UN PEQUEÑO DIALOGO...


Se abre el telón...

José: Toca la puerta del mesón. Espera con impaciencia a que el mesonero le habra para pedirle una habitación para su esposa María quien está a punto de dar a luz.

El mesonero: No hay cuartos. Todos están llenos. El censo ha provocado este abarrotamiento y el lugar está topado. No hay lugar para ustedes...

José: Pero mi esposa está a punto de alumbrar y en su vientre lleva al Hijo de Dios, por eso necesitamos con urgencia una habitación.

El mesonero: Ya sé que para lograr algo, la gente se inventa cada cosa...

José: Estoy hablando en serio. Ella fue fecundada por un ángel y quedó encinta del Espíritu Santo.

El mesonero: ¿No les digo pues? ¡A otro con ese cuento...! Y váyanse porque no tengo tiempo de estar escuchando historias de otro mundo.

José: Le digo que es cierto. Mi esposa está lista para el alumbramiento y usted tiene que tener algo que ofrecerle.

El mesonero: Bueno, si es Hijo de Dios o suyo no me importa. Lo único que tengo es un establo. Haré a un lado la vaca que tengo echada en ese lugar y se lo daré a su mujer, espero le sirva. Es todo lo que puedo hacer por ustedes...

(Hoy, ese ingrato se debe estar dando coscorrones en su cabezota por no haber leído a Isaías)

Se cierra el telón...

El cielo quedó mudo de asombro. Los ángeles quedaron en silencio al ver la dureza con que estaban tratando a los padres adoptivos del Bebé que vino a la tierra a cambiar el rumbo de la historia.

Dios, hecho carne no tuvo una fiesta de bienvenida. Solo los rebuznos de las vacas y burros del lugar.  No tuvo ropa de niño, pero la paja del pesebre lo calentó. No tuvo cuna más que un manto.  No tuvo almohada perfumada solo los brazos de su madre.

El mesonero no le dio la bienvenida al Hijo de Dios, pero lo hicieron los ángeles. El mesonero no publicó que en su mesón estaba naciendo el Salvador, pero los ángeles tocaron trompetas y lo pregonaron a los pastores. El cielo se tiñó de colores y la luz de la luna brilló con más esplendor por el acontecimiento que estaba sucediendo en un planeta llamado Tierra. Las estrellas aplaudieron por el Suceso más grande jamás visto...

Si eso hicieron con Su Majestad, el Rey de reyes y Señor de señores... ¿qué no podrán hacer con nosotros...?

Cuando nos pasan a la fila más larga en el banco. Cuando nos cierran las puertas para el crédito. Cuando nos aumentan el precio de la luz. Cuando nos exigen los impuestos que otros no pagan. Cuando el vecino nos echa la basura en la banqueta. Cuando el ricachón del pasaje usa nuestro parqueo. Cuando la señorita del súper cierra su puesto cuando estamos a punto de llegar. Cuando el busero no se quita de la calle para que podamos pasar. Cuando, cuando, cuando...




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