HÁGASE TU VOLUNTAD...Mateo 6:10

Pero... ¿cómo saber cual es su voluntad? La mayoría de nosotros tomamos decisiones bajo la responsabilidad del Señor. Todo se lo achacamos a Él. Es que Él me habló. Es que Él me dio un sueño. Es que Él me mandó a decir... ¿ya oíste? en el mensaje el Señor me dijo que... Un sin fin de excusas para escondernos en la sombrilla de Hágase tu Voluntad.
Y, después, cuando estamos llorando por el fracaso, le echamos en cara su error. ¡Ah!, porque cuando todo sale mal es culpa del Señor. Nosotros hicimos lo correcto. Él se equivocó. Y le reclamamos a voz en cuello. Dejamos de orar porque estamos enojados. Dejamos de ir a la Iglesia porque nos dolió el fracaso. Dejamos de diezmar para castigarlo. ¿Me equivoco? Creo que no.
¿Cómo saber cual es su Voluntad para que yo la siga? Sencillo. Primero debo entender algunas cosillas. Pero requieren disciplina. Orden. Amor. Constancia.
Yo siempre pongo un ejemplo de la constancia en la oración. Cuando alguien de mi congregación me llama por primera vez no reconozco su voz. Si vuelve a llamarme dentro de seis meses, tampoco reconozco la voz. Y así sucesivamente. Pero, cuando alguien me llama casi todos los días o continuamente, reconozco su voz y rápidamente le respondo por su nombre.
Lo mismo pasa con Dios. Cuando tengo una constante comunicación con Él, empiezo a reconocer Su Voz. Entonces sus instrucciones son más clara para mí. Entonces empiezo a conocer cual es Su Voluntad. Claro, alguno dirá: ¿Y para qué está la Biblia, pues...? Por supuesto que leo mi Biblia todos los días. Leo mi proverbio del día, mi salmo del año y mi porción diaria. Pero, además de eso necesito escuchar dentro de mi corazón Su Voz para indicarme qué debo hacer en situaciones de envergadura.
Pedirle al Señor que haga Su Voluntad es algo más que leer Su Palabra. Es orar. Es llamarlo todos los días. Es aprender a escuchar Su Voz dentro de mi interior. Es hacerle preguntas vitales. Consultas que afectarán mi presupuesto, mi familia, mi vida personal.
¿Será que tengo que preguntarle si hago dieta para adelgazar? Esto está en la Biblia. ¿Será que debo preguntarle si puedo tener dos mujeres? La Biblia ya me dijo que no. Entonces... ¿podré preguntarle si presto dinero para pagar mis deudas? La Biblia ya me enseñó al respecto.
Hay cosas mucho más importantes que preguntarle al Señor. Y es allí donde la mayoría de cristianos fallamos. Le preguntamos si podemos echarle sal a la comida pero no le consultamos sobre cosas que afectarán nuestro futuro. Problemas más importantes que una simple comida.
Por eso, conocer Su Voluntad no es cuestión de rutina. No es cuestión de suerte. Y tampoco es cuestión de si y no. Con Él todas las cosas son posibles... para aquel que cree.
Por eso nos equivocamos seguido. Por eso cometemos tantos errores, porque no esperamos Su Voluntad. Y, como con mucha frecuencia me confundo sobre la decisión correcta, añado la frase cobija de "si es Tu voluntad, Padre," a la mayoría de mis oraciones. Y... ¿qué cree que hare después de esa frase? Haré mi voluntad, no la de Él. Aunque después lo acusaré a Él de haber fallado. Conducta cruel... ¿no le parece?

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