¿QUÉ HACEMOS? PORQUE ESTE HOMBRE... (Jn. 11:47)

Si usted se siente acosado por su pareja y no le entiende su nuevo estilo de vida despues de haber encontrado a Jesús... no se preocupe.
Preocúpese si su cónyuge no ve cambios en usted. Eso pone en duda su nuevo nacimiento...

Pero si le acusan de "santo". Si le dicen: "hazme un milagro, pues...". Si se burlan de usted a causa de su nueva vida. Si le dicen con sorna: "cómo no, el santurrón..." ¡Alégrese! Están viendo a Jesús en usted. Están empezando a ver a otra Persona en usted. El Espíritu Santo ha empezado a cincelar en usted el carácter de Cristo.

Eso tiene sus bemoles. Por eso es que muchos se retiran en cuanto empiezan los cambios. Porque la gente a su alrededor no soporta que otra persona que antes maldecía ahora bendice. Que antes tomaba licor, ahora sea abstemia. Que antes insultaba con palabras soeces, ahora hable con palabras sanas. Que antes se fumaba sus paquetes de cigarrillos diarios, ahora se olvide de esos vicios. No soportan a aquellos que vivían de motel en motel y ahora no salen de su casa. Que antes insultaban a su pareja y ahora son cariñosos y tiernos con ellas... Antes era un león, ahora es un cordero... o cordera. Usted entiende...

No lo soportan. ¿Sabe por qué? Porque usted se les ha ido de las manos. Ya no lo pueden manipular. Ya no está usted de su lado. Se volvió del lado de Jesús y eso ellos no lo aguantan. Porque ya no tienen influencia sobre su vida. Porque su voluntad ya no es manejada por ellos... no importa si se trata de su pareja, de sus padres o de sus hermanos... Ya no digamos de sus amigotes.

No se extrañe. Eso le pasó a los amigos de Marta y María. Resulta que Jesús resucita a su hermano Lázaro. Antes de todo esto, Lázaro era amigo de los religiosos, de los fariseos y escribas de Jerusalem. Era tan amigo que actuaba como ellos: hipócritamente. Era un pecador disfrazado de santo. En las noches se iba de juerga con ellos a darle gusto a sus desenfrenos. Los sábados, como buen actor, iba a la sinagoga a fingir una santidad que no vivía entre semana. Era puro y vil teatro. Compartía las mismas manías que sus amigotes los fariseos. Era aceptado por todos ellos porque compartían los mismos vicios, desviaciones y mentiras...

Hasta que entra en escena Jesus. Lázaro muere. Jesús lo resucita. Y Lázaro no vuelve a ser el mismo. Dice la historia que cuando Jesús regresa a la casa de Marta y María, le hicieron una cena. ¿Y sabe quien estaba sentado allí ahora? ¡Exacto! acertó: Lázaro. Ahora quieren matarlo. Por una sola razón:  Jesús lo cambió en otro hombre. Ya no era el mujeriego, el fumador, el adúltero, la malcriada ni la malhablada. Ya no criticaba a su suegra, ya no andaba en las esquinas perdiendo el tiempo... ahora está sentado a la mesa con Jesús...

Y los ex amigo de Lázaro se enojan. Y hacen la famosa pregunta: ¿Qué hacemos con Jesús? Porque está haciendo tantas señales que nuestros amigos se nos están yendo... se nos están yendo de nuestro control. Jesús nos está quitando a nuestros hijos. Ya no quiere que vayan con nosotros al concierto de Riky. Jesús ya no quiere que nuestras esposas se dejen golpear. Ya no quiere que vayamos a las fiestas con nuestra familia... ¿Qué hacemos con este hombre que está cambiando a nuestras familias?
Así que no se extrañe si usted es acosada o acosado por su propia familia... usted se les ha ido de las manos... pero está en las Mejores: En las Manos del Dios Todopoderoso.



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