EL FRACASO Y LOS FRACASADOS...
Fracasar no es lo mismo que ser un fracasado. Herrar es de humanos. Ser un fracaso es otra cosa. Hay personas que se sienten y, de hecho, son fracasados. No se estiman ellos mismos. Su autoestima está tan baja que ni Jesús logra levantarles el ánimo. El rey Saúl es un ejemplo de ello. Dios lo levantó al trono de Isrel cuando despreciaron el mando de Samuel, pero Saúl siempre se consieró un fracaso. Desde un principio sus palabras lo dejan ver. Empezó creyéndose un fracasado. Reinó siendo un fracasado, acomplejado y menospreciado por él mismo...Y su final fue un rotundo fracaso. Se suicidó.
David es todo lo contrario. La antítesis del fracasado... aunque fracasó en una o varias oportunidades. Fracasó cuando vio a Betsabé bañándose en el patio de su casa y no logró dominar sus impulsos sexuales. Logró dominar al gigante Goliat pero fracasó con Betsabé. Fracasó en arreglar ese asunto tan feo y asesinó a Urías, el fiel esposo de la mujer en cuestión. Fracasó cuando exigió a su general que hiciera un censo y causó la muerte de varios cientos de su pueblo. Fracasó cuando quiso llevar el Arca de Dios a su palacio y Uza dejó viuda a su esposa y huérfanos a sus hijos...Fracaso tras fracaso... Pero hizo algo extraordinario: Cuantas veces fracasó se levantó. Y cuantas veces se levantó, tomó su pluma y escribió un salmo. Y hoy, sus salmos nos inspiran fe. Sus fracasos nos traen esperanza. Nos hacen ver que aunque fracasemos en algo, podemos vencer en la próxima...
¿Se siente mal porque algo le salió mal? ¿Se siente culpable porque alguien se ofendió por el mensaje que usted predicó con tanto ahínco el domingo? ¿Se siente como cucaracha porque no pudo solucionar algún problema? Estamos terminando el año... ¿Se siente horrible porque no pudo cancelar sus deudas? ¿No pudo decirle a su esposa cuánto la ama? ¿No logró aprender a besar a sus hijos? ¿No logró enamorar a la chica con quien soñó todo el año? ¿Se casó con otro porque usted se calló la boca? ¿Cree que ya no hay oportunidad para usted el próximo año? ¿Cree que puede terminar sus estudios? ¿Cree que aún puede casarse a pesar que el tren ya casi lo está dejando? ¿Cree que Jesús ya vino por Su Iglesia y que usted se quedó a la Gran Tribulación...?
Lo que usted tiene que decirse es: «No soy un fracasado, solo fracasé al intentar hacer algo». Hay una gran diferencia entre una cosa y otra ... Hace unos años mientras estaba escribiendo mi libro "Ángeles pero no Santos", mi computadora me extravió el documento que tenía en Word. Lo busqué por todos los rincones de su disco duro. Le pedí ayuda a algunos hermanos que saben escarbar más y mejor que yo las computadoras y no lograron encontrar lo que ya había escrito. Me sentí cucaracha. Me sentí hecho un fracaso porque el libro ya lo tenía bastante avanzado y me dolió haber perdido lo escrito... Tenía dos caminos: Quedarme sin escribir ya nada o empezar un nuevo proyecto y olvidarme del que había perdido... Me olvidé del asunto por unos dos meses y no volví a tocar la compu...
Empecé a escribir otro que tenía en mente: "Naamán". Cuando ya iba por la mitad de este libro, sin darme cuenta le dí un toque a alguna tecla y en la pantalla aparecieron unos archivos... uno se llamaba... ¿adivinó? ¡Correcto! Era el archivo en Word de "Angeles pero no Santos" Usted se imaginará el salto de alegría que pegué cuando lo abrí y vi que allí estaban las páginas que había escrito en aquella oportunidad. Glorifiqué al Señor y lo terminé junto con el nuevo: "Naamán".
Mi aparente fracaso sirvió para darle forma a otro libro mientras regresaba al anterior... No es lo mismo haber fracasado en un intento, que fracasar en todo en la vida y quedarnos así: fracasados.
