CONSTRUYENDO JUNTOS...
Muchas parejas sufren en su matrimonio de lo que se ha dado en llamar "incompatibilidad".
Eso no existe. Todos podemos ser compatibles, especialmente cuando queremos construir nuestro matrimonio de acuerdo a la Palabra de Dios.
Sin ese norte sí será difícil que seamos compatibles. Pero lea bien. Puse difícil pero no imposible.
Una esposa, por ejemplo, quiere que su esposo sea como ella quiere. Y eso no es posible. Es aquí donde alegan la famosa "incompatibilidad de caracteres". Nunca en la Escritura se dice que los esposos tienen que ser iguales. Que tienen que llenar expectativas ajenas. Cada uno de nosotros tenemos nuestros propios caracteres y debemos luchar para acoplarnos y llevar al otro o a la otra a un nivel superior de donde lo encontramos...
Entiendo el deseo de un esposo con el cual forjar una conexión profunda. Entiendo el deseo de un esposo cuyo impulso de crecimiento sea igual al tuyo. Entiendo el deseo de una esposa que aprecie tu verdadero yo. Pero es realmente raro, de hecho, casi imposible, encontrar una persona que pueda cumplir todos tus deseos. Para eso está Jesús, el único que puede y sabe hacerlo. Esto pone una injusta carga sobre tu esposo o esposa y sobre el matrimonio. Describir al cónyuge como una persona maravillosa, un buen padre, una excelente madre y alguien que es bondadoso contigo, no lo exime de cometer sus propios errores. Si eres mujer y tienes un esposo muy entregado a tu vida, tú eres muy afortunada. Y están criando una familia juntos. Tómate un momento para apreciar lo que tienes; muchas mujeres darían cualquier cosa por estar en tu situación.
Tú piensas que cuando te enfocas en sus virtudes, te cuesta mucho desarrollar amor real. La Escritura nos enseña que el amor viene a través de la entrega. Piensa en esto como un mantra: "Si das, te importa". Esto puede que no salga natural y que requiera mucha práctica. Si tu esposa te hace regalos, mi querido hermano, es porque te ama. Si te cocina y limpia la casa y lava tu ropa, es porque le interesas. De otra manera, olvídate.
Si tu esposo se empeña por hacerte sentir contenta, si te invita constantemente a comer fuera, si invierte tiempo y dinero en tí, es porque te ama, porque le interesas. Siéntete dichosa...
Esa conexión que buscas no llega a través de esas profundas y significativas conversaciones sino a través de dar cada día, ya sea que tengas ganas o no. Esta es la fórmula secreta para un buen matrimonio. Algunas mujeres mencionan cuan generoso es el esposo, cuan bien él les trata pero no mencionan su propia conducta. Tú tienes que ser al menos igual de generosa con él, no por su bien sino por el tuyo. Dale a él, constantemente, una y otra y otra vez. Esa es la forma de la Biblia de construir una relación. Ese es el camino cristiano para el verdadero amor.
Los matrimonios nunca prosperan y el amor nunca crece en base a lo que estamos recibiendo. Un matrimonio, una relación, un amor verdadero aumenta solamente en base a lo que estamos entregando.
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