EL JABON DOVE...

Quizas le parezca raro leer a un pastor que se ocupa de la marca de un jabón para mujeres. Y quizas le parezca aún más raro que un pastor evangélico le ponga atención a la publicidad en la televisión. Y, quizá aún más, le parezca raro que un pastor evangélico escriba sobre estas cosas.

Normalmente se espera que un pastor evangélico escriba sobre temas de salvación, sobre el cielo y el infierno...

Pero yo soy diferente. Me gusta romper esquemas. Y, como consejero familiar soy muy observador de la conducta humana. Observo con atención qué dice la sociedad de la familia, de la gente y de las personas.

En el 2008 la marca "Dove" sacó en la televisión un anuncio de su jabón para mujeres. Lo interesante del anuncio para mí no fue el jabón en sí, sino las modelos que usaron para promocionarlo...

Fueron modelos maduras. Mujeres que no presentaban el estereotipo normal de las muchachas talla 0, sino señoras que sin tapujos se mostraron no desnudas ni coquetas ni mucho menos sensuales... fueron modelos que rompieron el paradigma que una figura delgada, bulimica, desgarbada, con la mirada perdida a causa de aguantar hambre, niñas que aún no desarrollan totalmente y ya quieren ser las estrellas de las pasarelas.

Las modelos que usó Dove fueron señoras que mostraron que tener un cuerpo normal, una personalidad bien definida y una piel que también tiene arrugas no es signo de fealdad sino de madurez, signo de tener los cinco sentidos bien puestos... Fueron señoras que se prestaron al publicista para mostrarle al mundo que la sociedad no tiene porqué dictar la talla de una cintura ni porqué regirse bajo estándares que no son para hacerse valer. Que lo que realmente vale no es el cuerpo que hay que cuidar, cierto, pero lo realmente valioso es el ser interior, la brillantez de unos ojos llenos de vida, de una sonrisa no coqueta ni provocativa sino limpia, honesta y llena de vigor.

Escribo esto porque tristemente nuestras iglesias se están llenando de niñas que buscan ser como las estrellas de cine. En vez de querer ser como Débora, como María Magdalena, como Esther, como muchas mujeres privilegiadas de la Biblia y que fueron santas en su conducta, atrevidas con su fe, innovadoras en su sociedad a causa del amor a Dios, en lugar de ser como ellas, dejan que las modelos del mundo inculquen en su ser interior una desviación de lo que realmente importa: Un corazón limpio, una mirada que muestre la Luz del Espíritu Santo, una sonrisa que contagie alegria y vida a los demás. Un alma llena del amor y la ternura de Dios...

Escribo esto para que si alguien me lee pueda encontrar en la Palabra de Dios y no en la sociedad corrupta en la que vivimos, el modelo que Dios espera que sean. Mujeres que acepten que los años pasan y no por gusto. Que los años añaden sabiduría y no solo arrugas al cuerpo. Que la edad no tiene nada que ver con la belleza. Que lo verdaderamente importante es guardar no una cintura de avispa sino un corazón puro y lleno de la Presencia del Señor...

Y, claro, si puede y tiene como... use el jabón que le ayude a mantener su piel tersa. No es pecado.


Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NIÑERA Y SUS "BUENAS" INTENCIONES... (Parte 1)

DESATADLO Y DEJADLO IR. (Jn. 11:44)

PASAS Y MANZANAS