EL COMPROMISO
Después de la luna de miel, pasan cosas en algunos matrimonios.
Vienen los hijos. Vienen las obligaciones financieras. Vienen los vehículos para cada uno de los dos. Vienen las compras del súper. Vienen problemas y dificultades... normales en todo matrimonio.
Y es donde, si no estamos preparados, la barca empieza a hacer agua. Los agujeros morales y espirituales de la pareja empiezan a mostrar puntos vulnerables y las tormentas del divorcio, el cansancio, el hastío y la depresión sentimental amenazan con hacer naufragar el barco.
No nos prepararon para los momentos malos. Nos guste o no, siempre habrá en nuestro caminar un día malo. Lo dice la Biblia y si ella lo dice es cierto. Yo lo sé por experiencia...
El asunto no es el día malo. El asunto es cómo lo enfrentamos... ¿Nos quedamos o nos vamos? ¿Nos apoyamos o abandonamos a su suerte a quien se quede? Muchos, tristemente, se van...
Esto nos lleva a preguntarnos: si así es como se comportan las personas casadas, ¿qué significa el matrimonio para ellos exactamente?
Compromiso significa que incluso si su apariencia cambia (y lo hará), incluso si sus circunstancias financieras cambian (y podrían cambiar), incluso si su alegría y excitación se apagan, estamos entrelazados el uno con el otro.Yo pienso que muchos de nosotros no comprendemos totalmente el verdadero significado de compromiso. Compromiso significa que a pesar de nuestros dolores y desilusiones personales, a pesar de nuestras frustraciones e insatisfacciones, a pesar del hecho de que la vida es en realidad corta, estamos unidos a este otro ser humano. Estamos, en una palabra,comprometidos.
Y una vez que este reconocimiento está claro, hay otra realidad importante que enfrentar. Nuestras parejas no son los arquitectos de nuestros desafíos, ni la solución a ellos – aunque definitivamente hay ciertas luchas que son más fáciles cuando se enfrentan juntos.
El mayor desafío de la vida – encontrar felicidad y sentido en medio del dolor y el esfuerzo – es individual, y se resuelve solamente a través de una relación personal y constante con Dios.
Las personas que se acobardan en el momento de la crisis y abandonan a su pareja cuando más los necesita, hacen burla de la miseria de otros y destruyen familias. Ellos deberían estar avergonzados.
Por eso es de admirar a las mujeres que a pesar de las pruebas duras que les presenta la vida, no abandonan la batalla. Están tan comprometidas con su pareja, con su familia y su propio futuro que son dignas de todo respeto. Pienso que en realidad están buscando esperanza y sentido. Y asumiendo que eso es lo que quieren, yo con seguridad puedo dirigirlos a un sitio donde van a encontrar la verdadera Paz, esa paz que sobrepasa todo entendimiento: La Paz que solo Jesús puede dar...
El compromiso, entonces, no es una palabra. Es una identidad. Es carácter. Es definición. Es una decisión. Me casé con él y debo llegar al final. Me casé con ella, debo trabajar duro para terminar mi misión en la vida de ella. No importan las montañas, no importan los Himalayas, los subiré hasta la cima con tal de terminar mi carrera y entregar cuentas a Aquel que me tendrá un día frente a su Tribunal...
Me siento comprometido con mi esposa... corrijo: ESTOY comprometido con mi esposa...
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