¿QUE DEBO HACER...?
"y después de sacarlos, dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?" (Hechos 16:30)
El centurión está asustadísimo. Conoce la ley romana con respecto a la infidelidad en la custodia de los reos. Le tiembla todo, no por el terremoto que acaba de sacudir la cárcel a su cargo, sino porque creyó que los reos habían aprovechado la oportunidad para escapar... Ya se veía en el corredor de la muerte esperando la guillotina para ser decapitado por su falta de autoridad y cuidado...
A punto estaba de hacerse el harakiri con su espada, cuando uno de los presos, Pablo, -cuando no- el bendito Pablo... lo detuvo.
El carcelero se quedó con la boca abierta. ¿no se fueron entonces? ¿no escaparon aprovechando el terremoto? ¿cómo es que se quedaron? ¿Son tontos o qué...? Porque yo, en su caso...
Algo vio el carcelero en los rostros de los presos Pablo y Silas. No solo les escuchó cantar en medio de su desgracia, atados al cepo de la cárcel, sino que ahora, para remachar la sorpresa, no se escapan cuando las puertas están abiertas de par en par y ellos sueltos... Como decía mi hija Sheyla... "yo no entiendo a la gente grande"
El hombre está ahora sorprendido. Ya no le tiemblan las piernas... ahora le tiemblan sus paradigmas. Ahora le tiemblan sus convicciones... Estos hombres deben tener algo que yo no tengo. Deben saber algo que yo no sé. Y voy a averiguarlo cueste lo que cueste...
Su problema ahora es qué cuentas le dará a sus superiores cuando vean a los presos sueltos, caminando por su cárcel como si fuera su propia casa... Qué explicaciones le dará a su capitan cuando le pregunte por la seguridad de los reos... Y una congoja se apodera de él. No sabrá qué responder cuando le pregunten por la seguridad de su pequeño reino...
Y es cuando les suelta la famosa pregunta: ¿Qué debo hacer para ser salvo? Siempre hemos creído que estaba hablando de la salvación de su alma. Recordemos que estamos escuchando a un romano. Ellos no creían en el más allá. Eran personas pragmáticas. Uno se muere y punto. Fin. Se acabó.
Así que no está preguntando qué debe hacer para ser salvo del infierno. Él lo que quiere saber es qué debe hacer para ser salvo del castigo que sus jefes le pondrán por haber permitido que Pablo y Silas estén tan campantes fuera de su celda. El miedo que tiene es lo que le puede suceder a causa de haber permitido que esos presos no estén atados al cepo sino que estén en libertad...
¿Qué debo hacer para ser salvo... del castigo de mi jefe?
Y Pablo aprovecha el momento para dar el knock out... "Cree en Jesús...". Lo que debes hacer es creer en Quien nosotros creemos. Lo que debes hacer es aceptar que no lo puedes todo, centurión. Que tu autoridad sobre nosotros está siendo permitida por Alguien mayor que tú y nosotros... Se llama Jesús. ¿Quieres ser libre del castigo romano? Cree en Jesús. ¿Quieres ser libre de la cólera de tu jefe? Cree en Jesús. ¿Quieres dejar de temblar ante el hombre que te amenza? Cree en Jesús...
¿Quieres que tu esposo deje de golpearte cada fin de semana? Cree en Jesús. ¿Quieres que tu empresa te pague hasta el último centavo? Cree en Jesús. ¿Quieres que ese cáncer desaparezca? Cree en Jesús. ¿Quieres cancelar todas tus deudas? Cree en Jesús...
Lea bien: El consejo no fue: canta coritos. Asiste al ayuno sábatico. Vístete de manga larga, de negro y sin peinarte. El consejo no fue: pon cara triste. No sonrías, la risa es del Diablo. Apártate de los que no son como tu. No hables con los que no son evangélicos...
No. Pablo no aconsejó eso. Lo único que le dijo al carcelero fue: Cree en Jesús y serás salvo de la opresión del imperio romano que tanto te asusta... y, de paso... heredarás la vida eterna...
