ENAMORADA DE UN DIVORCIADO...

A menudo, en el ministerio de consejería en la Iglesia me encuentro con este tipo de preguntas: "Me enamoré de un hombre divorciado que tiene hijos. ¿me conviene esa relación? Nunca me he casado"

A Jesús le hicieron la misma pregunta: "¿Es lícito que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier motivo?"

Lea Mateo 19:3-9, allí hay algo que llama poderosamente la atención. Jesús termina su sentencia diciendo algo que Moisés no había notado. En el principio no había divorcio. Pero Moisés lo autorizó por la "dureza del corazón del hombre". Lea bien: La dureza del corazón del hombre...

El hombre, en cuanto se trata de su hombría, después de ser el más tierno, el más servicial y sencillo hombre de hogar, en cuanto le tocan su "hombría", endurece su corazón y abandona a la mujer de su juventud. A menos, claro está, que tenga a Cristo en su corazón y sea verdaderamente un hombre rendido a Dios.

Así de sencillo.

La sociedad de hoy en día juega con los matrimonios, intercambiando amantes como compañeros en un baile de graduación. Dios dice: quédate ahí y sé fiel.

El hogar es sagrado y debería custodiarse como una fortaleza. Solo una cosa, a ojos de Jesús, autoriza el divorcio: la elección continua de uno de los cónyuges de ser sexualmente activo con una persona fuera del matrimonio.

El divorcio no debería tomare a la ligera nunca. Si la reconciliación es absolutamente imposible entonces, ¿qué más puedes hacer? Se se ha intentado, probado y rechazado todo medio para arreglar la relación, ¿cual es el plan B?

¿Dios perdona a los que se divorcian? ¿Podrá el divorciado tener un matrimonio feliz alguna vez?

Dios perdonó al rey David. Para David el adulterio se convirtió en un estilo de vida, con todas aquellas esposas  y concubinas. Satisfizo sus propios deseos, pero faltó al deseo de Dios para el matrimonio.  Incluso cometió asesinato para quedarse con Betsabé.

Entonces: ¿perdona Dios a los adúlteros, a los asesinos, a los ladrones en una cruz, a los perseguidores en el camino a Damasco?

Constantemente.

Dios perdona pero prefiere advertir. Los que se divorcian están perdonados y pueden continuar con sus vidas, pero tienen que enfrentar las consecuencias de su decisión y todo el dolor que le acompaña...

Tomando en cuenta que el divorcio es inevitable en nuestro mundo, Dios puede bendecir a dos corazones perdonadores y perdonados que desean comenzar de nuevo... pero para hacerlo bien la segunda vez.

Así que si usted se ha enamorado de un divorciado, asegúrese que esta vez él ama a Jesús más que a usted misma pues eso le garantizará que esta vez él va en serio... y feliz luna de miel...

¡Ajá!, pastor Berges, pero ¿cómo me garantizo que él ama a Jesús más que a mí?

Eso será tema para otro artículo. Esté pendiente.



Comentarios

  1. Me interesó su artículo, porque tengo 46 años soy cristiana desde mis 20 y nunca tuve ninguna relación amorosa, pues en la iglesia en la que crecí se nos cuidaba de relaciones sin sentido, aparte yo soy bastante tímida pero también temerosa del Señor, en mi juventud yo le pedí al Señor un esposo y recibí como respuesta que me lo presentaría cuando estuviera listo. Ahora en mi nueva iglesia, hay un divorciado que sirve al Señor y tiene unos 4 años de creyente, él me mira de manera diferente y hemos descubierto que compartimos intereses comunes; pero aún no me he atrevido a abrir mi corazón porque él sólo me sigue con la mirada pero nunca me ha invitado a salir, que es lo que yo esperaría. Cualquier hombre vendría a ser mi primera relación amorosa, pero no sé si dar un paso adelante con este varón y mostrarle mayor interés.
    Gracias por tocar el tema Pastor.
    Sylvie.

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