ESE MISTERIO LLAMADO MUJER...
Una estrella de la TV muy famosa dijo algo en una entrevista: "Nunca tuve una autoestima demasiado saludable. No sé cómo se consigue. Estoy desesperada por averiguar dónde se encuentra"
¿Ella? ¿Una mujer prominente? ¿No está conforme con su persona?
Me impresionó su comentario. ¿Cómo es que una mujer con tanto talento y prestigio, con un promedio de cincuenta años de edad, acostumbrada a la fama y la prominencia durante toda su vida adulta, revelaba una lucha interior de años: el intento de descubrirse, disfrutarse y celebrarse...
Hay algo que aprender de esto: El valor de una persona tiene que apoyarse en algo más que lo visible y externo.
No solo en "algo" sino en "alguien". Escuche como el mismo Dios le explica a un joven que también había perdido el contacto con un concepto saludable de sí mismo. Le dijo a Jeremías...
"Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido, antes de que nacieras, ya te había apartado, te había nombrado profeta para las naciones. (Jer. 1:5)
¿Aclara esto su concepto sobre su falta de identidad femenina? Vuelva a leer despacio...
Usted fue elegida
Usted fue apartada
Usted fue nombrada...
Esta es su identidad. Una mujer elegida. Una mujer apartada. Una mujer nombrada. Usted no es el resultado de un concurso en el que fue eliminada para ser algo. Para quedarse en la acera del olvido. Dios la formó para ser, no "algo" en qué divertirse los demás... no señora, Dios la formó para ser "alguien", alguien vivo, alguien radiante, alguien que es muy importante por el simple hecho que hay otro "alguien" que está esperando que usted se cruce en su camino para que juntos... alegrarse en el desarrollo de sus vidas.
Usted fue seleccionada por el Creador con todas sus características, para participar de Su obra en este momento de su historia. Al igual que un entrenador considera cuidadosamente a qué corredor colocar en la pista de relevos de carreras, Dios intencionalmente la escogió para esta etapa de su maratón.
Por eso está usted aquí, en esta tierra. Por eso está usted en esa posición donde se encuentra. Por eso está leyendo este artículo. Por eso seguramente usted está derramando lágrimas de gozo al saber que las Manos del Señor formaron su cuerpo, así como es, con la forma que tiene, con sus emociones, con sus sueños e ilusiones. Así de claro. Punto.
La fama de aquella mujer de la televisión no le sirvió para encontrarse consigo misma. Porque le falta conocer algo: Ese algo usted ya lo conoce. Es el propósito divino del Señor de su vida.
Así que levante la frente. Usted no es "algo"... usted es "alguien" a quien Dios ha puesto en ese barrio, en esa oficina, en ese trabajo, en ese proyecto, en esa casa llena de niños, en ese vecindario... en esa Iglesia... Porque usted tiene una hermosa misión que cumplir. Usted ha sido asignada por Dios para alegrar y darle vida a la vida de alguien que está suspirando por encontrar también su propio propósito...
Ni la fama ni el dinero ni la posición ni la belleza externa pueden suplir lo que Dios ha preparado para usted. Solo permita que El llene sus expectativas y verá grandes resultados. Usted estará contenta, yo me sentiré satisfecho de haber escrito esto y Dios será glorificado.
¡Adelante, entonces!
¿Ella? ¿Una mujer prominente? ¿No está conforme con su persona?
Me impresionó su comentario. ¿Cómo es que una mujer con tanto talento y prestigio, con un promedio de cincuenta años de edad, acostumbrada a la fama y la prominencia durante toda su vida adulta, revelaba una lucha interior de años: el intento de descubrirse, disfrutarse y celebrarse...
Hay algo que aprender de esto: El valor de una persona tiene que apoyarse en algo más que lo visible y externo.
No solo en "algo" sino en "alguien". Escuche como el mismo Dios le explica a un joven que también había perdido el contacto con un concepto saludable de sí mismo. Le dijo a Jeremías...
"Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido, antes de que nacieras, ya te había apartado, te había nombrado profeta para las naciones. (Jer. 1:5)
¿Aclara esto su concepto sobre su falta de identidad femenina? Vuelva a leer despacio...
Usted fue elegida
Usted fue apartada
Usted fue nombrada...
Esta es su identidad. Una mujer elegida. Una mujer apartada. Una mujer nombrada. Usted no es el resultado de un concurso en el que fue eliminada para ser algo. Para quedarse en la acera del olvido. Dios la formó para ser, no "algo" en qué divertirse los demás... no señora, Dios la formó para ser "alguien", alguien vivo, alguien radiante, alguien que es muy importante por el simple hecho que hay otro "alguien" que está esperando que usted se cruce en su camino para que juntos... alegrarse en el desarrollo de sus vidas.
Usted fue seleccionada por el Creador con todas sus características, para participar de Su obra en este momento de su historia. Al igual que un entrenador considera cuidadosamente a qué corredor colocar en la pista de relevos de carreras, Dios intencionalmente la escogió para esta etapa de su maratón.
Por eso está usted aquí, en esta tierra. Por eso está usted en esa posición donde se encuentra. Por eso está leyendo este artículo. Por eso seguramente usted está derramando lágrimas de gozo al saber que las Manos del Señor formaron su cuerpo, así como es, con la forma que tiene, con sus emociones, con sus sueños e ilusiones. Así de claro. Punto.
La fama de aquella mujer de la televisión no le sirvió para encontrarse consigo misma. Porque le falta conocer algo: Ese algo usted ya lo conoce. Es el propósito divino del Señor de su vida.
Así que levante la frente. Usted no es "algo"... usted es "alguien" a quien Dios ha puesto en ese barrio, en esa oficina, en ese trabajo, en ese proyecto, en esa casa llena de niños, en ese vecindario... en esa Iglesia... Porque usted tiene una hermosa misión que cumplir. Usted ha sido asignada por Dios para alegrar y darle vida a la vida de alguien que está suspirando por encontrar también su propio propósito...
Ni la fama ni el dinero ni la posición ni la belleza externa pueden suplir lo que Dios ha preparado para usted. Solo permita que El llene sus expectativas y verá grandes resultados. Usted estará contenta, yo me sentiré satisfecho de haber escrito esto y Dios será glorificado.
¡Adelante, entonces!
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