LOS PLANES DE DIOS

Porque yo sé los planes que tengo para vosotros"--declara el SEÑOR--"planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza. (Jer. 29:11)

¿Qué futuro esperas? Le preguntó una vez un maestro a sus estudiantes. Uno por uno fueron dando sus respuestas: Ser ingeniero, dijo uno. Yo quiero ser médico, respondió otro. Arquitecto, añadió uno más... Y así, fueron expresando sus sueños. Cuando terminaron, el maestro sabiamente les respondió: Ustedes tienen planes para muy poco tiempo... Podrán ser lo que desean, pero cuando dejen esta vida... sus sueños se acabarán. Apenas están soñando y haciendo planes para 50 o 60 años...
Y eso es lo que nos sucede a la mayoría de cristianos. Hacemos planes para muy poco tiempo. Nos esmeramos en buscar y lograr hacer realidad nuestros planes para esta tierra. Apenas viviremos unos cuantos años y nos perdemos los mejores momentos de nuestros hijos, el amor de nuestras esposas y el cariño de nuestros amigos tratando de alcanzar nuestras metas que durarán lo que dura el vapor de la mañana.
¿Acaso no dice la Biblia que nuestros años son como el vapor de la madrugada? ¡Apenas viviremos un soplo de aliento! sin embargo eso es lo que buscamos.
Hacemos planes que se irán demasiado pronto de nuestro futuro.
Acabo de regresar de visitar a mi mamá que vive en Newark, N.J. y estuve con mi familia cuatro hermosos días. Y, tristemente, volví a ver lo mismo de siempre: gente corriendo de aquí para allá. Madrugando para llegar a sus trabajos. Comprando cosas, comprando cosas y comprando cosas... ¿para qué? Para alcanzar el famoso "sueño americano". Aquellas personas que corren y se afanan, al igual que nosotros, están haciendo planes para su retiro. Y, paradójicamente, cuando se retiran, ya no tienen hijos, ya no tienen amigos, ya no tienen matrimonio. Doloroso, ¿verdad?
Y todo porque nos hemos olvidado que Dios tiene planes para nosotros. Nos hemos olvidado que Él es quien cuida de nuestra vida. Él no tiene planes solo para esta tierra, los tiene para la eternidad. Él sueña con que un día estemos con Él sentados a Su Mesa, compartiendo el Pan  el Vino que Él ha preparado desde la eternidad.
Sus planes son de bien. Sus planes no incluyen la soledad de la vejez, al contrario, sus Planes son que estemos acompañados por Él, por Jesús y por el Espíritu Santo. Todos juntos, disfrutand Sus Bendiciones.
Así que, antes que empiece el año dos mil once, piensa: ¿Continuarás afanandote por llevar a cabo tus planes, o le darás a Él la oportunidad que los desarrolle según Su Voluntad? Tus planes, como los míos, son cortos... Los de Él son eternos. Creo que vale la pena probar... ¿no crees?

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