LOS BESOS...

Hay besos y besos....
Unos son de amor y cariño.
Otros son de rencor y odio.
Unos son de agradecimiento.
Otros son de rechazo.

¿Cómo diferenciarlos, si son tan parecidos?

Una mala noticia. No podemos hasta que nos damos cuenta que han cumplido un propósito. Si son dados por unos labios amorosos, nos harán sentir su amor... Pero sin nos besa alguien que nos odia, también lo sabremos cuando se desvele la realidad... Mientras tanto, no hay manera de saber si quien nos besa lo está haciendo para bien o para mal...

La Cosa Nostra, un segmento de la Mafia siciliana tiene esa costumbre: cuando uno de sus mienbros ha sido condenado a muerte por alguna infracción a la Familia, se le da un beso. Solo uno. Y se le besa en la mejilla izquierda. El que lo recibe sabe que tiene que arreglar cuentas porque le quedan pocos minutos de vida. No hay manera de evitar la muerte. Ha sido sentenciado. Ha sido besado...

Pero antes de que existiera la Mafia siciliana ya había esa costumbre. Era romana. En la antigua Roma también se besaba al condenado a muerte. Era la señal de que el cadalso estaba a la vuelta de la esquina.  Y era  inevitable. La sentencia estaba dictada. Solo faltaba quien cumpliera el aviso: quien besara a su amigo... Eso fue lo que hizo Judas iscariote. Fue el encargado de hacerle saber a su Amigo que estaba sentenciado a muerte. Por eso fue que Jesús le preguntó: ¿Con un beso entregas al Hijo del Hombre? ¡Doloroso! ¿verdad? Jesús sabía que ese beso, en ese momento y en esas circunstancias no eran otra cosa sino el aviso que le esperaba la muerte. Y muerte de cruz...

¿Cuantos besos de esa clase nos habrán dado en el trayecto de nuestras vidas? O... mejor expresado: ¿Cuántos de esos besos habremos dado nosotros?

Cuando besamos a nuestro pastor después de haberlo criticado. Cuando besamos a nuestra pareja después de haber pecado contra ella. Cuando besamos a nuestros hijos después de haberles maldecido. Cuando besamos a nuestro hermano en la congregación después de haberle criticado su vestido y su peinado... Cuando besamos a nuestro vecino de silla después de haber criticado su olor...

Creo que hoy Domingo es un buen tiempo para analizar todo esto. Y creo que es tiempo de hacer una catarsis personal para no volver a besar a nadie sabiendo que hemos cometido alguna indiscreción contra ella. Porque entonces, si lo hacemos, caeremos en el beso o de la Cosa Nostra o en el beso de Judas...

Quizá por eso Cantares expresa: ¡Oh, si Él me besara con besos de su Boca...! Porque solo los Besos del Padre son Santos, Puros, Ejemplares, Consoladores, Dulces, Amorosos...

Pero la buena noticia es que nosotros también podemos aprender de Él. De Jesus, no de Judas...

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