¿QUIEN CRIÓ AL NIÑO?

Entonces Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo y fue su nodriza. (Rut 4:16)

 

¿Cómo es que Noemí toma a Obed, recién nacido, lo pone en sus brazos y se convierte en su nodriza, o sea su madre sustituta? Si el bebé es hijo de Rut, lo lógico es que sea ella quien lo críe y lo cuide, ¿no es cierto? Aquí hay algo que escarbar para poder comprender lo que la Toráh nos está enseñando...

Hagamos un poco de historia...

Rut es moabita. Es la viuda de uno de los hijos de Noemí. Cuando ella y su esposo habían salido de Belén en busca de pan, llegaron a Moab y se instalaron allí. No tuvieron tanta suerte pues cada uno de los varones se fue muriendo y quedó sola la matriarca. Sus nueras, Orfa y Rut, al ser originarias de Moab, lógicamente eran idólatras. Algo que en el corazón de cualquier hebreo estaba fuera de toda justificación. Por lo tanto, los hijos de Noemí cometieron un pequeño pero grande error cuando se casaron con ellas. Algo que debemos tomar en cuenta nosotros los padres cuando pensemos huir de la realidad y buscar "pan" en lugares que no son los indicados por el Señor... Pero bueno, sigamos...

Orfa y Rut, al ver a su suegra que piensa regresar a Belén para pasar allí sus últimos días y porque se sabía que el Señor había visitado su pueblo Belén y nuevamente había pan, decidió regresar. Y ellas la quieren seguir. Sin embargo, Noemí hace algo insólito: Les dice que se regresen a sus casas. Que busquen otros maridos. Que tengan sus hijos. Que se vayan con su mamá. Insólito porque la lógica dice que si ellas querían irse con ella para cuidarla y protegerla, lo que Noemí hace no tiene sentido aparente. Pero si leemos lo que no dice la tinta, podremos entender el verdadero motivo de Noemí al oponerse a que sus nueras se vayan con ella. Y el motivo es el siguiente: Niñas -parece decir Noemí-, yo conozco a mi Dios. Mi Dios no es como los dioses que ustedes conocen. Sus dioses son permisivos. Toleran cualquier clase de pecado, cualquier clase de conducta. Sus dioses no exigen la santidad que exige el mío. Mi Dios es Santo, Santo, Santo. Él no acepta ninguna clase de conducta aberrante. No acepta excusas humanas. Él es Dios verdadero, no es una imagen. Él es el Creador de todo lo que existe... Así que es mejor que se regresen a sus dioses... el mío es extremadamente exigente. Yo lo sé porque soy de su pueblo...

¿Ya lo vio? Noemí no solo está evitando que sus nueras se expongan a una realidad que después les hará llorar de amargura, tristeza y abandono. Ella sabe que sus nueras no están acostumbradas a vivir la clase de vida que se debe vivir en la Presencia del Único y Verdadero Dios... el Dios de Israel. Y trata de persuadirlas que mejor se queden donde están...

Orfa lo entiende. Llora por su ex suegra y se queda.

Rut decide irse con ella... y sucede lo inevitable: Dios la acoge en Su Seno. La hace parte de la familia mesiánica al casarse con Booz y tener un hijo al que le puso por nombre Obed, padre de Isaí, padre del Rey David, de la línea del Futuro Mesías... Y aquí entra el papel vital de la abuela Noemí...

Como Rut no está al tanto de la Palabra de Dios, no conoce a fondo la Torah, no sabe las instrucciones de Dios sobre la educación de los hijos hebreos, no sabe lo de la circuncisión a los ocho días, no conoce cómo debe educarse y enseñarse a un niño del pueblo del Dios que ella acaba de empezar a conocer en Belén...Noemí decide hacer ese papel. Y toma al niño bajo su responsabilidad. Y se convierte en su tutora. Obed debe ser enseñado de acuerdo a la Palabra del Dios de Israel, no bajo los conceptos idólatras del dios de Rut. Mientras Rut no conozca a fondo al Verdadero y Único Dios, es Noemí quien debe hacerse cargo de la educación del niño... Por una sencilla razón: En los genes de ese niño está el Mesías prometido. Y ese niño debe ser puro. Apartado. Santo. Consagrado.

 

¿Qué piensa ahora del papel de las abuelas cristianas? ¿Qué piensa ahora de la importancia de que una anciana sea la que enseñe a los jóvenes? ¿Será por eso que Pablo lo enseñó en una de sus cartas?

Talves sea un buen momento para meditar en esos misterios que están escondidos bajo la tinta de la Biblia... ¿no le parece?