EL INFIERNO

Dante escribió su Divina Comedia en donde coloca a mucha gente de su tiempo en diferentes círculos del infierno. Algunos que le cayeron mal, los mandó al quinto círculo, lo que se ha vuelto un dicho popular de: al quinto infierno. Pero otros, a quienes admiraba, como a Virgilio, los pone en los lugares más cómodos como el primer círculo. Allí el calor no es tan sofocante, se puede platicar con los amigos, que, lógicamente, eran amigos de Dante y del famoso poeta Virgilio...
 
Ese es el Infierno de Dante.
 
Pero Jesús habla de otro infierno...
 
En algunas partes de su enseñanza le llama La Gehena. Este nombre en griego significa El Fuego Eterno, y está basado en un basurero que estaba en las afueras de Jerusalén y que mantenía, como en los nuestros, un eterno fuego que nunca se apagaba causado por lo que ya sabemos: la basura produce gas metano, por lo tanto siempre hay fuego debajo de ella y ni los aguaceros más fuertes lo logran apagar. Aparte de eso, donde hay basura hay gusanos. Estos existen porque allí siempre hay algo que degradar, y los gusanos de la basura son especialistas en eso. Jesús usó ese lugar como una figura de lo que sucederá con algunas personas que no quieren obedecer y cumplir sus mandamientos...
 
Pero hay otro infierno que también tiene gusanos...
 
Y es el infierno que muchas personas mantienen en sus vidas, en sus corazones y en sus almas. Hay quienes, en su matrimonio viven un verdadero infierno. Golpes, insultos, manoseos abusivos de parte del esposo, infidelidades, irresponsabilidades financieras, hijos rebeldes, deudas y un largo etcétera...
Hay también los que viven en un infierno de rencores y odios. Rechazan a la familia. Hijos que rechazan a sus padres porque no les dan lo que piden. Viven en un círculo infernal engusanados de cólera reprimida, violencia escondida en sus corazones, ojos que despiden chispas y manos que amenazan con golpear a la primera reacción.
Hay otros que viven un infierno de adulterio. No logran dejar a su amante por miedo, por temor o por chantaje. Cuando se dieron cuenta de su error ya fue demasiado tarde. El cheque en blanco que firmaron desde la primera cita se los cobran con creces, amenazas de hablar con la pareja, amenazas con matarlo si lo dejan, amenazas con decirlo a todos en el trabajo como venganza.
Hay quienes viven en un infierno de baja estima. Se consideran basura. No se sienten amados por más que se les diga. No se integran a ningún grupo ni familiar ni espiritual. Ni tan siquiera le creen a Jesús que los ama y que dio Su Vida por ellos.
Y también hay quienes viven el infierno de la soledad. Su amiga es cruel e ingrata. No van a ningún lugar porque la soledad que han aceptado por compañía los aísla, no los deja amar por miedo a ser engañados, no aman por temor a fallar, no aceptan amistades por temor a ser traicionados... no aceptan ser humanos y, como tales, imperfectos... Su infierno y los gusanos los aísla y los mata poco a poco...
 
Por eso es necesario conocer a Jesús. Porque Él vino a evitarnos el viaje al infierno. Por eso Él bajo a esos tenebrosos lugares para evitar que todo aquel que le reciba como Señor  vaya a a conocerlo...
Sin embargo y tristemente, muchos que conocen a Jesús, el Libertador de nuestras vidas... viven su propio infierno... ¿Vive usted uno...?

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