¿DONDE QUIERE VER A SUS HIJOS?
Si sus abuelos pudieran entender sus vidas actuales, ¿Se sentirían satisfechos de haberles legado un presente sin deudas, sin problemas financieros y llenos de paz familiar, social y personal?
Si sus padres pudieran entender su estilo de vida: ¿Comprenderían que no hicieron lo suficiente para heredarles una vida plena económicamente, sin deudas y sin necesidad de que vivan al día con su sueldo?
Estamos seguros que sus bisabuelos, si pudieran verlos, estarían tristes.
Sus abuelos, si están vivos, deben sentirse fracasados.
Sus padres, si lo entendieran, debieran sentirse culpables…
¿Por qué?
Porque no hicieron nada para que ustedes, su siguiente generacion, pudieran vivir holgadamente, sin tener que esperar a que llegue fin de mes para poder disfrutar un poco de alimento especial.
¿Qué sucedió? Sus generaciones pasadas no obedecieron a Dios en materia de finanzas. No les enseñaron a ahorrar en el Reino de los Cielos. No les dieron la enseñanza de que ustedes debían haber diezmado, ofrendado y sembrado sus semillas para que al día de hoy ustedes estuvieran cosechando los frutos que debieran.
¿Saben ustedes que la generación de ricos americanos son los nietos de los que sembraron buenas obras? Son los nietos de los que les enseñaron el ahorro en el reino de los cielos. Son los nietos de los bisabuelos y abuelos que les enseñaron a los padres a darle a Dios lo que le corresponde. No se extrañe entonces de saber que en USA no hay solo 14 familias con suficientes recursos para vivir bien. Allá, según la revista FORBES, en su lista anual de multimillonarios, tienen al menos CIEN multimillonarios, no millonarios. Y ahora se habla de BILLONARIOS. Si no, pregúntele al dueño de Microsoft quien le enseñó a darle millones de dólares a la gente, a sus empleados, a los pobres. Pregúntele a Ophra Winfrey quién le enseñó a regalar cincuenta carros a su audiencia, pregúntele a tantos y tantos millonarios quien les sembró la semilla del dar: Fueron sus antepasados, sus bisabuelos, sus abuelos y sus padres.
Todo eso está bonito en USA. Pero, ¿será que aquí, en este país puede suceder algo así dentro de 50 o 100 años? Yo creo que sí. Si ustedes, los padres o los abuelos de esos niños se ocupan de enseñarles, de instruirlos, de guiarlos a darle a Dios sus diezmos y ofrendas. Ustedes se gozarán al ver a su simiente totalmente exenta de deudas cuando lleguen a adultos. Se gozarán de verlos vivir una vida realmente próspera y entonces entenderán nuestros mensajes que quieren cambiar nuestra siguiente generación.
Pero nadie puede hacerlo más que ustedes.
Por eso surge la pregunta: ¿Dónde y cómo quiere ver a sus hijos cuando salgan de casa? ¿Quieren heredarles un futuro lleno de deudas y pobreza? Ustedes lo deciden. Quieren que sus hijos, nietos y bisnietos tengan un recuerdo amargo de ustedes en el futuro? Ustedes lo deciden. ¿Quieren que su simiente les recuerde con amor, respeto y dignidad? Ustedes lo deciden.
En lo que a mí respecta, estoy luchando por dejarles a mis nietos un futuro mejor. No hablo de árboles ni de pájaros, hablo de bienestar financiero, de un futuro lleno de comodidades, que no les falte nada, que no tengan que pedir prestado. Quiero que recuerden a sus abuelos como dos personas que les amaron lo suficiente.
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