LAS DENOMINACIONES...

Nací y crecí espiritualmente en una congregación donde se nos enseñaba que solo allí había salvación.

Que fuera de esa denominación todos eran del Diablo...

Que solo nosotros éramos hijos de Dios. Los otros... ¡A saber, usted...!

Claro, le hablo de hace 35 años atrás. Hoy las cosas han cambiado. Aunque no mucho. Todavía quedan por allí congregaciones y hermanitos que nos ven raros a los que nos vestimos con prendas que ellos no usan... Aunque me sospecho que desean hacerlo pero su religión no se los permite.

¿Donde nació esta separación? No fue en Guatemala, gracias al Señor. Ni aquí en El Salvador, menos mal... Leamos lo que dicen los discípulos de Jesús en Lucas 9:49... "Y Juan contestó y dijo: Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo porque no nos sigue a nosotros"

¿Lo ve? Allí nacieron las denominaciones cristianas. ¿Quién cumple con nuestros dogmas? ¿Quién cumple con nuestras doctrinas? Ellos son de los nuestros. Los demás no pertenecen a nuestro reino. Juan, el discípulo amado, informa a Jesús que los que no les siguen a ellos no tienen derecho de reprender al Diablo...

Pero usemos la lupa del entendimiento para ver algo más: ¿Ya se dio cuenta que Juan no dice "porque él no TE sigue"? Lo que está realmente reclamando Juan es que los que siguen a Jesús no son tan importantes como los que los siguen a "ellos". El verdadero problema aquí es que no nos sigue a nosotros...

Este atrevido no se congrega con "ellos".  Y Juan cae en la trampa del denominacionalismo...

Este extraño está haciendo las obras de Jesús. Para Jesús, eso es suficiente para contarlo entre sus seguidores, aunque no acompañe a los doce. Jesús mira su vida, su comportamiento, su impacto en los demás. Jesús no exige que ese hermano firme una declaración de fe o tome una clase obligatoria de membresía de la iglesia, o que se siente en un rincón de la misma... Tampoco está pidiendo que se vista como ellos, que se corte el cabello como ellos, que use los mismos zapatos que ellos...

Creemos que Jesús solo acepta a aquellos que se reúnen con sus discípulos aunque sus acciones sean pecaminosas... Tengamos cuidado con tales suposiciones. En el cielo, como decía mi mentor, nos llevaremos algunas sorpresitas...

Cuando usted mira en la calle a los pentecostales, a los metodistas, a los bautistas o a los Apóstoles y Profetas, a los de las Asambleas de Dios...¿cree en ellos como hermanos y hermanas? ¿O es usted como Juan, que dice que no son de Jesús porque no lo están siguiendo a usted...?

Ya no es ni época ni tiempo para estar haciendo separaciones. Jesús es La Roca, no Pedro. Ni Juan. Ni usted ni yo.


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