SER PADRE

Esta palabra es más profunda de lo que creemos.

Y no solo la palabra en sí. Es más profundo el significado.  "Padre" significa en hebreo "fuente". Por eso en el Salmo 23, el Salmo más tierno de todo ese libro tiene connotaciones que bien vale la pena estudiar un poco...

Si ser padre es ser fuente, eso quiere decir que soy la fuente que alimenta mi hogar. Y mi hogar no se compone solo de mi persona y mi esposa. Significa toda mi progenie. Alcanza dos generaciones por lo menos. Por eso la Biblia dice que el justo deja herencia a sus hijos y a los hijos de sus hijos. Es decir, debo dejar herencia a mis nietos y nietas...

O sea que al ser "padre" me convierto en la fuente que alimenta espiritual y materialmente a mis hijos y nietos. O por lo menos es lo que debo hacer. No siempre se logra pero hay que hacer lo que se puede.

En el Salmo leemos que Jehová es mi Pastor (mi fuente), y nada me faltará.

Interesante entonces lo que está a punto de leer...

¿Qué tal si uno de mis hijos dijera: Mi papá es mi fuente, nada me faltará? Con eso estoy adquiriendo el papel de pastor de mis hijos. De mis nietas y nietos. Qué privilegio entonces ocupar el papel de mentor, maestro, instructor y proveedor de mi casa.

Lamentablemente hoy en día la Iglesia no enseña los principios bíblicos a la familia sino los principios sociales y culturales, le pide a la mujer que salga a buscar trabajo para suplir lo que hace falta en la casa, abandonando el rol verdadero que le corresponde de ser la señora de la casa, la mamá, la guía y la maestra de los hijos... mientras el padre, la fuente, sale a buscar el alimento y todo lo que su esposa e hijos o hijas necesitan...

Se ha perdido la razón del hogar. Tenemos casas pero no hogares. No hay calor humano. No hay relación. No hay comunicación. Ya el pastor de la casa no juega con sus hijas. Ya no se tira al piso a jugar damas chinas, a jugar con los carritos de sus hijos. Ya el pastor de la casa no juega a brincar el avión que se dibuja en la banqueta. No hay tiempo. Mejor que vean la tele. Mejor comprarles el celular de moda para que hablen... pero ya no nos vemos a los ojos cuando platicamos con nuestra esposa. Aún cuando ya existe el Facetime mejor lo apagamos para que no nos sorprendan en un lugar inadecuado...

Mi papá es mi pastor... nada me falta.
Mi esposo es mi pastor... nada me falta.
Mi abuelito es mi pastor... nada me falta... ¿será cierto?

En lo personal tengo dos guapos nietos y tres lindas nietas. Cada cumpleaños me esmero en llevarles su regalo personalmente para que guarden en su corazón el recuerdo que el abuelo siempre estuvo presente para esas fechas.  Quizá porque de profesión soy pastor de una hermosa congregación me es más fácil cumplir con la parte del Salmo 23. No siempre es fácil pero siempre es gratificante ver sus sonrisas de "gracias, patito". O cuando expresan los varones: "Ala abuelo... se mandó..."

Si Jehová es mi Pastor y nada me falta, eso me compromete a ser yo el pastor de mi familia... para que nada les falte...

Piense en esto...

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NIÑERA Y SUS "BUENAS" INTENCIONES... (Parte 1)

DESATADLO Y DEJADLO IR. (Jn. 11:44)

PASAS Y MANZANAS