EL REY PERDIO EL SUEÑO...

Es una bella historia de amor, drama, acoso, muerte, tristeza y dolor... Si se parece en algo a lo que usted está viviendo o ha vivido... hay consuelo. Hay esperanza.
Le contaré la historia...

Mardoqueo es tio de Esther. Ambos son judíos. Viven en Susa, capital de Persia.  Solo se inclinan ante su Dios y nadie más. Aunque en ello les vaya la vida.
Aman es el envidioso de la cuadra. Se pone rojo de cólera porque Mardoqueo no se inclina ante él. Y empieza a urdir un plan para acabarlo. Le pide consejo a su esposa y ambos deciden poner a Mardoqueo en su lugar. Construyen una horca. Es solo cuestión de tiempo para deshacerse de ese insolente creyente en un Dios que no es persa... "Ya le llegará el momento de colgar de ella" piensa Aman...

Mardoqueo sabe lo que se está tramando contra él y su pueblo los judíos. Entra en ayuno y oración. Pero también entra en pánico. Le pide ayuda a su sobrina Esther quien es la esposa del Rey... Nos quieren matar, Esther. Han firmado una órden de ejecución y nadie de nuestro pueblo estará libre de ese edicto. Acuérdate de tus parientes. De tus hermanos y abuelos. Pide clemencia y haz algo, Esther. Estamos amenazados... tengo miedo, Esther, tengo miedo. Ayúdanos e intercede por nosotros. Acuérdate que tú también eres judía...

Pero Esther también tiene miedo. No hay solución a la vista. Usted está amenazado con quitarle el trabajo. Usted está separado de su familia y no hay manera de volver a verlos. Todo está en contra suya. Ha perdido la esperanza. Las deudas le ahogan y no hay forma de poder cancelar el préstamo. El banco lo ha amenazado con llevarse sus pertenencias. Su hija está enferma y no tiene seguro social ni dinero ni un familiar rico. Su madre está muriendo de cáncer. La metástasis ha invadido todo su cuerpo. Está perdiendo peso aceleradamente. Su hija quedó embarazada del pícaro que la engañó y ya no caben más en la casa y usted no sabe qué hacer.

Drama, acoso, tristeza... dolor. Es todo lo que amenza su vida. Sus noches son largas. No puede conciliar el sueño. Le invade la tristeza y la soledad. Su firmamento está plagado no de estrellas sino de incertidumbre. El péndulo del abandono se mueve sobre su cabeza... Usted no duerme. No puede. ¿Como dormir con días como estos...?

Igual que Mardoqueo. No come. No duerme. No ríe. Se fue el gozo y la tranquilidad...

Pero, ¿sabe qué? El Rey también perdió el sueño. Y no porque tuviera problemas. El Rey perdió el sueño por otra razón. Y pide que le lean algo. Su secretario toma un libro de historias del reino y abre una página cualquiera. Está la historia de cuando Mardoqueo lo defendió de una intriga. Y no se hizo nada para recompensarlo.  El rey se inquieta. Los persas no son mal agradecidos. El rey no le debe nada a nadie. Si Mardoqueo hizo algo por el rey, el rey tiene que hacer algo por Mardoqueo... Y usted sabe el final. Lo honran. Le devuelven la vida. Le dan lo que era de Aman el envidioso e intrigante y lo dejan libre...

¿No será que esta noche al Rey de reyes se le irá el sueño por usted? ¿No será que usted hizo algo por el Rey y se le olvidó a usted? Pero hay esperanza. Si el Rey le debe algo... se lo pagará con creces... Él dijo: "el que da al pobre el Rey se lo pagará". Usted hizo algo hace tiempo a favor del reino. Ahora puede ser la noche que el Rey Jesús abra el libro de ofrendas y encuentre las suyas... y enviará la honra que usted merece. "Jehová te escuche en el día de la angustia y haga memoria de todas tus ofrendas". Él lo dijo. Y estoy seguro que Él lo hará.

Así que duerma tranquilo mientras el Rey pierde el sueño... "No se dormirá ni adormecerá el que cuida a Israel".

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