JOB Y SUS PREGUNTAS...
¿He pecado? ¿Qué te he hecho a ti, oh guardián de los hombres? ¿Por qué has hecho de mí tu blanco,
de modo que soy una carga para mí mismo? (Job 7:20)
La torre cayó. Dieciocho murieron. ¿Se merecen morir? Eso es lo que los discípulos deben haber pensado cuando Jesús comentó sobre esa tragedia. Roma atacó. Jerusalén ha caído. Cientos de personas murieron. ¿Se lo merecen? Dos torres cayeron en New York. Tres mil personas murieron. ¿Se lo merecen?
Yo simplemente estaba viviendo mi vida. Yo era obediente. Yo estaba metido en la Iglesia. Estaba cantando coritos. Estaba orando con mi congregación. Estaba dando ofrenda, sin embargo, miren lo que pasó.
Once días lloviendo y muchas personas muriendo. Cuántos niños en abandono. Casas destruídas. Ancianos desamparados. Policías abandonando sus hogares para cuidar hogares ajenos. Socorristas exponiendo sus vidas para salvar otras que quizá ni las gracias les dieron...
¿Por qué, Señor? ¿Qué te hemos hecho? ¿En qué hemos pecado? ¿Merecemos todo esto? ¿Acaso nuestro país no lleva el Nombre de tu Hijo?
Si Job estuviera vivo haría estas preguntas. Él fue especialista en hablar con Dios de esta manera. Escuche esta frase: "¿Por qué me pones por blanco tuyo hasta convertirme en una carga para mi?"
Y es que se nos olvida que Dios es Justo. Es verdaderamente Justo. Y lo que nos ha pasado debe servir para poner nuestras barbas en remojo. Dios no está jugando a la iglesita. Dios no quiere gente de doble moral. No quiere que sus hijos que tanta Sangre costó estén con un pie en la Iglesia y el otro en el mundo...
Cuando todo esto pase, cuando el Sol vuelva a brillar en todo su esplendor... ¿Donde estaremos nuevamente? Ya octubre está pasando. Viene el fin de año... ¿Recordaremos toda esta tragedia en Diciembre? O las luces rojas y verdes, el olor a pino, la musiquita de fin de año y toda la parafernalia navideña nos hará olvidar lo que ha pasado? ¿Pensaremos entonces en los ancianos que están en los albergues soportando olores ajenos, quejidos y hambre? ¿Recordaremos a Dios, el Justo y le daremos la Honra que Él merece? ¿Sabe qué creo yo? Que no... nos olvidaremos del hoy y volveremos a nuestras torres de marfil en donde todo está bien. ¡Claro! habrá aguinaldo. Habrá dinero para gastar, habrá licor para beber y adulterios que realizar... ¿Y Dios? Relegado nuevamente a un rincón. A un simple nacimiento rodeado de Michael Jackson, de tres figuritas de barro, un burrito y una vaca...Y algunos le agregarán una figura de Ricky...
¿Y la Iglesia de Cristo? ¡Bien, gracias!. Todos vivos. Todos contentos. Adornando sus altares con dioses mundanos, con recuerdos anuales de fiestas paganas, con pastores vistiendo atuendos de Santa Claus para tomarse fotos con los niños de la escuela dominical... Las damas organizando su "amiga secreta" y los hombres organizando sus "retiros" de fin de año. Los jóvenes celebrando en el Centro Comercial con sus amiguitos del mundo... Todos felices. Todos contentos. Las lluvias serán un lejano recuerdo del pasado. La tragedia de Comasagua y Monte Bello será un recuerdo que ya no hay que vivir. Estamos en fin de año, Pastor Berges, no nos amargue la fiesta...
Además... regresaremos en enero nuevamente a los cultos. No nos estamos yendo de la Iglesia, solo nos estamos divirtiendo con nuestros familiares y vecinos. Solo quemaremos unos cuantos cuetes y ya...
Nos vemos en enero, pastor, nos veremos en enero...
La pregunta de Job sigue vigente entonces... ¿verdad? "¿Si he pecado, ¿qué te hago a ti, oh Guardián del hombre?"