Sorprendente, ¿cierto?
El centurión está asustadísimo. Conoce la ley romana con respecto a la infidelidad en la custodia de los reos. Le tiembla todo, no por el terremoto que acaba de sacudir la cárcel a su cargo, sino porque creyó que los reos habían aprovechado la oportunidad para escapar... Ya se veía en el corredor de la muerte esperando la guillotina para ser decapitado por su falta de autoridad y cuidado...
A punto estaba de hacerse el harakiri con su espada, cuando uno de los presos, Pablo, -cuando no- el bendito Pablo... lo detuvo.
El carcelero se quedó con la boca abierta. ¿no se fueron entonces? ¿no escaparon aprovechando el terremoto? ¿cómo es que se quedaron? ¿Son tontos o qué...? Porque yo, en su caso...
Algo vio el carcelero en los rostros de los presos Pablo y Silas. No solo les escuchó cantar en medio de su desgracia, atados al cepo de la cárcel, sino que ahora, para remachar la sorpresa, no se escapan cuando las puertas están abiertas de par en par y ellos sueltos... Como decía mi hija Sheyla... "yo no entiendo a la gente grande"
El hombre está ahora sorprendido. Ya no le tiemblan las piernas... ahora le tiemblan sus paradigmas. Ahora le tiemblan sus convicciones... Estos hombres deben tener algo que yo no tengo. Deben saber algo que yo no sé. Y voy a averiguarlo cueste lo que cueste...
Su problema ahora es qué cuentas le dará a sus superiores cuando vean a los presos sueltos, caminando por su cárcel como si fuera su propia casa... Qué explicaciones le dará a su capitan cuando le pregunte por la seguridad de los reos... Y una congoja se apodera de él. No sabrá qué responder cuando le pregunten por la seguridad de su pequeño reino...
Y es cuando les suelta la famosa pregunta: ¿Qué debo hacer para ser salvo? Siempre hemos creído que estaba hablando de la salvación de su alma. Recordemos que estamos escuchando a un romano. Ellos no creían en el más allá. Eran personas pragmáticas. Uno se muere y punto. Fin. Se acabó.
Así que no está preguntando qué debe hacer para ser salvo del infierno. Él lo que quiere saber es qué debe hacer para ser salvo del castigo que sus jefes le pondrán por haber permitido que Pablo y Silas estén tan campantes fuera de su celda. El miedo que tiene es lo que le puede suceder a causa de haber permitido que esos presos no estén atados al cepo sino que estén en libertad...
¿Qué debo hacer para ser salvo... del castigo de mi jefe?
Y Pablo aprovecha el momento para dar el knock out... "Cree en Jesús...". Lo que debes hacer es creer en Quien nosotros creemos. Lo que debes hacer es aceptar que no lo puedes todo, centurión. Que tu autoridad sobre nosotros está siendo permitida por Alguien mayor que tú y nosotros... Se llama Jesús. ¿Quieres ser libre del castigo romano? Cree en Jesús. ¿Quieres ser libre de la cólera de tu jefe? Cree en Jesús. ¿Quieres dejar de temblar ante el hombre que te amenza? Cree en Jesús...
¿Quieres que tu esposo deje de golpearte cada fin de semana? Cree en Jesús. ¿Quieres que tu empresa te pague hasta el último centavo? Cree en Jesús. ¿Quieres que ese cáncer desaparezca? Cree en Jesús. ¿Quieres cancelar todas tus deudas? Cree en Jesús...
Lea bien: El consejo no fue: canta coritos. Asiste al ayuno sábatico. Vístete de manga larga, de negro y sin peinarte. El consejo no fue: pon cara triste. No sonrías, la risa es del Diablo. Apártate de los que no son como tu. No hables con los que no son evangélicos...
No. Pablo no aconsejó eso. Lo único que le dijo al carcelero fue: Cree en Jesús y serás salvo de la opresión del imperio romano que tanto te asusta... y, de paso... heredarás la vida eterna...
Sorprendente, ¿cierto?
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