INVENTARIO MENTAL...
Usted era adolescente cuando tenía aquellos sueños para su futuro. En esa época usted se había apurado con impaciencia por alcanzar la mayoría de edad. Llegó. En la universidad, cuando era soltera, no veía la hora de estar comprometida y terminar de estudiar para que la vida "empezara de verdad". Se casó. Llegó el momento... Disfrutó los primeros momentos de matrimonio con su pareja, pero había algo que faltaba: Hijos.
Cuando empezaron a llegar, las noches se hicieron largas y los días aún más largos y se la pasaba orando para que la hora de ir a dormir llegara más rápido que el día anterior...
Estuvo presente todos esos años de su vida como estudiante, esposa y mamá, y, sin embargo, tiene pocos recuerdos, pocos sentimientos que asocie con algunos de esos momentos de la vida. ¿Por qué es así?
Porque usted había estado allí, pero en realidad no estuvo...
Hoy, que frisa ya los 36 comprende que tampoco había participado de su propia vida.
Se acerca a los cuarenta. Las canas empiezan a aparecer. Ciertas arrugas en la comisura de los labios y los párpados que hay que levantar con cremas dicen la verdad.
Aquella adolescente quinceañera que soñaba con una vida plena, hoy es una mujer satisfecha de haber sido estudiante, esposa, madre... pero... ¿mujer?
Los hijos están en el colegio. Ya no hay cambio de pañales, ni preparar biberones, ni compotas. El esposo sigue trabajando y llevando el sustento a su casa. No falta nada. ¿Nada?
Falta que usted viva...
Que se de su tiempo. Que empiece un proyecto solo suyo. Que escriba un libro. Que aprenda una manualidad. Que se tome un café en algún centro comercial mientras lee el periódico. Que haga amigas. Que sirva al Señor en algún privilegio de su iglesia. Que aprenda a hacerse sus propios vestidos. Que aprenda otro idioma...
Si, hermana, así es. Usted que ya pasó por aquellos años "locos" de los sesenta, con Elvis Presley, con el ritmo del twist, con Palito Ortega y Angélica María... hoy puede empezar otra década de plenitud.
Ahora es tiempo que usted invierta tiempo en usted. A Jesús le complacerá saber que una de sus hijas está tan contenta de ser "mujer" que le dará los recursos para que pueda disfrutarlos viendo vitrinas. De "window shopping" como dicen los gringos.
Y, cuando regrese a su casa y se reúna con los suyos y les sirva la cena y se vaya satisfecha a su cama al lado de su amado... usted elevará una oración a su verdadero Amado por haberla hecho mujer. Mujer que vive en plenitud...
Hágalo, no se arrepentirá. Los años pasan rápido y quizá muy pronto, sin que se dé cuenta de cómo y cuando... ya es abuela. Mejor empiece a disfrutar ya, antes que lleguen los días de Eclesiastés...
Cuando empezaron a llegar, las noches se hicieron largas y los días aún más largos y se la pasaba orando para que la hora de ir a dormir llegara más rápido que el día anterior...
Estuvo presente todos esos años de su vida como estudiante, esposa y mamá, y, sin embargo, tiene pocos recuerdos, pocos sentimientos que asocie con algunos de esos momentos de la vida. ¿Por qué es así?
Porque usted había estado allí, pero en realidad no estuvo...
Hoy, que frisa ya los 36 comprende que tampoco había participado de su propia vida.
Se acerca a los cuarenta. Las canas empiezan a aparecer. Ciertas arrugas en la comisura de los labios y los párpados que hay que levantar con cremas dicen la verdad.
Aquella adolescente quinceañera que soñaba con una vida plena, hoy es una mujer satisfecha de haber sido estudiante, esposa, madre... pero... ¿mujer?
Los hijos están en el colegio. Ya no hay cambio de pañales, ni preparar biberones, ni compotas. El esposo sigue trabajando y llevando el sustento a su casa. No falta nada. ¿Nada?
Falta que usted viva...
Que se de su tiempo. Que empiece un proyecto solo suyo. Que escriba un libro. Que aprenda una manualidad. Que se tome un café en algún centro comercial mientras lee el periódico. Que haga amigas. Que sirva al Señor en algún privilegio de su iglesia. Que aprenda a hacerse sus propios vestidos. Que aprenda otro idioma...
Si, hermana, así es. Usted que ya pasó por aquellos años "locos" de los sesenta, con Elvis Presley, con el ritmo del twist, con Palito Ortega y Angélica María... hoy puede empezar otra década de plenitud.
Ahora es tiempo que usted invierta tiempo en usted. A Jesús le complacerá saber que una de sus hijas está tan contenta de ser "mujer" que le dará los recursos para que pueda disfrutarlos viendo vitrinas. De "window shopping" como dicen los gringos.
Y, cuando regrese a su casa y se reúna con los suyos y les sirva la cena y se vaya satisfecha a su cama al lado de su amado... usted elevará una oración a su verdadero Amado por haberla hecho mujer. Mujer que vive en plenitud...
Hágalo, no se arrepentirá. Los años pasan rápido y quizá muy pronto, sin que se dé cuenta de cómo y cuando... ya es abuela. Mejor empiece a disfrutar ya, antes que lleguen los días de Eclesiastés...
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