¿Cómo queremos que Dios esté contento con nosotros así?
de modo que soy una carga para mí mismo? (Job 7:20)
La torre cayó. Dieciocho murieron. ¿Se merecen morir? Eso es lo que los discípulos deben haber pensado cuando Jesús comentó sobre esa tragedia. Roma atacó. Jerusalén ha caído. Cientos de personas murieron. ¿Se lo merecen? Dos torres cayeron en New York. Tres mil personas murieron. ¿Se lo merecen?
Yo simplemente estaba viviendo mi vida. Yo era obediente. Yo estaba metido en la Iglesia. Estaba cantando coritos. Estaba orando con mi congregación. Estaba dando ofrenda, sin embargo, miren lo que pasó.
Once días lloviendo y muchas personas muriendo. Cuántos niños en abandono. Casas destruídas. Ancianos desamparados. Policías abandonando sus hogares para cuidar hogares ajenos. Socorristas exponiendo sus vidas para salvar otras que quizá ni las gracias les dieron...
¿Por qué, Señor? ¿Qué te hemos hecho? ¿En qué hemos pecado? ¿Merecemos todo esto? ¿Acaso nuestro país no lleva el Nombre de tu Hijo?
Si Job estuviera vivo haría estas preguntas. Él fue especialista en hablar con Dios de esta manera. Escuche esta frase: "¿Por qué me pones por blanco tuyo hasta convertirme en una carga para mi?"
Y es que se nos olvida que Dios es Justo. Es verdaderamente Justo. Y lo que nos ha pasado debe servir para poner nuestras barbas en remojo. Dios no está jugando a la iglesita. Dios no quiere gente de doble moral. No quiere que sus hijos que tanta Sangre costó estén con un pie en la Iglesia y el otro en el mundo...
Cuando todo esto pase, cuando el Sol vuelva a brillar en todo su esplendor... ¿Donde estaremos nuevamente? Ya octubre está pasando. Viene el fin de año... ¿Recordaremos toda esta tragedia en Diciembre? O las luces rojas y verdes, el olor a pino, la musiquita de fin de año y toda la parafernalia navideña nos hará olvidar lo que ha pasado? ¿Pensaremos entonces en los ancianos que están en los albergues soportando olores ajenos, quejidos y hambre? ¿Recordaremos a Dios, el Justo y le daremos la Honra que Él merece? ¿Sabe qué creo yo? Que no... nos olvidaremos del hoy y volveremos a nuestras torres de marfil en donde todo está bien. ¡Claro! habrá aguinaldo. Habrá dinero para gastar, habrá licor para beber y adulterios que realizar... ¿Y Dios? Relegado nuevamente a un rincón. A un simple nacimiento rodeado de Michael Jackson, de tres figuritas de barro, un burrito y una vaca...Y algunos le agregarán una figura de Ricky...
¿Y la Iglesia de Cristo? ¡Bien, gracias!. Todos vivos. Todos contentos. Adornando sus altares con dioses mundanos, con recuerdos anuales de fiestas paganas, con pastores vistiendo atuendos de Santa Claus para tomarse fotos con los niños de la escuela dominical... Las damas organizando su "amiga secreta" y los hombres organizando sus "retiros" de fin de año. Los jóvenes celebrando en el Centro Comercial con sus amiguitos del mundo... Todos felices. Todos contentos. Las lluvias serán un lejano recuerdo del pasado. La tragedia de Comasagua y Monte Bello será un recuerdo que ya no hay que vivir. Estamos en fin de año, Pastor Berges, no nos amargue la fiesta...
Además... regresaremos en enero nuevamente a los cultos. No nos estamos yendo de la Iglesia, solo nos estamos divirtiendo con nuestros familiares y vecinos. Solo quemaremos unos cuantos cuetes y ya...
Nos vemos en enero, pastor, nos veremos en enero...
La pregunta de Job sigue vigente entonces... ¿verdad? "¿Si he pecado, ¿qué te hago a ti, oh Guardián del hombre?"
¿Cómo queremos que Dios esté contento con nosotros así?
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