TITO...

"Pero Dios, que consuela a los abatidos, nos consoló con la llegada de Tito". 2 Cor. 7:6

Vivimos en Babilonia.
En una cultura de egoísmo, egocentrismo y en donde la persona más importante del universo es el "yo". Vivimos en una sociedad consumista. Todos nos consumen. Nos agotan con sus demandas, pero muy pocos están dispuestos a dar...

Todos viven para sí mismos. Ya quedan pocos que comparten su pan con el hambriento. Y no hablo del que está en las esquinas pidiendo una migaja de lo que le sobra a los demás... estoy hablando de los hambriento de calor, de amor, de ternura y compañerismo...

En nuestros templos abunda gente así. Están sentados en las sillas viendo como se desarrolla el culto pero secos por dentro. Secos de cariño, esperando que alguien se olvide por un momento de sus necesidades y comparta con ellos no sus sobras sino su plenitud...

Mientras que encontrar un instructor profesional para ayudarnos a mejorar nuestra vida puede no ser algo imprescindible para nuestro crecimiento, encontrar un amigo cristiano sabio que sabe cómo escuchar certamente  lo es.  Un amigo puede ayudarte a recorrer esa nueva estación de tu vida y calibrar tu compás de espera con precisión. Él te puede ayudar a encontrar la esperanza de tu futuro, que te enseñe que no es un sueño ilusorio, sino una visión que Dios te ha dado como tu llamado y propósito.

Cumplir el plan de Dios en tu vida puede requerir tener un Tito, alguien que te ofrecerá un punto de vista objetivo sobre ti, tu vida, tus dones y tus pasiones. Claro, en última instancia es Dios quien consuela al deprimido, pero algunas veces usa a personas para enviar su consuelo.

No te consumas. Busca un Tito para ti. Puede ser un anciano en la iglesia, un pastor o una persona mayor que tú. Toma la iniciativa de acercarte a un potencial Tito y dile: "¿Podemos tomar un café en algún momento? Quiero hablar de algo que estoy atravesando".

Los amigos son poco frecuentes en estos días, pero no es porque hayan disminuido en importancia. Es porque hemos aumentado nuestra velocidad. Los amigos no se hacen cuando hay confusión en nuestra vida. Se hacen en los márgenes. Antes que venga la adversidad hay que preparar a los amigos para que estén listos para los tiempos de necesidad... Los amigos son regalos de Dios para nosotros...

No te permitas quedarte solo. No dejes que la masa que está ahí afuera, en las calles de tu ciudad te engulla y te haga creer que lo que estás viviendo es todo. No, mi querido, no mi amiga, hay mucho más qué hacer. Hay muchos rayos de sol que disfrutar, muchos arcoiris que esperar, muchas gotas de lluvia que disfrutar, muchas sonrisas de niños con qué deleitarte, muchos brazos abiertos que te están esperando para estrecharte y hacerte sentir vivo, hacerte sentir viva... solo busca a tu Tito, en algún lugar te está esperando...

Dios ya lo preparó para ti...



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