DE ODRE EN ODRE...
Uno de los nombres con que la Biblia identifica a Jacob es Jesurún. La verdad es que no sé que significado tiene este nombre en la lengua original. Pero me viene a la mente por la meditación de hoy de este artículo. En el pasaje donde la Escritura lo identifica con este nombre es cuando dice que Jacob mantuvo su aroma porque no permitió ser trasvasado de odre en odre. Cuando estudié esto, me encontré en que antiguamente, cuando los israelitas producían el vino, lo echaban en odres de cuero de ovejas. Pero, en el proceso, cuando el jugo de la uva empezaba a desprender los hollejos del fruto, éstos se iban al fondo del odre lo que obligaba al productor cambiarlo de odre. De lo contrario el jugo se pudría por la fermentación del hollejo. Y así, sucesivamente, cambiaban el líquido de odre en odre hasta que se convertía en un vino cristalino, puro, sin basura ni residuos que podrían dañar el vino...
Nosotros no somos vino ni nada parecido. Tampoco somos uvas. Pero lo que sí necesitamos es ser cambiados de odre en odre. ¿Qué quiero decir con esto?
Actualmente estoy en un proceso de cambios. He entrado a la edad de los sesentas. Y me encuentro con que hay cosas que ya no tienen ningún interés para mí. Han cambiado mis expectativas. Mis intereses ya no son los mismos. Mis gustos hedonistas se han ido. Lo mismo me da usar ropa de marca o de otra clase... Quiero decir que he sido trasvasado a otro nivel. Por eso la historia de Jesurún me interesa. Yo no quiero ser un viejo rabo verde. Quiero envejecer con dignidad. Quiero dejar las cosas de niño, como escribió Pablo. Quiero convertirme en un hombre y dejar de ser un simple varón. Para eso necesito que mi odre viejo sea cambiado por un odre nuevo. Para que el vino nuevo de mi edad y madurez sea un buen ejemplo para otros. Ya la edad de la coquetería pasó. Ahora debo, como Israel cuando salió de Jaboc, andar al paso de los niños y las mujeres...
Pero debo aceptar que me cambien de odre.
Y eso duele. Hay rechazos, por viejo. Hay rechazos porque no se piensa igual que antes. Los chistes que antes me hacían reír hoy me parecen ridículos. Las bromas ya no son para mi. Tampoco debo ser amargado ni anacoreta. Me gusta tomar un buen café con alguien con quien aprendo algo nuevo. Aún invierto mucho tiempo en leer. Quiero seguir aprendiendo. Solo que ahora más despacio...
Uno de los procesos misteriosos de la espiritualidad es que algunas veces las cosas se tornan tan oscuras que es necesario que nos derrumbemos para dejar ir nuestro viejo sistema de creencias. Las viejas vasijas necesitan cambiarse por nuevas. Este proceso se llama 'exilio' y es el periodo previo a una enorme revelación de Luz.
Quizás por eso es que las canas se identifican con la sabiduría. Con la experiencia. Con las cicatrices que la vida va dejando en cada una de ellas. Pero es hermoso. Es gratificante verme en otro odre. Me doy cuenta que ahora mi conversación es más selectiva. Mis gustos más finos pero menos sofisticados. Gracias al Señor estoy siendo trasvasado a otro odre. Quiero dar un nuevo sabor a mi familia, a mi esposa y a mi congregación.
Hoy, no pelees contra lo que estás atravesando. Ahora es el momento en que todo tu estudio y esfuerzos están siendo puestos a prueba. Seguramente estas siendo trasvasado a otro odre. Acéptalo con gusto y humildad y verás buenos resultados. La vida te parecerá más hermosa y las nuevas cosas tendrán un sentido más exquisito para tu vida...
Hoy, no pelees contra lo que estás atravesando. Ahora es el momento en que todo tu estudio y esfuerzos están siendo puestos a prueba. Seguramente estas siendo trasvasado a otro odre. Acéptalo con gusto y humildad y verás buenos resultados. La vida te parecerá más hermosa y las nuevas cosas tendrán un sentido más exquisito para tu vida...
Gracias por compartir este artículo papá!
ResponderEliminarLa eterna pugna de los odres nuevos y los odres viejos es sin sentido.
Me gustó: "Seguramente estas siendo trasvasado a otro odre. Acéptalo con gusto y humildad y verás buenos resultados. "
DJ