LOS DESAFÍOS... ¿QUIEN GANARÁ?

Se acercan los momentos en que mucha gente hace propósitos para muchas cosas. Unos dicen que el próximo año empezarán a hacer ejercicios. Otros que rebajarán de peso. Algunos van a desafiarse para dejar de fumar. Otros a dejar aquella relación adúltera que han mantenido oculta por mucho tiempo... En fin, todos o casi todos empezarán el año proponiéndose cambios. ¿Cuántos lo lograrán? Los desafíos son buenos. Nos ayudan a lograr cambios en nuestra vida. Los desafíos nos impulsan a buscar nuevas rutas para nuestro crecimiento. Yo he experimentado varios desafíos que, gracias al Señor, he logrado terminar con el año. Por eso le puedo hablar de estas cosas. Se puede. Pero tomando en serio lo que usted mismo se ha desafiado a lograr.

Claro, habrán tropiezos. Una fiesta en la que le obligarán a comer el pastel que precisamente está evitando. La cena de negocios en el lugar donde se ha propuesto no entrar a comer. Una reunión donde estará la persona a la que ha evitado por mucho tiempo para no volver a caer... El centro comercial donde no quiere ir para evitar las deudas. Habrá tropiezos por una sencilla razón: Cuando usted se propone un fin inmediatamente se levanta un contra. No todo es fácil y el mundo fue hecho de esa manera... ¿Quiere dejar de fumar? Prepárese porque todo el mundo se llenará de fumadores. ¿Quiere dejar la TV? Prepárese porque incluso querrán regalarle una bien grande como premio a su labor. Así es la cosa. Dentro del desafío está el estorbo. Si no fuera así no sería desafío. Todo se lograría fácil. Y no hay nada fácil en esta vida. El sistema trabaja de esa manera y tenemos que entenderlo.

Por eso, cuando dentro de unos días usted esté pensando en lograr alguna meta para el próximo año, prepárese mental, espiritual y físicamente para luchar contra la oposición para lograr lo que se ha propuesto. Especialmente ore, y pídale fuerzas al Creador para que le ayude a lograr su meta. Usted verá grandes y buenos resultados. La satisfacción que se alcanza en lograr vencer es tan grande que quedan ganas para hacerse otro y otro y otro... hasta que usted ya no será el mismo que era antes. Se lo garantizo. Jesús está listo para darle una mano. Solo esfuércese y verá grandes ganancias...

Tan pronto como hagamos un compromiso de cambiar, nuestro ego nos desafiará. Pero detrás del desafío se encuentra la bendición que hemos estado pidiendo. Si evadimos el desafío, nos perdemos el regalo que está del otro lado. ¿Qué regalo está pidiendo? El mejor regalo será cuando usted se vea triunfando y verá la gran capacidad que usted tiene internamente para lograr sus metas. Con Dios todo es posible. Empiece a prepararse y verá grandes bendiciones en su vida. La mejor bendición será que usted ya no será el mismo. Y precisamente eso es lo que busca el Señor... que usted se parezca a Él. ¿Quién ganará este otro año que pronto empezará? ¿Usted o el fracaso?

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