insulto. Pasó por la corona de espinas. Pasó por la burla y el dolor y la soledad y la angustia... Y resolvió todos esos problemas sin quejarse.

Cada día entonces, voy a mi lugar secreto y le presento mi cuaderno de problemas. Unos son emocionales, otros físicos, otros de carácter, otros de ira y enojo, otros de dinero y otros... usted sabrá.

No estoy en contra de la bebida de cola. Estoy escribiendo sobre que lo mejor que puede usted hacer hoy es llevarle sus planas a Dios y Él, que ya resolvió los problemas de la vida, le ayude a hacer sus deberes... Usted verá una gran diferencia entre ser un perdedor o un ganador. Pruebe y vivirá verdaderamente su momento de felicidad...