Una última observación: Para algunos ególatras del púlpito, Jesús fue un fracasado en su Ministerio porque solo tuvo doce discípulos. En tres años y medio no logró una congregación más numerosa. Solo doce, pero... ¿qué me dicen del alcance de sus enseñanzas? ¡Ellos mismos, los ególatras, son el resultado de Aquel Gran Ministerio empezado con doce... de los cuales uno fue traidor...
David es todo lo contrario. La antítesis del fracasado... aunque fracasó en una o varias oportunidades. Fracasó cuando vio a Betsabé bañándose en el patio de su casa y no logró dominar sus impulsos sexuales. Logró dominar al gigante Goliat pero fracasó con Betsabé. Fracasó en arreglar ese asunto tan feo y asesinó a Urías, el fiel esposo de la mujer en cuestión. Fracasó cuando exigió a su general que hiciera un censo y causó la muerte de varios cientos de su pueblo. Fracasó cuando quiso llevar el Arca de Dios a su palacio y Uza dejó viuda a su esposa y huérfanos a sus hijos...Fracaso tras fracaso... Pero hizo algo extraordinario: Cuantas veces fracasó se levantó. Y cuantas veces se levantó, tomó su pluma y escribió un salmo. Y hoy, sus salmos nos inspiran fe. Sus fracasos nos traen esperanza. Nos hacen ver que aunque fracasemos en algo, podemos vencer en la próxima...
¿Se siente mal porque algo le salió mal? ¿Se siente culpable porque alguien se ofendió por el mensaje que usted predicó con tanto ahínco el domingo? ¿Se siente como cucaracha porque no pudo solucionar algún problema? Estamos terminando el año... ¿Se siente horrible porque no pudo cancelar sus deudas? ¿No pudo decirle a su esposa cuánto la ama? ¿No logró aprender a besar a sus hijos? ¿No logró enamorar a la chica con quien soñó todo el año? ¿Se casó con otro porque usted se calló la boca? ¿Cree que ya no hay oportunidad para usted el próximo año? ¿Cree que puede terminar sus estudios? ¿Cree que aún puede casarse a pesar que el tren ya casi lo está dejando? ¿Cree que Jesús ya vino por Su Iglesia y que usted se quedó a la Gran Tribulación...?
Lo que usted tiene que decirse es: «No soy un fracasado, solo fracasé al intentar hacer algo». Hay una gran diferencia entre una cosa y otra ... Hace unos años mientras estaba escribiendo mi libro "Ángeles pero no Santos", mi computadora me extravió el documento que tenía en Word. Lo busqué por todos los rincones de su disco duro. Le pedí ayuda a algunos hermanos que saben escarbar más y mejor que yo las computadoras y no lograron encontrar lo que ya había escrito. Me sentí cucaracha. Me sentí hecho un fracaso porque el libro ya lo tenía bastante avanzado y me dolió haber perdido lo escrito... Tenía dos caminos: Quedarme sin escribir ya nada o empezar un nuevo proyecto y olvidarme del que había perdido... Me olvidé del asunto por unos dos meses y no volví a tocar la compu...
Empecé a escribir otro que tenía en mente: "Naamán". Cuando ya iba por la mitad de este libro, sin darme cuenta le dí un toque a alguna tecla y en la pantalla aparecieron unos archivos... uno se llamaba... ¿adivinó? ¡Correcto! Era el archivo en Word de "Angeles pero no Santos" Usted se imaginará el salto de alegría que pegué cuando lo abrí y vi que allí estaban las páginas que había escrito en aquella oportunidad. Glorifiqué al Señor y lo terminé junto con el nuevo: "Naamán".
Mi aparente fracaso sirvió para darle forma a otro libro mientras regresaba al anterior... No es lo mismo haber fracasado en un intento, que fracasar en todo en la vida y quedarnos así: fracasados.
Una última observación: Para algunos ególatras del púlpito, Jesús fue un fracasado en su Ministerio porque solo tuvo doce discípulos. En tres años y medio no logró una congregación más numerosa. Solo doce, pero... ¿qué me dicen del alcance de sus enseñanzas? ¡Ellos mismos, los ególatras, son el resultado de Aquel Gran Ministerio empezado con doce... de los cuales uno fue traidor...
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