MARA

"Cuando llegaron a Mara no pudieron beber las aguas de Mara porque eran amargas..."(Exodo 15:23)

Acaban de estar cantando por el paso del Mar Rojo...
Acaban de estar alabando a Dios por la liberación del yugo egipcio. Acaban de estar aplaudiendo el portento que han visto con el Faraón y su gente quienes fueron ahogados en las aguas... Acaban de recibir el cheque de fin de mes. Acaba de salir del hospital donde le habían diagnosticado un cáncer terminal y se dieron cuenta que había sido un error... Acaba de contraer matrimonio. Acaba de dar a luz a un lindo bebé. Acaba de predicar un lindo mensaje. Acaba de terminar de tomarse un buen almuerzo...
Y algo sucede que no va de acuerdo a nuestros planes. Algo rompe la monotonía de la rutina milagrosa que Dios nos provee diariamente.

Algo que no compagina con nuestros deseos... Algo inusitado.

El pueblo de Israel ha estado caminando en el desierto hace poco tiempo. Moisés ha cantado el canto de victoria. María tomó el pandero y las demás mujeres le hacen coro. Todo está bonito... hasta que llegan a Mara.

Sedientos, se lanzan a la orilla del oasis. Las palmeras están hermosas. Hay sombra suficiente para refrescar el ambiente  caluroso del desierto. Los niños se quitan las sandalias para caminar libremente por el pasto. Las mujeres bajan de sus cabezas las cargas que llevan... los hombres se inclinan a la orilla del pequeño lago para beber con ansiedad la tan deseada agua...

Pero ¡Oh! desilusión... el agua está amarga... Es imposible de beber... La entropía hace su aparición... y el verso veinticuatro dice: "Y murmuró el pueblo contra Moisés, diciendo: ¿Qué beberemos?" Y se armó el jaleo... Los cantos se conviertieron en lamento. La risa en llanto. La alegría en tristeza...

¿Y el canto que acaban de estar entonando? Olvídese, pastor... estoy en amargura...
¿Y no que estaban felices mientras estaba la ceremonia del casamiento? Sí, pero ella... pero él...
¿Y no que estaban contentos con el bebé que Dios les dio? Sí, pero es un tragón de primera y no alcanza la leche... Y los pañales. Y hay que comprar cuna. Y las vacunas están tan caras...
¿Y no que estaban contentos porque fue día de pago? Si, pero cuando hicimos las cuentas...

Mara fue el principio de la prueba de Dios para el pueblo. Ellos no lo sabían, pero Dios los estaba probando. Él tenía la solución: un árbol. Pero ellos no lo sabían... Imprudentemente abrieron sus bocas y murmuraron contra su líder. Contra el primero en la lista. En vez de agradecer por lo que Dios podía hacer, murmuraron por lo que  hizo...El agua estaba amarga... Y, de amargura... estamos hasta el copete. ¿No es cierto? ¿Acaso no venimos del mundo de la amargura? ¿Acaso el predicador no me prometió solo dulzura en mi "nuevo" caminar en Cristo? ¿Me mintieron entonces? ¡Para esto mejor me hubiera quedado donde estaba...!

Estas y otras excusas se pueden poner en Mara... Dios tenía y tiene la solución a la amargura: Un árbol. Cuando cortaron el árbol el agua se endulzó... como se endulzó mi vida cuando llegué al Árbol del Gólgota... Toda la amargura de mi vida se convirtió en dulzura. Hace ya treinticuatro años que he bebido de sus Aguas y nunca más he sentido la amargura de la vida... Es cierto, ha habido momentos difíciles, pero el que estaba colgado del Árbol me endulzó el presente y el futuro...

Sería un ingrato si murmurara por los caminos amargos que aún debo transitar, sabiendo que el Árbol se encargará de endulzarlos...

Atrévase a creerlo y verá grandes resultados... No todo es amargura. Y el árbol está cerca, muy cerca de usted... Se llama Jesús...

Comentarios

  1. Sí, es verdad, EL SEÑOR JESUCRISTO ES EL UNICO QUE LLENA NUESTRO SER, EL UNICO! EL UNICO ! EL UNICO! PORQUE EL ES EL ALFA Y LA OMEGA, EL PRINCIPIO Y EL FIN ! NO HAY NADIE MAS, LA GLORIA SEA PARA EL !

    SONIA DE CARCAMO

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