...Y USTEDES, ¿QUIEN DICEN QUE SOY? (Mat. 16:15)

Jesús quiere saber quién es para usted...
Jesús desea escuchar de sus propios labios qué o quien es Él para usted.
Fue la pregunta que le hizo a sus discípulos: ¿Quien dice la gente que soy? ¿Será que a Jesús le importa la opinión ajena? ¿Será tan importante como para que haya quedado registro de esa inquietud del Rey de reyes? Bueno, a veces somos tan espirituales que decimos que no nos importa lo que la gente diga o crea de nosotros... pero es mentira. En el fondo de nuestro ser hay una necesidad inherente al ser que quiere ser aceptado por lo que es, no por lo que digan o vean...
Yo tengo el privilegio de tener un perro de mascota. Y ese animalito me enseña tanto que me quedo asombrado. Soy amante de los perros y siempre hemos tenido alguno en casa. Pero este que tenemos ha rebasado los límites del amor. Sin ponerse a pensar que estoy leyendo la Biblia en las mañanas cuando hago mi lectura devocional, se para en dos patas, me pone sus pesuñas en mi pierna y, con un gemido, busca mi mano para que lo acaricie. Le doy un par de toques en su cabeza, le alboroto su pelaje, y, ya tranquilo, se va a su rincón a continuar con su sueño. Es decir, quiere saberse amado. Quiere saber que es aceptado. Él no piensa que puedo derramar mi vaso de té que mi esposa me prepara y me tomo mientras leo la Palabra. El perro no piensa que me está importunando. Él no se cuestiona si será el momento apropiado para preguntar: ¿Me amas, amo?
 
Bueno... si para un perro es importante ese detalle... ¿cuánto más para nosotros? Al fin y al cabo Jesús hizo la pregunta del millón y es la que muchos de nosotros quisiéramos hacer, pero por orgullo no la hacemos... ¿Quién dice la gente que soy...?
 
Unos dijeron que Jesús era Elías. Otros que era Jeremías. Otros Juan el Bautista... ¿Y ustedes que me conocen mejor? Le preguntó a sus amigos...
Bueno, Jesús, tengo que ser franco. No todos dirán lo que dijo Pedro. Porque aún Pedro lo dijo inspirado por tu Padre. Pero, a riesgo de ofenderte, debo ser sincero y decirte que muchos dicen que Tú eres un sanador. Solo eso. Otros dicen que eres un Salvador y allí termina todo. Otros dicen que eres quien da dinero. Otros, que llevas a los mojados al norte. Otros más atrevidos dicen que Tú eres quien consigue las visas para salir del país... otros dicen que eres el que guarda sus vidas mientras están en los bares. ¡Ah! y no faltan quienes dicen que Tú los proteges de los chismosos cuando salen con sus amantes o están en el motel. ¿Qué te parece...? Hay muchas opiniones acerca de Ti Jesús. Muchas. Y a cuales más variadas... Desde el jefe que tiene una cruz de oro colgada al cuello e induce a su secretaria a adulterar con él a riesgo de perder el empleo hasta el narcotraficante que dice que le da dinero a tu Iglesia para que tú le sigas proveyendo clientes... Por allí va la cosa.
 
Pero si me preguntas a mí, te diré que Tú eres el Señor. Que eres quien perdona mis pecados. Que fuiste a la cruz en mi lugar. Que bajaste al infierno a traer las llaves de la muerte para que yo no vaya a ese feo lugar... si me preguntas diré que Tú eres el Amo del universo, diré que con tu Palabra formaste el mundo, que un día tuviste la idea de hacerme pastor de tus corderos siendo yo necesitado de ser pastoreado por Ti...
Si me preguntas quién digo yo Quién eres, te diré solo una cosa: Que Tú eres el centro de mi vida. Que, aunque te fallo una y otra vez tú estás allí para perdonarme e interceder ante el Padre a mi favor. Te diré que Tú eres mi abogado, mi Señor y mi todo...
Y usted que me lee... ¿Quién dice que es Jesús...?

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