AYER Y HOY...

Ayer te enojaste. Pide perdón y sigue adelante.

 

Ayer peleaste con tu pareja. Llévale un almuerzo hoy y todo se olvidará con un beso...

 

Ayer le gritaste a tus hijos. Estabas molesto con el tráfico pesado. No es excusa pero les gritaste. Hoy... llévalos a comer helados y tócales la cabeza.

 

Ayer viste a esa hermosa mujer en el centro comercial. Te sentiste mal. Le fallaste a Dios y a tu esposa... Hoy no salgas de tu casa.

 

Ayer prometiste hacer una llamada de consuelo a alguien. Se te fue el tiempo y fallaste. Hoy, gasta un poco de gasolina o tiempo y haz la visita.

 

Ayer comiste más de la cuenta y pasaste mala noche. Hoy raciona bien tus alimentos, empieza el régimen...

 

Ayer quedaste con tu pareja de ir a almorzar juntos. Se te olvidó el compromiso y te sientes cucaracha... Ya no prometas, sólo hazlo...

 

Ayer querías dar una buena ofrenda en tu congregación pero la mano se te agarrotó. Hoy dala al doble.

 

Ayer, cuando tus hijos te pidieron cena les respondiste con palabrotas. Luego se fueron a dormir tristes y llorosos... Hoy abrázalos y bésalos. ¡Ah! y dales de comer sin chistar.

 

Ayer trataste mal al perro que te salió a saludar como lo que es: un animal. Esperabas otra cosa pero él no puede actuar como humano. Hoy dale una galleta.

 

Ayer viste una película prohibida por la moral cristiana. No soportaste la tentación y viste apenas unos cuadros que te han dejado con un mal sabor de boca... Hoy no enciendas el televisor.

 

Ayer pasaste un buen día. Fue hermoso todo lo que hiciste. Sonreíste, ayudaste a alguien y te mantuviste en el Everest... Hoy puede que no sea igual...

 

 

Eso es Gracia. La Gracia que el Señor nos ha aplicado es todo lo de hoy. El ayer ya pasó. El mañana no ha llegado. Lo que importa para la Gracia de Jesús es el hoy... ¿Qué harás hoy? Eso es lo que importa. El problema es que la mayoría de nosotros nos quedamos en el ayer. Nos estancamos, amargamos, culpamos y no continuamos con nuestro trayecto. El ayer puede ser cruel. Se vuelve una carga ingrata, especialmente cuando no nos fue bien.  Pero la Gracia nos dice... Está bien, fallaste. Nadie ha dicho que el camino es fácil. Nadie ha prometido un sendero de pétalos de rosa. Habrá espinas. Habrá cardos. Pero, por sobre todo, habrá suficiente Gracia para olvidar el Ayer... Jesús lo clavó en la Cruz junto con Sus Manos... No desperdicies ese inmerecido regalo. Vive hoy. Vive hoy y besa a los tuyos...