NADIE LO SABE...

Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre. (Mat. 24:36)

"La profecía Presenta: "Los días finales. Una mirada inteligente a la profecía bíblica". Ese es el anuncio que recibí en el correo de ayer. El  folleto a todo color de cuatro páginas se comprometió a proporcionar información privilegiada sobre el "significado de la crisis actual, y cuán cerca estamos de la venida de Cristo." Estoy hablando hipotéticamente. Hoy en día abundan este tipo de seminarios. A cada cual más lujoso y caro. Al parecer, los organizadores se olvidan de algo que Jesús dijo: "Nadie lo sabe." Por supuesto, proclamar que nadie sabe no es muy atractivo. Después de todo, una vez que alguien ha dicho que no sabe, ¿quien se tomará la molestia de escuchar lo que ofrece decir y pagar por ello?


La gente quiere saber, ¿no? Si tan sólo supiéramos lo cerca que estamos del regreso de Jesús la vida sería mucho más fácil. Podríamos calcular cuánto dinero vamos a necesitar. Podríamos planificar para el futuro. Se podrían disfrutar  los últimos días de vacaciones. Podríamos dejar los puestos de trabajo que odiamos. Ya no le haría caso a mi suegra. Mi esposa perdería importancia para mí. Mis hijos tendrían que buscar sus propias distracciones. Ya no más domingos sin futbol. No tendría que preocuparme por las deudas pendientes de pago. No tendría que llevar a mi esposa al súper. A mi pastor no tendría porqué diezmarle. No tendría que bajar de peso. Podría comer todo lo que deseo... Me mantendría solo en la Iglesia buscando vigilias, ayunos y muchas cosas más...Queremos saber cuándo regresa Jesús por Su Iglesia para dejar de preocuparme por las cosas que me afligen, por las cosas que me quitan el sueño...
Si sólo supiéramos.

Pero la vida no es así. Y nunca lo será. Si Jesús dice que no lo  sabe, ¿crees que alguien más lo hace? ¿Cuándo nos daremos cuenta de que todos los pronosticadores son engañadores o charlatanes? Por supuesto, la propia Iglesia luchó con este verso. No le gustó el hecho de que Jesús no lo sabía. Después de todo, Él es Dios ¿cómo puede decir que no sabe? Los teólogos utilizan versos como este para defender una cristología kenótica, es decir, que Jesús entregó su plena divinidad en la encarnación. Y, sí, es cierto... Pero también Él es Dios. Y lo que quiso enseñar precisamente con este dilema es que no nos interesa saber cuándo regresará porque entonces...
 
Seríamos unos perfectos hipócritas. Mentirosos (¿más?) Actores ¿(más?) Religiosos... (¿más?)...
 
Viviríamos de otra manera sabiendo que tal día, a tal hora y en tal momento vendría Jesús por nosotros. Eso nos robaría el privilegio de buscar la santidad. De apartarnos del pecado. De vivir vidas honestas. De cuidarnos mucho de no insultar a nuestra suegra. De no maltratar a la esposa. De cancelar nuestras deudas. De no comparar a nuestros hijos. De no desear la mujer del prójimo. De no ver con ojos lascivos a las diaconisas. De no criticar a los hermanos... de no maldecir a nadie...
 
Porque, imagínese usted: Si no sabiendo cuándo Jesús regresará... lo que hacemos contradice nuestra espera... ¿cree usted que sabiéndolo seremos mejores cristianos? Se lo dejo como deber...

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