¿QUIEN MANEJA EL DINERO: EL O ELLA?

Espero que este artículo le abra el entendimiento a muchos hombres que creen que solo ellos son buenos contadores... del dinero. Con pena debo reconocer que  muchos hombres son tan machistas y desconfiados con su esposa que ellos se encargan de comprar todo porque piensan que ellas no están calificadas para hacerlo.  Y eso provoca que su esposa se sienta inútil, se sienta rebajada y aislada del mantenimiento propio de su hogar.

La desconfianza mata. Mata la autoestima. Mata el valor.

Ellos aducen algo: Son la cabeza de su hogar. Eso les dice la Biblia y ellos lo toman al pie de la letra. Que ellos son los únicos autorizados por Dios para decidir como y en qué se debe gastar el dinero...

Pero están equivocados.

El nuevo Testamento nos da dos mandamientos a los esposos con respecto a nuestras esposas:

Amarlas y liderarlas. Punto.
No dice nada sobre quien maneja la chequera. No dice nada sobre que el hombre es el único bueno para manejar los gastos.

¿Qué hay de malo en el esposo al que le gusta limpiar la casa o la mujer que disfruta arreglando el jardín? Si una mujer limpia el garaje, ¿se ha castrado al hombre? Por supuesto que no.

Si un esposo ama a su esposa y le prepara la cena ¿es menos hombre que si cambia el aceite del carro? Eso quiere decir que a ese hombre le gusta más el aceite para cocinar que el aceite para el motor. ¿Cual es el problema?

Si a su esposa le gusta hacer el supermercado y llevar la economía... deje que lo haga. Si usted la ama anímela a hacer algo que le guste. Si ella disfruta comparar precios, ver medidas, cual bolsa de detergente le sirve más, qué frijol es el más adecuado para su familia, qué cereal deben comer en su casa...
permítale ser mujer. Permítale desarrollar sus aptitudes financieras.

Eso le conviene ya que ella estirará el presupuesto mejor que usted. Usted sale ganando, mi querido hombrazo de brazos fuertes y pecho ancho... pero de mente obtusa.

Un hombre de verdad dirige a su esposa hacia las cosas que a ella le gusta hacer... Y creo que a ella lo que más le gusta, es ser la señora de ola casa.

Así que déjele llevar las cuentas. Dios le bendecirá con esa tremenda ayuda que Él ha hecho para usted.

Ahora bien: ¿Ella no sabe cómo pero quiere hacerlo? Sencillo: Enséñele. Eso es todo.

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