Y AHORA... LA PAREJA
Normalmente el hombre o la mujer fingimos un bienestar que estamos lejos, muy lejos de que sea cierto. Tendemos a barnizar las cosas para que nadie se de cuenta de nuestro estado calamitoso matrimonialmente hablando...
Eso es porque hemos sido enseñados a ocultar nuestra realidad. Y el matrimonio es el lugar perfecto para querer impresionar a los demás. Eso desgasta más de lo que creemos. Tarde o temprano se sabrá la verdad. Y viene el fracaso, la verguenza y la humillación.
Sin embargo, aún podemos trabajar para cambiar las cosas...
La razón por la que puedes temer esforzarte a diario para desarrollar un matrimonio maravilloso es porque esto te hace sumamente vulnerable a tu pareja. Tu pareja te conoce mejor que nadie. Puedes esconderte un poco de tus hijos o de tus padres, pero tu pareja siempre sabrá cada detalle de tus fortalezas y debilidades, sabrá lo que piensas sobre tus padres, tu jefe, tus amigos. Siempre sabrá la verdad sobre quién eres, incluso cuando hayas podido engañar al resto del mundo.
Estar cerca de tu pareja significa ser un libro abierto. Tal vez no te sientes tan cómodo contigo mismo como piensas. Tal vez te estás escondiendo de ti mismo en un plano emocional, y por eso estás evitando la cercanía de un lazo afectivo, porque te obligará a tratar con tus propios asuntos. Tal vez tienes miedo de tener una relación muy íntima, la cercanía hará que los dos dependan uno del otro. Quizás no puedes manejar esto, o tienes miedo de defraudar a tu pareja. Quizás sientes que en el fondo no eres lo suficientemente bueno o buena como para merecer un matrimonio maravilloso. Cuando amamos profundamente perdemos el control, y somos más propensos a lastimarnos o a sufrir un profundo dolor emocional.
No estoy insinuando que estás utilizando estos miedos para sabotear tu matrimonio de manera consciente. No creo que te levantes en la mañana y digas: “invertiré tiempo y esfuerzo en cualquier relación menos en mi matrimonio, porque esa cercanía me incomoda”. Sólo estoy destacando la posible lucha del tira y afloje que se produce al estar cerca de tu pareja. Frente a tu pareja estás desnudo, eres simple y fácil de leer.
Las personas se sorprenden al enterarse que pueden estar evadiendo precisamente lo que dicen desear. Pero somos seres complicados. Decimos que queremos trabajar más duro y terminamos dejando la oficina más temprano. Decimos que queremos un matrimonio increíble pero no hacemos mucho para materializarlo. Sólo puedes enfrentar esta contradicción cuando la ves claramente.
Cuando le explico a las parejas la cantidad de trabajo que requiere el matrimonio, responden con comentarios como, “¿Quién tiene tiempo para eso?” Si quieres el tiempo, lo tienes. Siempre encontramos tiempo para las cosas que vemos como una prioridad. Si tu hijo tuvo un accidente que requiere horas de terapia física, tendrás que encontrar el tiempo para hacer lo que sea necesario para cuidar a tu hijo. Haz que tu matrimonio sea una prioridad. No estás tan ocupado como piensas.
Tú mismo o tù misma te lo agradecerás cuando lleguen los días malos y tengas un hombro que te apoye, cuando necesites una mano amiga para que te levante, cuando necesites verte en los ojos de alguien que realmente te ame...
Invertir tiempo y esfuerzo en la pareja trae sus recompensas. Como escribí antes, eso me pone vulnerable porque tengo que mostrarme ante ella tal como soy. Débil. Necesitado. A veces con fracasos que me avergüenzan.
Pero Dios nos ha capacitado para llevar a cabo una relación entre dos como no se puede concebir fuera del conocimiento de las Escrituras... Esto es solo para los hijos de Dios, quienes conocen Su Voluntad para llevar adelante una misión que solo tú como hombre, o tú como mujer puedes desarrollar en beneficio del otro hijo de Dios que es tu pareja...
Prueben y verán grandes resultados. Sus hijos los bendecirán. La sociedad sufrirá menos divorcios y la Iglesia crecerá sana y robusta...
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